Extra: Un cupido poco convencional

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En la biblioteca del privilegiado instituto, se podían ver dos cabezas castañas que estaban vigilando atentamente a una hermosa alfa rubia, quien se encontraba leyendo tranquila un libro de amor.

Eunbin andaba enamorada de esa atractiva alfa, tan bonita y linda. Sin embargo, ella era una omega que tendía a cohibirse con la sola presencia de la otra ¡Es que era tan perfecta que su corazoncito no podía con tanto!

Desde que llegó al colegio había llamado la atención de todos, no creía tener oportunidad alguna, pero al menos quería que supiera de sus sentimientos. Esperaba que tuviera piedad de ella, ya había rechazado a otros omegas de una manera un tanto cruel.

¡Que la Diosa la ayude!

—¿Y ahora qué? —cuestionó Somi pensando seriamente si esto iba a ser una buena idea. Ni sabía el nombre de la susodicha, y ahí estaba, porque siempre la amistad por delante. En las victorias y fracasos. En las buenas y malas, eso también incluía los fracasos amorosos.

—No sé, solo quiero hablarle —dijo Eunbin—. Es como si fuera una polilla hacia la luz, lo anhelo, pero soy consciente de que puedo fallar y perderlo todo.

Somi miró a la omega con una mueca de disgusto.

—Debes dejar de ser tan abstracta, en serio esas clases de poesía te han traumado Binbin.

—Y a ti Coco, pero no te digo nada.

—¡Oye! Eso es muy de Daehwi y mío ¡Cosas de pareja!

—Ugh, ¿Me vas a ayudar o no?

—Depende, ¿Lo quieres de la manera sencilla o difícil? —preguntó seria. Eunbin solo entrecerró sus ojos, las ideas de la alfa menor eran rarísimas.

Pero funcionaban. Sino miren a Doyeon y Yoojung, estaban que botaban miel por todos lados, en cada momento.

La más alta quería lanzar maíz para las palomitas con la linda alfa un domingo en el parque, las dos agarradas de la mano en una banca. Sip, sonaba como un escenario ideal.

—Sorpréndeme —respondió decidida.

La canadiense solo sonrió con malicia y antes de que la otra recobrara la razón, la agarró con fuerza dándole vueltas y la empujó, haciendo que cayera al suelo, rodando por las escaleras.

Gracias a la Diosa que estas no eran muchas y estaban alfombradas.

—¡PERO QUÉ VEN MIS OJOS! ¡ALGUIEN QUE AYUDE A ESTA ALMA EN DESGRACIA! ¡BE FAST PLEASE! —gritó llamando la atención de todos y también de su objetivo oxigenado, para luego esconderse rápidamente tras los estantes.

Listo, hasta ahí llegó su trabajo.

Era el celo de Daehwi y debía de engreírlo como se debía. Se acomodó sus largos cabellos castaños para luego sacar su espejito, aplicando un poco de polvo compacto en sus mejillas. Actuando como si no hubiera casi matado a su mejor amiga del alma atentando contra su vida solo para que su crush le hiciera caso.

Yeeun se asustó al escuchar un horrible estruendo junto a gritos. Levantó la mirada de su libro para mirar a unos metros lejos de ella a un chica alta y agraciada tirada en el suelo.

¡Pobrecita! ¿Quién sería capaz de hacer tal crueldad?

Rápidamente se levantó, dejó el libro en la mesita en donde estaba para socorrer a la omega castaña que estaba quejándose de dolor.

—¡Diosa santísima! ¡¿Estás bien?! —interrogó agarrando el agraciado rostro entre sus manos, corroborando que aún estuviera consciente.

—¿Por qué quisiera pastel?

—Ay mamá, creo que me pasé —susurró Somi en voz baja apreciando la escena desde lejos. Iba a ir por ella. No obstante, sonrió al ver cómo ambas chicas tenían sus rostros muy cerca, podía ver cómo Eunbin estaba con sus ojos perdidos en la otra fémina, cerca de botar corazones voladores.

Bueno, salió como esperaba, pero con unas cuantas consecuencias. Nada que sus tíos no puedan resolver con dinero, o más bien... sus padres en este caso.

Detalles.

—Dime, ¿Cuántos dedos ves? —preguntó la rubia mostrándole tres dedos levantados.

Eunbin solo pensaba en lo linda que se veía preocupada, preocupada por ella.

—Veo a un ángel.

—¿Qué? —interrogó confundida por la respuesta.

—Soy Kim Eunbin, una de las famosas quintillizas del matrimonio de Jeon Jungkook y Kim Taehyung, omega de quince años, voy en la misma clase de matemática contigo Jang Yeeun. Me gustas mucho y mi lobo siempre aúlla de felicidad mostrando la pancita cuando siente tu olor cerca. Tú solo di y yo lo hago mi reina.

La alfa estaba sonrojada.

«¡¿Qué clase de confesión es esta?! ¡Está casi al borde de la muerte, pero estaba coqueteándole!»

«La gente millonaria es rara», pensó Yeeun contrariada.

—Estás loca.

—Pero loca por ti, guapa —Guiñó el ojo, pero sintió un dolor agudo pasar por su cuerpo—. ¡Ay mi coxis! —Se agarró el corazón y cayó al suelo inconsciente.

—Pero ese no es tu coxis...

Somi estuvo pidiéndole perdón a Eunbin por el resto de la semana, ya que la omega había terminado con la pierna lesionada, así que llevaba un yeso y unas muletas que la ayudarían en su caminar.

Lo bueno es que paraba al lado de la alfa oxigenada, quien la ayudaba a trasladarse a todos lados y por lo que había visto, la estaba cortejando.

—¿Me estás diciendo que todo este tiempo que pasabas cuchicheando con Eunbin a solas era porque ella estaba enamorada de Yeeun y la ayudaste con eso?

—Claro, lo siento si no estuve tan presente, pero ella estaba desesperada y yo quería que tuviera a su alfa. Ella me ayudó contigo, así que le devolví el favor.

—Oh... bueno, eso no lo sabía —El omega se sonrojó avergonzado por pensar una posible infidelidad y tener un mal concepto de la omega Kim.

Debió primero ser su amigo antes de juzgarla. Estaba avergonzado.

 Estaba avergonzado

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Eunbin con Yeeun:

Eunbin con Yeeun:

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Stan CLC

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