Capítulo 25

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Nadie le atinó, pensaron que no pondría lo obvio. Que risa. 😂😂😂😂😂

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  Draco fijó su mirada en mí mientras cerraba el ventanal a sus espaldas, su cuerpo parecía más grande en mi pequeña habitación, sentí que la respiración se estancó en mis pulmones, no sé por cuanto tiempo nos miramos el uno al otro pero cuando comenzó a caminar hacia mí cada paso pareció una eternidad, como si todo sucediera en cámara lenta.

Hasta que se detuvo a unos centímetros de mí.

Alcé la cabeza, su rostro de ángel parecía cincelado en porcelana, sus ojos azules resplandecían en la oscuridad de mi habitación en luz plateada, alguien de apariencia tan hermosa debía de ser sacado de un ensueño inexistente o de algún libro, pero aquí estaba, frente a mí, y mi molestia por lo de ayer pareció esfumarse como por arte de magia.

—¿Debería llamar a la policía? —susurré.

Sus labios formaron una débil sonrisa cuando se encogió de hombros y sus ojos pasearon por mi rostro poniéndome un poco nerviosa.

—A mi mamá no le agradas —continué— desde que supo que golpeaste a Evans en la fiesta.

—Si quieres que me vaya, solo dilo y lo haré —dijo dando un paso más cerca de mí de modo que ahora nuestro cuerpos se rozaban y respirábamos casi el mismo aire, mis manos comenzaron a temblar, y relamí mis labios pidiendo a gritos que me besara pero resistiéndome porque debía recordar que me hizo sentir como una puta ayer.

—¿Quieres que me vaya Eclipse? —susurró inclinándose hacia mí, su nariz rozó la mía y sentí mis piernas temblar.

Enfócate.

—Me gustaría tener las suficiente valentía para decir que te largues a la mierda —dije con un eje de ironía—, pero al parecer vienes de ella.

Soltó una ligera carcajada, el sonido de su risa parecía algo tan familiar, tan relajante que me odié a mí misma por reaccionar como una estúpida masoquista cuando él estaba cerca.

—¿Qué hacías con Evans? —susurró acariciando con una mano mi mejilla, cerré los ojos disfrutando de su tacto, sus dedos estaban fríos.

Recordé la pelea que ellos iban a tener antes si no le hubiera insistido a Evans que nos fuéramos de ahí. Con el poco autocontrol que me quedaba, me separé de Draco dando tres pasos atrás para poder pensar con la mente y no con la vagina.

Él es un imbécil que te sacó de su carro.

Él es un imbécil bipolar que solo juega con tus emociones.

Él te ve débil, te estás dejando manipular por él.

Si pensaba eso, probablemente lograría que mi cuerpo dejara de temblar.

—Nada que te incumba —respondí de la misma forma que él lo hizo ayer en el carro—, necesito que te vayas de mi habitación por favor.

Creí que mi comentario lo haría enfadar o hacer sentir de la misma manera que yo lo hice en ese momento, pero a diferencia de lo que creí, Draco soltó una ligera carcajada e inclinó la cabeza a un lado cruzándose de brazos.

—¿Estás vengándote por lo de ayer? —alzó una ceja y tuve que imitar su gesto cruzándome también de brazos para de alguna manera poner una barrera de lo estúpidamente atrayente que me parecía.

Deseo... que seas mío. (Libro 1 Y 2) [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora