VI. La boda.

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ECLIPSE

***

Fue cuando salieron las novias, cada una por un costado distinto del jardín y caminaron lentamente al altar; cada una con un vestido azul, que me di cuenta de algo completamente horrible.

Una de las novias se parecía a Charlie, la novia de mi exnovia Debra, pestañee muchas veces y cuando estuvo más cerca noté que realmente era ella, solo que el maquillaje la hacía lucir diferente, sentí taquicardia cuando voltee hacia la otra novia y vi que de hecho era Debra caminando hacia al altar.

Mierda, ¿en serio había venido a la boda de mi ex sin ni siquiera saberlo?


~

UNAS HORAS ANTES.

~


Lo peor de una primera cita era elegir qué vestir, aún más cuando tenía un pie enyesado, además de que no era cualquier lugar, era una boda. Mi primera impresión fue rechazarlo, pero luego de que insistiera diciéndome que su padre lo estaba obligando a ir con alguien y que yo era su única esperanza no pude rechazarlo.

De igual forma había adelantado la mayoría de la tarea pendiente y además, era sábado.

Me coloqué un vestido rosa claro y dejé mi cabello suelto adornado con algunas pinzas, un ligero maquillaje y era todo lo que podía hacer para verme bonita ignorando el estúpido yeso. Cuando dieron las 9 de la mañana, Russ me llamó diciendo que estaba afuera, así que salí y casi sentí que mi corazón se me saldría por la boca, él estaba apoyado de la puerta de una camioneta negra, tenía un traje elegante de color bronce y en su mano un ramo de margaritas.

Cuando caminé hacia él, le sonreí con un poco de confusión cuando extendí la mano dispuesta a agarrar el ramo.

—¿Cómo sabías que me gustaban las margaritas? —pregunté, él frunció el ceño y negó con la cabeza.

—Oh, no son para ti —parecía ligeramente incómodo—, de hecho son para la boda, mi mamá dijo que la invitación especificaba que los invitados debían llevar margaritas para lanzarlas en vez de usar arroz...

Oh...

Resguardé mi mano sintiéndome ligeramente avergonzada, él pareció notar que tal vez debió traerme algo, así que dije:

—Hey, está bien, después de todo, esto no es nada serio —murmuré, él pareció querer refutar pero se contuvo y afirmó con la cabeza.

—Dale. —se agachó para darme un beso en la mejilla, el tacto de sus labios contra mi piel me dio un raro cosquilleo, cuando se separó me regaló un pequeña sonrisa y dijo:— Estás muy bonita.

—Lo sé. —le guiñé un ojo y agregué con sarcasmo:— Le eché brillantina a mi yeso.

Él soltó una carcajada y yo rodee el auto para montarme, él fue detrás de mí y me ayudó a subirme, el auto olía a fragancia varonil, todo estaba impecable, rodeó el carro para subirse y arrancó, verlo manejar con su traje elegante y sabiendo lo bien que besaba y lo bien que me trataba, me hizo tener un raro sentimiento de admiración porque fuera médico...

Oh no Eclipse, debes controlarte. Nunca aprendes.

—¿Entonces no te la llevas bien con tus papás? —pregunté recordando que me había dicho por teléfono cuando me invitó a salir que debía llegar con alguien a la boda porque no quería aguantar lo que le diría su papá.

Deseo... que seas mío. (Libro 1 Y 2) [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora