Draco permaneció en silencio por tanto tiempo que creí que me había dejado de prestar atención y solo seguía manejando por inercia, sin embargo dijo:
—¿Entonces eres una adicta?
—Nunca fui adicta —dije—, tenía un mes sin inhalar nada y estoy bien, ayer fumé porque simplemente me provocó hacerlo... supongo que fue una estupidez.
Haber recordado lo relajante que era y lo bien que hacía olvidar todo alrededor era peligroso, así fue que causé mi sobredosis, quería mantener la sensación por más tiempo y creí que inhalando más podría hacerla permanecer más.
—Sí, fue una estupidez —concordó—, ¿Cómo reaccionaron tus padres al enterarse de que... tenías una novia?
Solté un bufido burlón y me crucé de brazos recordando lo terrible de ese momento.
—Mi padre me echó de Ámsterdam prácticamente —miré a Draco, él pareció esperar a que me explicara, así que lo hice.
Habían pasado casi dos meses desde que Debra y yo rompimos, solo faltaba un mes antes de que terminaran las clases y fue cuando me provoqué una sobredosis, curiosamente fue Debra la que me encontró convulsionando en el suelo de la habitación que seguíamos compartiendo a pesar de haber terminado nuestra relación y pasamos a solo ser unas miradas incómodas y palabras puntuales.
Me llevaron al hospital más cercano, por suerte lograron salvarme a tiempo, el rumor que se estaba corriendo por el instituto era que yo vendía droga a todas ahí, es decir, era un rumor real, pero teníamos tres meses sin distribuir nada. Debra probablemente como una última obra de buena fe en honor a nuestra pasada relación, le contó de nuestra relación y de cómo posiblemente conseguí la droga a través de otras personas para curar mi corazón roto a la hermana Stefan que era la monja a nuestro cargo, fue una estrategia inteligente porque la hermana Stefan se encargó de que todo el internado supiera que tenía era un mal de amor lésbico, y evitó que me metieran a la cárcel por posesión y distribución de droga.
Cuando el monseñor le dijo a mi padre lo que había ocurrido, fue como si le hubieran dicho que había matado a alguien, mi padre esperó a que me dieran de alta del hospital, y cuando me llevó a casa fue cuando descargó su ira sobre mí dejándome feos moretones al igual que yo dejé rasguño en él, decía que estaba decepcionado de mí, que yo era un error, obviamente mi padre homofóbico jamás aceptaría tal atrocidad aun cuando ya no estuviera con Debra. Él decidió sacarme del internado por el resto del mes que faltaba para terminar, no permitió que fuera a la graduación –aún cuando sí iba a graduarme con mi curso-, y después de varias discusiones que terminaban en peleas físicas entre ambos, su esposa dijo que no podía seguir viviendo así, así que mi padre decidió mandarme de regreso a Emporia antes de que iniciara la universidad y pudiera “madurar” como había dicho él.
Por eso ahora estaba de regreso con mi madre, ella también estaba decepcionada, pero no tenía problemas de ira como los tenía mi padre.
—Vaya... —expresó Draco aferrando con fuerza el volante luego de haber escuchado mi historia— Y... ¿Sigues enamorada de ella?
Lo pensé por un momento, Debra había significado mucho para mí, pero ahora cada vez que pensaba en ella solo parecía un mal recuerdo que quería enterrar en cemento para que no volviera a hacerme daño. Un error.
—No, no lo creo —murmuré—, rompimos hace ya tres meses, y el último mes no supe absolutamente nada de ella, me di cuenta que yo le daba igual y creo que en parte eso curó algo en mi corazón, saber que ya no éramos nada y realmente nunca signifiqué algo para ella.
Draco no dijo nada, tampoco esperaba que lo hiciera. Orilló el carro a un costado justo frente a mi casa y yo arreglé mis cosas preparándome para bajar, sin embargo él colocó una mano sorprendentemente fría sobre las mías, posiblemente para acaparar mi atención, sus ojos azules se fijaron en los míos, quería entrar en su cabeza para saber qué estaba pensando de todo lo que le conté.
Solo no me juzgues por favor.
Todos me había juzgado por el simple hecho de decir que tuve una sobredosis, me llamaban débil de mente y me tachaban de drogadicta, lo peor era que creía que tenían razón.
—¿Entonces por qué lloraste cuando te besé? —preguntó con voz suave—, si ella no te importara, creo que no hubieras reaccionado así.
Lo pensé por un momento, y tuve que bajar la mirada porque sus ojos parecían traspasar mi alma, solté un profundo suspiro y negué con la cabeza.
—No lo sé, supongo que creí que ella sería la única persona en mi vida, recordé lo que me hizo y como me dolió —admití—, creo que no estoy totalmente curada de ella, posiblemente solo necesite tiempo.
Permaneció en silencio por varios segundos, alcé la vista, él seguía observándome fijamente cuando dijo:
—Tal vez solo necesitas encontrar un amor real, no un amor por necesidad...
¿Qué?
Iba a preguntar a qué se refería cuando vi la puerta de mi casa abrirse y luego a mi mamá asomarse, recordé que probablemente me esperaban problemas.
—Mierda, mi mamá —susurré, tomé mis cosas y me bajé del carro rápidamente sin ni siquiera despedirme de Draco o agradecerle por traerme.
Caminé hacia la casa casi mentalizándome en no discutir con mi madre y en callarme mis comentarios hirientes, sin embargo a diferencia de lo que creí, mi madre estaba sonriendo, su mirada fija en el carro vinotinto que me acababa de traer, alzó una mano y la agitó en saludo antes de gritar:
—Gracias —dejó permanecer su sonrisa—, ¿Te veo mañana en la noche?
Un momento, ¿qué?
—Ahí estaré —respondió Draco, voltee a mirarlo sin ocultar mi cara de confusión justo en el momento que pitó dos veces en forma de despedida y arrancó el auto alejándose por la calle.
No quería pensar lo peor pero... ¿acaso mi mamá estaba saliendo con Draco?
.
.
.
.
.
😏😏😏😏😏 ¿Entonces Eclipse tiene un pasado muy perturbador? ¿acaso Draco está saliendo con su mamá? 😂😂😂 descubrelo en el siguiente capitulo de Deseo... Que seas mío.Instagram: Ysarisareinamoo
ESTÁS LEYENDO
Deseo... que seas mío. (Libro 1 Y 2) [Completo]
Novela Juvenil(Libro 1 y 2 completos) El problema era Evans Damon, él iba en el último año del instituto, era jugador de futbol, y mi crush imposible, él no sabía de mi existencia hasta que le eché la comida encima frente a todos en el comedor. Pensé que me odiar...