Estaba hablando con Emma, ambas sentadas en una banca comiendo palomitas de maíz, había mucha gente alrededor caminando de un lado a otro subiéndose a las atracciones de la feria de los caídos. Emma había cambiado mucho, su cabello ahora le llegaba un poco más abajo de la cintura y había rebajado mucho, también había terminado su relación con Stan antes de irse a la universidad, lo último que habíamos sabido de él era que se había mudado de estado y ahora vivía con un hombre.
—¿Qué ocurre? Estás muy callada —dijo Emma después de contarme con detalles todo lo que había vivido este semestre, ahora estaba saliendo con un deportista árabe que estudiaba en la universidad de la capital.
Forcé una sonrisa confusa terminando de comer las palomitas de maíz, como si ella estuviera paranoica, no me sentía cómoda hablando de todo lo que había ocurrido, ni siquiera le conté lo que realmente pasó el día que me apuñalaron, solo le había dicho la versión que le dije a mi madre, no era que no le tuviera confianza sino que se me hacía difícil hablar de eso, solo prefería que nadie lo supiera, que no ocurrió...
Quería fingir que era la misma Eclipse que se fue hace 3 años atrás para estudiar medicina, llena de sueños y algunas ilusiones rotas, esa chica que quería devorar el mundo sin importarle sus errores del pasado.
—¿Callada? Estaba escuchándote, eso hacen las personas educadas —refuté—, además este semestre fue muy estresante... demasiada tarea, no sé por qué elegí estudiar medicina.
Emma me miró por un momento estrechando sus ojos hacia mí como si quisiera ver más allá de mis palabras.
—¿Es por Draco? —Preguntó—, en realidad no sabía que él vendría este verano, mi madre no lo mencionó.
Tomé una profunda respiración, por un momento había olvidado que Draco había vuelto y estábamos posiblemente más cerca de lo que pensaba.
—¿Qué vino a hacer aquí? —indagué con curiosidad, Emma se encogió de hombros y negó con la cabeza.
—No lo sé, sabes que Draco no habla mucho de su vida —dijo—, pero mi madre me dijo que él mismo le preguntó si podía venir a pasar unos días aquí a Emporia, tu sabes que mi madre lo adora, así que obviamente no se lo negó.
Me preguntaba qué diría la señora Candy si supiera quién era Draco en realidad. Mordí mi labio inferior por un momento, al parecer Draco eligió venir justo cuando yo venía a pasar el verano ¿acaso sería coincidencia?
—¿Su prometida murió? —me arriesgué a preguntar, Emma pareció levemente confundida porque le preguntara tal cosa, pero simplemente se encogió de hombros.
—Realmente no lo sé. —miró alrededor y dijo: — Bueno ya basta. Ven, olvídalo, no pienses en él. Vamos al martillo —Emma me tomó de la muñeca y prácticamente me arrastró hasta la atracción mecánica.
Después de disfrutar de varias atracciones, decidimos irnos, esto era justo lo que necesitaba, disfrutar de un momento lejos de todos los problemas; distracción. Cuando íbamos saliendo de la feria de los caídos vi a alguien muy familiar, a medida que nos acercábamos noté su cabello corto y su estatura, de su mano iba un niño.
Él volteó cuando yo corrí y toqué su brazo, tardó un momento en reconocerme, pero cuando por fin lo hizo me envolvió en un abrazo que correspondí, no lo veía desde navidad, abracé a mi sobrino y lo cargué en mis brazos dándole muchas vueltas antes de bajarlo otra vez, él era muy parecido a Hura físicamente, pero muy dulce.
—¿Cuándo llegaste? —preguntó Hura, cuando iba a responder observé como un hombre fornido se acercó a nosotros, por un momento cruzamos miradas con indiferencia, creí que solo era un amigo de mi hermano... pero cuando noté el brillo en sus ojos verdes azulados y sonrió reconocí a Evans.
—Hey —dijo Evans pareciendo sorprendido, su mirada fue a Emma y la saludó con un gesto de la mano antes de volver a verme—, ¿Cómo estás?
—Evans —no sé por qué lo hice, pero simplemente me impulsé hacia adelante y lo abracé, él me correspondió el abrazo pareciendo sorprendido y lo admito, yo también me sorprendí, pero le guardaba cariño, aún más por lo que él había hecho por mí cuando recibió una puñalada de Leonardo cuando intentó violarme.
Eso valía mucho.
Cuando nos separamos él dijo:
—¿A dónde van ahora? —miró de mí hacia Emma—, hay una fiesta en el lago, ¿quieren ir?
No tuvimos que pensarlo dos veces, ambas estábamos de vacaciones y lo único que queríamos era salir. Fuimos al lago que quedaba a unas pocas cuadras de la feria, mi hermano Hura no nos acompañó porque iba con mi sobrino y ese no era un ambiente para niños. Al llegar noté que había una fogata y varios chicos ahí alrededor tomando y bailando, a muchos de ellos los conocíamos y comenzamos a entablar conversación enseguida sentándonos en unos robles alrededor de la fogata.
Mi mirada se despegó de Emma quien contaba una anécdota muy graciosa de la universidad a algunos que estábamos ahí y miré a la persona que había tocado mi brazo; Evans, me hizo un pequeño gesto con la cabeza así que lo seguí, solo nos apartamos a un lado donde podíamos hablar tranquilamente sin que nadie nos interrumpiera ni el sonido fuera atosigante.
—Es extraño volver a verte después de tanto tiempo —dijo Evans recostando su espalda de un árbol—, me lleva al pasado muchas veces.
Casi tuve una película en mi cabeza, mi enamoramiento por él, mi absurdo acto de enviarle las fotos semidesnuda, todo siendo un completo caos cuando me mandaron a Ámsterdam... parecían siglos después de aquello.
—Ya sabes, ya el pasado no importa —dije—, intento vivir el presente.
Evans sonrió y comenzó a contarme que Leonardo había fallecido en un accidente automovilístico hacía un año, por estar borracho, no me sorprendí, Leonardo siempre fue una persona errática. Evans seguía encargado del negocio de su padre y se iba a casar con Helena —la chica que celé alguna vez con Draco—, ambos esperaban un hijo, ella estaba en casa. No sé por qué sentía algo de melancolía con rara felicidad por Evans, al menos estaba feliz a diferencia de mí.
Nos fuimos alrededor de una hora cuando ya se estaba haciendo tarde y mi mamá me llamó preocupada de dónde pudiera estar. Evans nos llevó a Emma y a mí, prometiendo volver a salir estos días que íbamos a estar aquí, me sentía alegre, con un raro equilibrio, como si estar en mi pueblo me completara.
Llegué a casa directo a mi habitación, me di una ducha y me acosté, sin embargo me costaba agarrar el sueño, supongo que sería una de esas noches donde no podría dormir. Mi mirada estaba fija en el techo pensando en cómo hubiera sido mi vida si me hubiera negado a ir a Ámsterdam o si me hubiera negado a estudiar medicina en Clare, tal vez hubiera sido cajera en algún supermercado...
Escuché un fuerte ruido.
Me quedé por un momento desconcertada mirando alrededor cuando lo volví a escuchar, era como un martilleo pero más ligero. Me levanté intentando hacer el mínimo ruido posible y me asomé al ventanal que daba al balcón, estaba bajo llave, pero un ventanal de vidrio era fácil romperlo con un martillo si lo que querían era robar.
Algo se movía, diferencié una sombra, parecía un hombre encapuchado terminando de subir por la escalera, di varios pasos atrás, el pánico comenzando a acelerarme el corazón.
Calma Eclipse, respira...
Los recuerdos del sujeto apuñalándome vino a mi mente en el peor momento. Llevé las manos a mi vientre por inercia y observé la enorme sombra del sujeto que había subido caminar a las puertas e intentó abrirlas, pero evidentemente las tenía bajo llave. Por un momento miró más allá del vidrio y se quitó la capucha de la cabeza posiblemente al ver mi rostro completamente asustado.
Detuve mis pies quedándome por un momento paralizada al reconocer sus ojos azules, en la oscuridad resplandecían en plateado, el deja vú envolviendo mi cabeza de todas las veces que él hizo lo mismo...
Draco.
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Si no votas te dará diarrea con hipo😁
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Deseo... que seas mío. (Libro 1 Y 2) [Completo]
Ficção Adolescente(Libro 1 y 2 completos) El problema era Evans Damon, él iba en el último año del instituto, era jugador de futbol, y mi crush imposible, él no sabía de mi existencia hasta que le eché la comida encima frente a todos en el comedor. Pensé que me odiar...