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Después de ese lindo momento que tuvo con Yoongi, ambos emprendieron camino por una merienda. Todo fue tan mágico para Jimin ¡Hasta podría jurar que cuando su omega hablaba el mundo paraba y solo eran ellos dos!

Sip, estaba ilusionado.

Ninguno de los dos se atrevió a cuestionarse el porqué cuando estaban juntos sus lobos hacían acto de presencia. Ellos no estaban listos para afrontar lo que eso significaba, son jóvenes y era un compromiso demasiado grande y por supuesto que tenían miedo.

Cuando un alfa cuando quería estar con un omega recurría al cortejo, lo clásico, pero esto no era del todo necesario en el caso de las parejas predestinadas. Claramente, por el simple hecho de estar destinados, eso volvían las cosas mucho más fáciles. 

Tu lobo te pedía estar con esa persona todo el tiempo, hasta el punto de no querer estar separados, arañando constantemente en tu interior, obligando a que le hagas caso, para poder enamorarte del quien se supone que es tu pareja de por vida.

¿El problema? Todo se daba demasiado rápido.

Al poco tiempo con ayuda del adelanto del celo, se concretaba la unión con la marca y comúnmente, también ya estaba en camino un cachorro y si este no era el caso, los lobos iban a encargarse de que se dieran situaciones convenientes para poder engendrar uno lo más rápido posible. Estaba en sus instintos, hubo evolución, pero seguían existiendo tales necesidades primitivas aún.

Todo este proceso se daba en menos de tres años. Eso si ambos tenían la suficiente fuerza de voluntad para retener a su lobo lo máximo posible.

Jimin no negaba que con cada minuto que pasaba al lado del pálido, se sentía más hipnotizado con su personalidad suelta y su manera de pensar tan única. Sin duda la Luna le había escogido un buen compañero, pero por esa misma causa, él quería disfrutarlo lo más que pudiera, tener tiempo solo para ellos dos, no que cuando apenas lograra conocerlo un poquito más, ya tenga que cambiar pañales. Él quería gozar cada pequeño o simple momento que tuvieran juntos, sin contar que ambos tenían una gran carrera por delante como para echarla a perder así sin más. Aún más en el caso de Yoongi que recién comenzaba.

En cambio, por el lado del omega, este no negaba que comenzaba a sentir algo por ese atractivo alfa. 

¡Parecía ser perfecto! Y por más cliché que sonara, Jimin era el alfa ideal.

Era atento, no lo juzgaba, escuchaba atentamente lo que tenía por decir. Creyó que al igual que todo alfa con el que se cruzaba se le iba a insinuar o recordarle cual se suponía que era su lugar en la jerarquía bajándole los humos, como ya le había pasado años atrás. Pero no, hubo muchos puntos en los que hasta aportó ideas sobre la importancia de los omegas, como el que no eran valorados lo suficiente, o tomados en cuenta a comparación de otras castas. El rubio se mostró en desacuerdo con muchos prejuicios alfistas que te enseñaban desde que apenas eras un cachorro y le habló de algunos propios, de los cuales nunca se puso a cuestionar hasta ese momento

Su lobo se encontraba cómodo y contento con su presencia.

«Simplemente, es encantador»

El pelinegro no pudo evitar tener ese pensamiento rondando en su cabeza junto a imágenes del rubio sonriendo o simplemente haciendo nada, era tan etéreo. Así que, sin dudarlo se abalanzó en su cama, mientras una sonrisa de encías decoraba su carita junto con un adorable sonrojo.

 Así que, sin dudarlo se abalanzó en su cama, mientras una sonrisa de encías decoraba su carita junto con un adorable sonrojo

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Jimin estaba regresando a su casa con una sonrisa de enamorado en su rostro. Una sonrisa que no se le ha borrado desde que se despidió de Yoongi y este le pidió intercambiar números.

«¡Ay, qué felicidad!»

Ese fue su último pensamiento hasta que abrió la puerta de su hogar y se encontró con Jungkook desparramado en su sillón, feliz de la vida como si no hubiera estado desaparecido todo el santo día y cargaba con una sonrisa igual de idiota que la de él.

