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Toda la semana fue demasiado agotadora para Jimin, siendo él una suerte de "Natacha" en todo el transcurso de esta. Lo que hizo en resumen fue lavar los platos, cocinar (al menos ahora podía presumir de una buena sazón e impresionar a su omega con nuevos platillos que veía en internet), limpiar todos los ambientes (sí, eso también incluía el baño), lavar la ropa (aunque solo lo metía a la lavadora, igual fue un gran trabajo, lo bueno era que pudo ver la ropa interior de su omega).

El alfa quedaba tan agotado hasta sentir como sus ojos se cerraban por sí solos, pero lo que lo alentaba en gran medida, era el hecho de que Yoongi en estos siete días, estuvo instalado en su casa. De solo recordarlo él sonreía plenamente y su lobo agitaba su cola con ímpetu como una muestra de alegría.

No podía darse el lujo de dormir en la misma cama que él; de hecho, el rubio dormía en su sofá con una manta cubriéndolo. El frío lo hacía temblar, pero a la mañana siguiente despertaba y aparecía con una frazada más encima, al igual que con un leve olor de vainilla y moras a su alrededor que lo hacían descansar como un bebé, sin contar que lograba desvanecer cualquier incomodidad que sintiese.

Ahora estaba observando desde una esquina como Yoongi estaba envuelto como un tamalito, dejando solo a la vista esos ojitos felinos que le encantaban y su naricita de un tono rojizo, un aviso de que estaba por enfermarse.

—¿Por qué me miras así? —preguntó molesto el omega.

Jimin se sonrojó.

—Uhm... no sé... estuve pensando —Comenzó a jugar con la punta de su pie trazando cualquier figura en el suelo—. ¿Podría acurrucarme contigo? S-solo si quieres. No tengo problema si no aceptas —Agregó de inmediato, retractándose de lo que había dicho.

«Eres un idiota Jimin, debiste quedarte callado»

—Quince minutos -mencionó el omega, sacando al alfa de sus pensamientos, mientras que trataba de lucir indiferente al tema, como si no le importara, a no ser por sus mejillas coloreadas de un tierno color rosita que lo delataban—. Pobre de que te pases más del tiempo que te di y... —Antes de terminar sintió como el alfa ya estaba abrazándolo con su cabeza en la unión de su cuello y hombro aspirando su aroma con empeño.

Odiaba lo cursi que era, pero más que nada detestaba que su tonta cursilería lo hacía sonreír sin querer.

«Ugh, tontos y estúpidos sentimientos»

Bufó con resignación, cerrando sus ojos, relajándose. No quería ser demasiado débil en perdonarlo, aún seguía resentido siendo sincero y aún seguía maldiciendo a Seokjin por su discurso sobre arriesgarse por amor.

«Pavadas»

Sin embargo... mirarlo tan tranquilo, abrazado a él, como si se aferrara a su persona, le daba un sentimiento de satisfacción, hasta su omega que solo gruñía al escuchar el nombre de Jimin, actualmente solo correteaba juguetón y aullaba cuando sentía su presencia. Sin contar que el aroma a chocolate amargo con un toque a hierba buena que soltaba el alfa lo hacía querer ronronear de puro gusto. Cada segundo que pasaba se olía tan intenso y fuerte, más de lo normal...

Abrió sus ojos como platos, mirando con horror cómo Jimin comenzó a jadear en sueños, mientras que se removía sobre él con el ceño fruncido, para luego a frotarse contra su muslo con insistencia, como si lo embistiera.

«Vamos Yoongi, solo debes empujarlo y te encierras en la habitación», pensó apretando con fuerza sus orbes y tragando en seco.

O al menos eso intentó hasta que sintió un húmedo toque en su cuello. Yoongi estaba sonrojado, aún no era tiempo ¡Recién estaban arreglando lo que sea que tenían!

MCs ➳ JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora