#staysafe♥
.
.
.
.
.
.
.
★*★Me quedé congelada por unos segundos, la poca ansiedad que había logrado bajar el alcohol en mí había crecido más cuando lo vi. Su cabello había crecido bastante, le caía hasta la nuca y cubría sus orejas en leves ondulaciones, sus ojos verdes como esmeralda resaltaban con la poca luz de la casa, y sin duda ahora estaba más fornido que la última vez.
Los recuerdos comenzaron a invadirme, él aprovechándose de mi ilusión, él burlándose de mi cuerpo, él caminando hacia un sitio abandonado y yo siguiéndolo en busca de una explicación antes de que me atropellara el carro.
-Escuché que llegaste de Ámsterdam -sonrió-, ¿Cómo te fue por allá?
¿En serio estaba intentando tener una conversación conmigo como si nada? ¿Cómo si por su culpa no me hubieran metido a un internado de monjas por 3 putos años? ¿Cómo si no hubiera publicado las fotos que le envié para que toda la escuela las viera?
Tenía mucha ira y rabia mezclada, sin embargo lo único que hice fue solo observarlo por más tiempo del necesario y decir:
-Bien.
Lo miré por unos segundos más considerando la idea de golpearlo, pero preferí no hacerlo, y me dispuse a salir de la cocina, sin embargo él me agarró la mano deteniéndome, su simple toque me dejó aturdida por unos segundos recordando cuando estábamos en mi casa y casi follamos sino hubiera sido porque mi hermano nos interrumpió, esa vez cuando él quería aprovecharse de mi tonto enamoramiento por él, solo usarme como un pañuelo desechable.
-¿Por qué te vas? -dijo con voz suave-, ¿acaso te intimido?
Me solté de su agarre dando un paso hacia él, mi mirada fija en su rostro, él se echó un poco hacia atrás pareciendo ligeramente confundido por mi actitud, su espalda apoyándose de la encimera, aproveché la situación y me pegué más a él de modo que nuestro cuerpo se tocaban y alcé una mano para pasar mis dedos por sus labios.
-¿Crees que puedas intimidar a la maldad pura? -entrecerré los ojos y sonreí- no quieres meterte conmigo otra vez.
Sus ojos examinaron mi rostro y se fijaron en mis labios pareciendo intrigado por mi comportamiento, tomó mi muñeca y me jaló de modo que ahora nuestros rostros estaban a escasos centímetros.
- ¿Subimos? -susurró ignorando mi advertencia- desde que te vi ayer en la feria no pude sacarte de mi mente.
La feria. Ayer. De repente recordé lo que Draco me había advertido en la rueda de la fortuna, Evans estaba aquí invitándome a follar solo por la estúpida apuesta, él quería volver a jugar conmigo.
Pero ahora yo jugaría con él.
Entrecerré los ojos y mostré una sonrisa forzosa.
-Yo ni te vi -mentí-, y sinceramente, no me provocas.
Observé como Evans pareció contraer su ceño un poco pero luego pareció serenarse mostrando una débil sonrisa, me soltó y observé como sacaba algo de su bolsillo.
-¿Qué dices ahora? -dijo mostrándomelo- podemos compartirlo si subimos.
Observé el cigarro que sostenía en sus dedos con orgullo, pero sabía que no era un cigarro común, su forma y color eran diferentes, un porro probablemente de marihuana, la había fumado antes en el internado, era la más fácil de conseguir. Lo miré y lo tomé en mis dedos para observarlo mejor, casi sentía el agrio humo cálido llenar mis pulmones y salir por mi boca, joder, llevaba varios meses sin fumar nada, pero esto parecía seducirme, me hizo recordar incluso la primera vez que lo hice...
Después de que me asignaran a Debra como compañera de habitación, fue una guerra entre nosotras, era como vivir con el enemigo, yo odiaba que invadiera mi espacio personal, ella tenía su lado del cuarto y yo el mío, pero a veces ella dejaba los zapatos en la entrada cerca de la puerta o un sostén en el escritorio -que se suponía era de ambas- y como yo tenía problemas de enojo, la odiaba y odiaba todo lo que hiciera así no me afectara.
Pero todo cambió esa noche del sábado.
Había alerta de una chica escapada, era muy común que al menos una chica por mes intentara escaparse -probablemente con algún chico- y la atraparan luego de varias horas a los alrededores del internado intentando volver, pero aquella chica no la habían logrado encontrar desde la mañana y ya iban a ser las seis de la noche, para empeorar la situación la lluvia había comenzado a caer y nos prohibieron salir de las habitaciones luego de la cena hasta que la chica escapada apareciera, entonces así era la situación; me encontraba en mi cama escuchando algo de Imagine Dragons a través de mis audífonos cuando un extraño olor me inundó las fosas nasales.
Me quité un audífono y miré a Debra, ella estaba sentada en su cama, tenía la espalda apoyada de la pared, su cabeza gacha mostrando el moño improvisado sobre su cabeza mientras parecía chupar el cigarro entre sus dedos y botar el humo de manera normal por una esquina de sus labios, fruncí el ceño, las dos semanas que teníamos viviendo en la misma habitación nunca la había visto fumar.
-¿Es enserio? -dije- Debra, estamos en una habitación encerradas, no podemos ni abrir las ventanas por la lluvia, me vale mierda que quieras morir de cáncer, pero yo no quiero.
Ella me siseó de una manera sutil para callarme, casi agotada, se echó hacia atrás y se acostó en su cama inhalando nuevamente el cigarro.
-Esto es la relajación pura -sonrió mirando algún lado del techo-, apuesto a que no has probado lo que es estar en completa paz sin que nada más tenga importancia... sin que nada más exista...
Incliné la cabeza a un lado con curiosidad, jamás me había respondido de manera tan... calmada, usualmente siempre terminábamos discutiendo y ni nos dirigíamos la mirada por días.
-No, no lo he hecho, y creo que tampoco deberías hacerlo, puedes morir -murmuré frunciendo débilmente el ceño.
Desde que tenía memoria, sabía que la droga era mala, las drogas mataban a los actores, cantantes, las drogas destruían vidas.
-Ese es el problema con las chicas como tú -sonrió ampliamente-, temen hacer las cosas por temor al qué dirán, por temor a morir. Pero... -tosió un poco y negó con la cabeza- cuando estás muerta por dentro ya no hay nada que perder, te vuelves indestructible.
La observé sin saber por qué me decía eso, ahora que extrañamente ella estaba drogada y me hablaba con serenidad sin yo estar discutiendo, me daba cuenta que probablemente Debra no era esa muñeca Barbie perfecta que odié desde el principio, sino que ella también tenía problemas y por eso estaba también en el internado.
-¿Entonces fumas esa mierda para olvidarte de todo? -indagué, me daba curiosidad el qué quería o necesitaba olvidar.
-Y funciona -dijo Debra, volteó a mirarme extendiéndome su mano con el porro-, toma el resto, apuesto a que tú también necesitas un respiro lejos de aquí.
Dudé un poco, sin embargo, fue la primera vez que probé la droga y fue la primera vez que me hice amiga del diablo.
.
.
.
.
.
★*★
Mira quedé así ira: :o ¿Qué tantas locuras habrá hecho Eclipse? Descubrelo en el siguiente capítulo, por aquí, tu canal favorito♥ 😂😂😂😂
Recuerda dejar tu voto♥★
Instagram: Ysarisareinamoo
ESTÁS LEYENDO
Deseo... que seas mío. (Libro 1 Y 2) [Completo]
Fiksi Remaja(Libro 1 y 2 completos) El problema era Evans Damon, él iba en el último año del instituto, era jugador de futbol, y mi crush imposible, él no sabía de mi existencia hasta que le eché la comida encima frente a todos en el comedor. Pensé que me odiar...