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Jimin estaba preocupado, pero no por el rumor de su disque relación, sino porque Yoongi no daba señales de vida en sus redes sociales. Bueno, en Twitter no, por la razón de que esa era la única red en la que actualizaba a diario ¡Pero ahora nada!

Tampoco podía ir a su departamento a preguntarle si está molesto por lo que pasó. Eso sería una bomba para los fans y el omega lo consideraría un acosador de primera. Sabía que los canales de chisme lo tenían en la mira ahora más que nunca y una imprudencia como la que estaba en consideración confirmaría que todo lo que especulan es cierto.

Él no tenía problema con eso, pero el omega era un caso aparte.

Además de esto, Jungkook lo había citado a una reunión de urgencia en la empresa, aclarando que lo necesitaban urgentemente, lo cual significaba que se trataba de una decisión en torno a él y su imagen, porque solo para eso lo tomaban en cuenta en dichas reuniones. Era triste, pero al menos lo involucraban en algo, porque los demás idols usualmente no corrían con la misma suerte. En la mayoría de las compañías, por no decir todas, ellos no tenían ni voz ni voto y solo les quedaba aceptar sin rechistar lo que se les indicaba.

Era suertudo. Aunque era consciente de que este trato preferencial se debía a que él era quien generaba mayores ingresos, así que darle ciertos beneficios con tal de que no se vaya a otra compañía era la mejor opción.

Al final, se decidió por ir hacia el edificio de su empresa para acabar con la situación de una vez por todas y tener el resto del día para solucionar su problema con respecto a Yoongi.

Tomó un taxi y mientras veía las calles pasar, pensó en todo lo extraño que le había sucedido con relación al omega, seguía sin explicarse por qué su lobo se hizo presente. La duda no era por los medicamentos, mas bien, era porque desde aquel incidente en el que su lobo se negó a volver a hacer algún acto de aparición hasta a sus ahora veintidós años, después de seis largos inviernos con un vacío constante en su alma, ahora aparecía por el mero hecho de conocer al pelinegro.

Sabía lo que eso implicaba, pero no quería espantarlo. Si el omega actuó así en su primer encuentro, lo mejor era actuar con suma precaución para que no lo volviera a alejar.

Cada vez que pensaba en Yoongi, su lobo movía la cola feliz y aullaba contento. Actuaba como todo un cachorro y parecía haberlo perdonarlo por ese error. 

A pesar de que fue una decisión en la cual él estuvo consciente, le dolía y se tenía que repetir constantemente: "Valió la pena, lo hizo y lo sabes".

Sin embargo, ¿lo hizo en verdad?

Aún le afectaba, aunque mínimamente. Eso quedó en el pasado y ahí seguiría.

Siguió su trayecto hasta que el conductor le avisó que ese era su paradero. Una vez que le pagó e ingresó a su respectiva empresa, le mandó un mensaje a su representante para avisarle que ya había llegado.

Aún seguía pensando sobre qué querían hablar con él, lo único que se le ocurría por descarte era sobre su futuro rol como MC al lado de Yoongi. Lo más probable era que le iban a solicitar que mantenga cierta distancia con el omega, también que sutilmente recalque que solo eran amigos.

¡Era obvio!

¿Para qué más lo citarían los altos mandos si no era para darle una clara advertencia sobre su conducta? Si ese era el caso, no le quedaría nada más que fingir el no tener algún interés amoroso en el pelinegro, aunque eso no le impediría fuera de cámara lograr que el pálido le diera una chance de estar a su lado, por más pequeñita que sea.

Aunque tuviera que ser a escondidas. Lo haría.

—Demonios, eso solo volverían las cosas más complicadas —bufó y decidió abrir de una vez la puerta para terminar la reunión lo más rápido posible. Odiaba este tipo de situaciones.

MCs ➳ JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora