(3 años antes)
Mi tenedor jugaba con el espagueti enrollándolo y desenrollándolo junto con la salsa roja, lo estaba haciendo por diversión mientras escuchaba a mi mejor amiga Emma y a mi mejor amigo Stan hablar de algo de un programa chino que no me interesé en entender, no tenía hambre, últimamente casi no me daba hambre, probablemente era el clima nublado de estos días.
En un momento vagué la mirada por el comedor observando a la enorme cantidad de estudiantes pasear de un lado a otro con sus bandejas, cuando de repente me enfoqué en los chicos de la mesa del fondo, ellos siempre se sentaban ahí, era como la mesa de los populares, más que todo porque formaban parte del equipo de futbol y les daba un cuerpo deslumbrante, probablemente no tenían ningún futuro brillante o alguna universidad en la mira, no entendía por qué todos se desvivían por ser sus amigos o caerles bien, ni por qué las chicas más bonitas de la institución siempre andaban a su alrededor buscando algo de su atención...
Bueno, sí sabía por qué.
Todos eran atractivos, o por lo menos comparado con los demás chicos de la institución eran la élite, sonrisa perfecta, mirada seductora, creo que eso era la debilidad de cualquier chica, desgraciadamente. Y por más que me costara admitirlo, uno de ellos me llamó la atención desde que lo vi llegar al instituto, se trataba de Evans Damon, era dos años mayor que yo, siempre se rumoreaba que era muy inteligente, tenía un estilo rockero como un aura oscura que lo hacía misterioso y peligroso, sus ojos verdes me parecían muy intrigantes... pero jamás notó mi existencia, yo nunca resaltaba porque siempre era muy callada y mis notas eran promedio, solo era una del montón sin nada especial.
Lástima, era mi crush imposible.
El timbre que daba por finalizado el almuerzo y nos mandaba a la siguiente clase sonó, recogí rápidamente mi bolso para poder ir, el profesor que me había tocado era todo un gruñón y odiaba que llegáramos tarde, como apenas hoy iniciábamos el tercer año no quería meterme en problemas, mi esperanza era que el próximo año entraría a penúltimo año y solo quedaría el quinto para terminar el bachillerato.
Tres años más y por fin "Hola vida universitaria."
Me levanté de la mesa y casi tropecé, por suerte Stan me sujetó por los hombros con fuerza antes de que me cayera al suelo torpemente como era común en mí. Stan era literalmente una persona muy grande, siempre lo animaba para que entrara en el equipo de futbol, pero él nunca quiso, su cabello era tan naranja como el amanecer y sus pecas casi no dejaban ver la piel blanca completamente pálida en su rostro. Nos habíamos hecho amigos desde que iniciamos el instituto al igual que Emma, ella era de estatura pequeña, morena y de contextura delgada, en cambio yo, pues... mi cuerpo era robusto sin ninguna forma favorecedora que llamara la atención de los chicos, intentaba usar ropa holgada para poder sentirme cómoda, mi altura promedio al menos me hacía pasar desapercibida.
-Cálmate Eclipse, ¿Qué mosca te picó? -dijo Emma levantándose de la mesa y tomando su bolso.
-En primera, las moscas no pican. -Acomodé mi bolso detrás de mi hombro- Y segundo, me toca clases con el señor Julio, así que ¡Chao!
Ellos estaban en otras secciones, el instituto era un lugar grande lleno de muchos estudiantes sin embargo seguíamos conservando la amistad.
Tomé mi bandeja con prácticamente mi almuerzo intacto y me despedí con un gesto de la mano, cuando avancé -o más bien corrí- hacia la basura sin ver realmente por donde iba por estar completamente distraída, me llevé por el medio a una persona que también venía distraída, mis pies se enredaron con los de él y caí torpemente en el suelo, y para empeorar la situación, cuando alcé la vista me di cuenta que la bandeja que yo llevaba había impactado directamente en la camisa del sujeto...
Y no solo eso, cuando la bandeja resbaló lentamente y cayó al suelo me di cuenta que le había creado una gran mancha con la salsa de la pasta que jamás me comí por toda la camisa blanca...
¡Y no solo eso! La bandeja que la persona llevaba le había caído en los pantalones manchándola con jugo, en conclusión le había manchado TODA la ropa...
¡Y NO SOLO ESO! Cuando alcé la vista, mi mirada llena de culpa se cruzó por primera vez con unos ojos verdes parecidos a la esmeralda y sentí que la sangre se drenó de mi cuerpo...
¡LE HABÍA LANZADO LA COMIDA ENCIMA A MI PUTO CRUSH!
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Deseo... que seas mío. (Libro 1 Y 2) [Completo]
Ficção Adolescente(Libro 1 y 2 completos) El problema era Evans Damon, él iba en el último año del instituto, era jugador de futbol, y mi crush imposible, él no sabía de mi existencia hasta que le eché la comida encima frente a todos en el comedor. Pensé que me odiar...