Extra: Enseñanzas del pasado

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Jungkook como padre omega de siete cachorras omegas, no se le hacía un trabajo fácil lidiar con todas ellas. Sentía que le faltaba tiempo para cada una sinceramente. Su alfa, se encargaba en sus tiempos libres de llevarlos a un paseo en familia, en un afán de no descuidarlos y compensar el tiempo perdido.

Cada uno tenía más afinidad con algunas que con otras. Él iba más con Nayeon con quien compartía los gustos por los videojuegos y animes, sí, él aún a su edad le gustaba verlos. Luego seguían las demás que si bien no compartía muchas cosas en común, ya que cada una era un mundo diferente, tenían su propia dinámica.

Excepto por Jennie.

La omega era la más cercana a Taehyung, tenían el mismo gusto por la alta costura, pero ella no era una dramática de primera como el moreno, solo se quedaba callada con su rostro "feliz", para él no era así, pero quien era para saber lo que pasaba por la mente de su pequeña. A ella no le gustaba obedecerlo y siempre paraba haciendo caras como si no le importara lo que le dijera.

No eran muy cercanos y siempre que él iniciaba la conversación, recibía monosílabos como respuesta.

Ella tenía un carácter fuerte, se enfrentaba a cualquiera que la molestara, por eso se descolocó cuando pasando por las diferentes habitaciones escuchó unos sollozos provenientes de la suya.

No podía ser cierto.

Para asegurarse, se acercó aún más confirmando que se trataba de la voz de su hija, quien estaba llorando en voz baja, tratando de no llamar la atención de otros.

Tratando de no ser "débil".

Dudó en si debía llamar a Taehyung, él estaba en un viaje por Singapur. No podía interrumpirlo, bueno, sí podía, pero no sería de mucha ayuda si no estaba presente físicamente. Jennie necesitaba sentirse reconfortada.

Con un poco de temor por fallar, ya que faltaba esa confianza necesaria para que le cuente lo que sea que le había pasado, tocó la puerta.

No hubo respuesta.

—Jennie... cachorra... soy yo, abre la puerta.

—N-no... yo... estoy bien ¡Perfecta! No molestes pa —respondió con una voz temblorosa y nasal.

—Te escuché, abre, no diré nada —dijo tratando de hacer sonar su voz suave y comprensiva para que aceptase—. Soy tu padre y estoy aquí para escuchar cualquier cosa que tengas que decirme... hija... puedes confiar en mí ¿Sí? Estoy aquí para ti, siempre.

Pensó que fue en vano, porque no hubo nada que le confirmara o negara lo que dijo, y antes de retirarse con los ánimos por los suelos, escuchó la puerta abrirse lentamente dejando a la vista a la chica con sus ojos rojos e hinchados.

—¿En serio?

—Claro, sé que no pasamos tanto tiempo juntos, pero sigues siendo mi pequeña.

No dijo nada más cuando ella abrió por completo la puerta, dándole un claro pase a su cuarto. Se asustó al encontrar muchos pañuelos en la cama y suelo.

¿Qué había pasado?

Se sentó a su lado en la gran cama, asegurándose que sea donde estuviera limpio. Se sorprendió cuando la castaña al instante lo abrazó, solo como una chiquilla lo hace buscando soporte de su progenitor.

Él sonrió acariciando sus cabellos cafés y correspondiendo el abrazo calmándola, para asegurarse de hacerla sentir mejor, soltó sus feromonas provocando que ella también liberara las suyas.

Jungkook sentía a su omega aullar feliz por compartir un momento así con su cachorra.

—Y...

MCs ➳ JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora