Deseo... que seas mío. (Libro 1 Y 2) [Completo]

Capítulo 7

#Yomequedoencasa

.
.
.
.
.
.
★*★

Todo dolía, los medicamentos me adormecían todo el cuerpo, una pierna rota al igual que un brazo, un collarín, sin mencionar todos los moretones alrededor de todo el cuerpo, ya llevaba dos días en el hospital antes de que me dieran de alta porque el seguro se había consumido, me había atropellado un carro pequeño que no me vio porque al parecer salí de la nada y la lluvia repentina lo segó, no lo culpaba del todo, yo no había visto hacia los lados y realmente sabía que era afortunada de estar viva.

Aunque mi vergüenza me hiciera querer no estarlo.

Mi madre se enteró de las fotos al igual que todo el pueblo de Emporia donde vivíamos, todos creían que me había intentado suicidar después que las fotos se publicaron, le expliqué a mi madre que no fue así, pero ella no me creía, ni siquiera quería escucharme, todo era un caos porque ella se había decepcionado mucho de mí, sinceramente yo tampoco me creí capaz de hacer algo así, pero lo hecho, hecho estaba y la había cagado hasta el fondo.

Me había convertido en la chica que se intentó suicidar por las fotos desnuda, un apodo muy largo para resumir lo que todos me llamaban a mis espaldas: "puta".

Por lo que me enteré, a Leonardo lo habían expulsado por dos días del colegio y le bloquearon su cuenta de Facebook, sin embargo no era parecido ni de asomo al castigo que me dieron a mí.

Mi madre llamó a mi padre, porque -además de que los tratamientos, las curas y demás eran demasiado costosos para poder cubrirlos- ella quería sacarme de Emporia hasta que las aguas se calmaran, lo malo de vivir en un pueblo pequeño era que si ocurría un chisme de esa magnitud todo se enteraban y lo exprimían hasta que salía uno más interesante.

Ella sabía que mi vida sería un infierno los siguientes años o al menos eso fue lo que me dijo, porque estaba muy segura que le preocupaba más su reputación, se avergonzaba de mí, ella había estado haciendo trámites para entrar como parte de la alcaldía y no podía rayar su reputación con un escándalo de esa magnitud. Cuando mi padre se enteró de lo ocurrido, enseguida había mandado el pasaje para mí a Ámsterdam donde él vivía con su familia en un intento de "corregir mi conducta".

Cuando llegué allá a Ámsterdam creí que me quedaría con ellos en su casa, después de todo mi padre era doctor, tenía mucho dinero y una casa muy grande donde apenas vivía él, su esposa y el bebé de ella, pero él decidió meterme en un internado de monjas exclusivo para chicas donde dijo que ahí Dios arreglaría mi vida...

...Pero fue la peor decisión que pudieron tomar, porque Dios no estaba ahí.

♦3 años después.♦

A lo lejos vi a mi madre con un cartel donde estaba escrito "Eclipse" y un sol medio oscurecido como si fuera una mala broma de mi nombre, arrastré mi maleta por la sala del aeropuerto hasta que me detuve frente a ella y le hice un pequeño gesto con la mano. Mi madre fijó sus ojos azules en mí pareciendo débilmente confundida y luego de un nanosegundo pareció comprender que se trataba de su hija.

- ¡Mi niña! -sonrió envolviéndome en un abrazo cuando por fin se dio cuenta que se trataba de mi-, perdón es que no te reconocí, mira cuanto has crecido, ¡y qué delgada estás!

Sonreí a medias y me limité a seguirla al auto, sabía que estos tres años me había desarrollado con las curvas que me faltaban y tanto quería, al igual que estar en una escuela de tantas mujeres que lo que menos querían eran ser religiosas y solo estaban ahí porque sus padres -al igual que los míos- querían arreglar sus conductas, pero eso me sirvió mucho para saber cómo funcionaba la vida.