Entrecerró sus ojos con sospecha. Jungkook no tenía vida amorosa.

—¡¿Se puede saber qué haces en mi casa y por qué faltaste a la junta a la que tú mismo me citaste?! —reclamó Jimin mientras se cruzaba de brazos furioso ¡Esto era el colmo! Estaba tan tranquilo en su casa como si no pasara nada.

Era inaudita esa actitud relajada.

—Pues verás... es algo un tantito chistoso si lo piensas —El castaño soltó una risita nerviosa mientras el contrario alzó una ceja interrogante, hasta que se dio cuenta de algo... en el aire había olor que no conocía para nada.

Jungkook no acostumbraba a usar neutralizadores, menos en su casa por la confianza que ambos se tenían. Conocía perfectamente el olor del otro y ese aroma a roble no provenía de él, ni era propio a los aromas de un omega.

Había un desconocido en su casa y se trataba de un alfa, podía apostarlo.

Antes de siquiera articular palabra alguna, apareció un chico de tez canela, alto y con cabello rubio platino en su sala. Jimin hubiera pensado que eso era lo más sorpresivo de su día, pero lo que en verdad lo dejó con la boca abierta era que este solo andaba con una toalla a la altura de la cintura.

«No me digas que... ¡Ay, no, Diosito qué asco!»

—¡¿ERA NECESARIO HACER SUS PORQUERÍAS EN MI TERRITORIO?! ¡HAY UN MOTEL A SOLO CINCO MINUTOS! ¡CINCO MINUTOS! —gritó ofendido el pobre alfa, pero luego se puso a analizar la situación y se dio cuenta de que esta era un tanto extraña—. ¿Por qué... él está... ca-casi desnudo y tú perfectamente...? —Entrecerró sus ojos mirándolos a ambos con recelo.

«Sospechoso, muy sospechoso»

Entonces, observando al desconocido, gritó por la sorpresa, ya que se trataba de nada más ni menos que de Kim Taehyung.

Jimin se quedó sin palabras. Jungkook desde que vio un dorama histórico en el que apareció el alfa, se había quedado embobado y ahora...

«Lo logró. Realmente él lo hizo»

¿Orgullo? La palabra se quedaba corta. Aunque también estaba un poquito celoso, él llevaba más tiempo conociendo a Yoongi y ni un besito pudo darle.

Qué injusta es la vida.

Dirigió su vista hacia el alfa de porte alto y rasgos atractivos. No lo conocía personalmente, no eran cercanos ni por asomo y no habían intercambiado palabras en ningún momento. Sabía que era un idol que en sus inicios comenzó en campañas de modelaje, pero sinceramente es lo único que tiene en mente, escuchó su nombre en el rubro de la actuación y canto, pero el modelaje era por lo que destacaba.

Su único contacto con él fue en shows de variedades y siempre el otro alfa lo miraba con odio o resentimiento.

—Pues verás, cuando la Madre Luna manda, uno hace —Taehyung comenzó a agacharse lentamente haciendo una mueca de dolor—. Aunque, a veces las cosas se den de una manera totalmente diferente de lo que creemos ¡Ay! —dijo cuando por fin logró hacer contacto con el sofá.

El rubio sintió un viento frío recorrerlo, esto no sonaba como algo bueno.

Jimin cuando vio la sonrisa de satisfacción de Jungkook, quien miraba al contrario y uniendo cabos, sacó conclusiones de muchas cosas y sinceramente no quiso pensar mucho sobre eso. Agarró su celular, billetera y llaves, para largarse de su propia casa.

Una vez que estuvo afuera decidió marcar a su nuevo contacto favorito.

—Hola, Yoonie, ¿Puedes hacerme un favor?

—¿En qué soy bueno?

«Si supieras...»

—¿Podría quedarme en tu casa hoy?

Desde el otro lado de la línea telefónica se encontraba un pálido omega sorprendido y sí, se puede decir que también un poquito nervioso por lo que podría pasar en este día.

MCs ➳ JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora