Me desperté muy temprano en la mañana, busqué mis zapatos y me los coloqué medio adormilada, fui al baño a lavarme la cara y cuando salí me encontré de frente con Draco, me sobresalté al darme cuenta que no llevaba camisa, su rostro un poco hinchado y con marcas en la cara evidenciando que acababa de levantarse, mis ojos bajaron a su abdomen y tuve que esforzarme a no mostrar mi expresión de lujuria pero mi rostro sonrojado probablemente mostró mis pensamientos, su físico era deslumbrante.
—Buenos días —dije con una media sonrisa rodeándolo para poder salir del baño o más bien huir intentando no tocarlo para no ponerme nerviosa, sin embargo él me agarró de la muñeca para detenerme.
Tragué saliva pesadamente, no quería que comenzara a preguntarme por lo que le había dicho anoche, pero estaba muy segura de que él lo haría. Voltee enfrentándome a él y me encontré con sus ojos azules extrañamente más claros, casi tocaban el plateado, su entrecejo débilmente fruncido.
—¿Ya te vas? —preguntó, afirmé con la cabeza en respuesta y él agregó: — Espérame, yo te llevo.
¿Él y yo en un carro por aproximadamente diez minutos solos? No, no quería hablar de Debra.
—No te preocupes yo... —comencé a decir intentando buscar una excusa rápida, pero él me interrumpió diciendo:
—No te estoy preguntando, voy a llevarte, espérame —soltó el agarre que mantenía en mi muñeca y entró al baño prácticamente cerrándome la puerta en la cara antes de que replicara.
Me quedé muy quieta por unos segundos, este hombre definitivamente era un príncipe azul bipolar. Caminé hacia la sala y tomé mi bolso, mi teléfono tenía varias llamadas perdidas de mi madre, no podía pensar en lo que le había dicho Emma para calmarla, pero estaba segura que me esperaba un fuerte castigo cuando llegara a casa.
Draco salió a la sala luego de unos minutos, llevaba una playera, unos jeans y unos zapatos deportivos, sin embargo lucía como si fuera a ser fotografiado para una revista, no podía creer que alguien pudiera ser tan atractivo. Tomó sus llaves y me hizo un gesto con la cabeza para que lo acompañara afuera, tomé mi bolso y lo seguí sin decir nada, recordaba que en nuestra conversación de ayer él se había quedado confuso por el beso donde después lloré y pasmado por mi revelación.
Cálmate Eclipse.
Nos montamos en el auto y yo solo miraba mi teléfono intentando de alguna manera volver este momento menos incómodo, sin embargo cuando Draco comenzó a conducir el silencio no se pudo mantener por más de unos segundos cuando dijo:
—Jamás hubiera creído lo que me dijiste anoche —me miró de reojo—, ¿era enserio?
Ya había tardado bastante en preguntarme.—¿Por qué te mentiría? —respondí simplemente.
Draco se removió un poco en el asiento y me miró nuevamente de reojo.
—Es que no pareces lesbiana... —dijo pareciendo algo dudoso.
¿Uh?
¿Acaso las lesbianas tenían características a seguir, además de sus típicas camisas a cuadros?
Giré los ojos y miré a través de la ventana algo confusa.
—No soy lesbiana —dije—, solo me gustó ella.
Y después de ella ninguna chica me había llamado la atención de esa manera.
Draco permaneció en silencio por varios segundos hasta que finalmente habló:—Dale, entonces bisexual. Eso es bastante interesante acerca de ti.
—¿Por qué quieres ponerme una etiqueta? —me atreví a mirarlo—, no me considero bisexual o lesbiana o lo que sea, solamente me gustó ella, así de simple.
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Deseo... que seas mío. (Libro 1 Y 2) [Completo]
Novela Juvenil(Libro 1 y 2 completos) El problema era Evans Damon, él iba en el último año del instituto, era jugador de futbol, y mi crush imposible, él no sabía de mi existencia hasta que le eché la comida encima frente a todos en el comedor. Pensé que me odiar...