_Tutorias De Rap_ © Bangtwice ©

_Capítulo 10_

Al cabo de unos minutos más, las raperas de TWICE, llegaron a la cafetería donde marcaba la dirección del mensaje.

— Puedo quedarme a esperar a que él llegue, si quieres — Ofreció ChaeYoung, al ver que Suga aún no había aparecido.

— No te preocupes, tú vuelve a casa, yo me quedaré a esperarlo, dudo que tarde demasiado — Aseguró Kim sonriendole.

Son la miró con desconfianza, pero finalmente cedió, le dio un abrazo, y luego se despidió.

Kim se quedó un segundo en el bonito lugar, era una cafetería agradable, una calmada, una de las que te transmiten paz.
Una mesera se acercó a ella, pero esta negó con la cabeza, dando a entender que estaba esperando a alguien, y que aún no pediría nada.

Luego de tres largos minutos, Min llegó, algo avergonzado por la tardanza, aunque por los menos, había llegado.

— ¡Hasta que llegas!, llevo media casi una hora esperándote — Se quejó la más pálida, fingiendo molestia, y cruzando los brazos.

— En verdad lo siento, el auto se me quedó en medio de la calle y no lo podía encender — Explicó, tomando asiento frente a ella.

— No importa, ahora, ¿me das el celular?, tengo que volver a casa, debo hacer otras cosas — Dijo, tomando las llaves de su departamento y guardandolas en su abrigo.

— ¿En serio?, en realidad... Te iba a invitar un café, pero...

— Ummmmh, propuesta interesante, acepto, ya que tanto insistes — Interrumpió. Perfecto Dahyun, hazte rogar, ¡bravo!.

— Genial, iré a pedirlos, ya vuelo — Avisó, dándole una sonrisa pequeña.

El mayor se paró, y se acercó al mostrador para pedir su orden.

— Podría darme un... Oye, ¿venden helados? — Consultó este, al ver que en la pared había un cartel donde se leían varios sabores.

— ¿Cómo?, oh, si, ¿quiere comprar uno? — Preguntó el vendedor — Lo vendemos en kilos, y en conos.

— Este... — Dudó, y miró a Dahyun

La peliverde no entendió mucho, por lo que se acercó a él.

— ¿Qué pasa, mi amor? — Inquirió, mirándolo a los ojos, con esa cara de cachorro con hambre.

— ¿Prefieres comprar helado o un café? — Indagó.

— ¡Helado!, obviamente — Respondió.

— De acuerdo, deme un kilo, umh... De chocolate, fresas, y vainilla — Pidió YoonGi, dedicándole una leve sonrisa.

El señor asintió, y le entregó un pote blanco que contenía dicho postre congelado.
Los dos chicos de cabellos teñidos, tomaron la comida, y se dirigieron nuevamente a su mesa.

— Bien, ¿de qué hablamos? — Preguntó Kim, sacando la tapa, y oliendo indirectamente los sabores, haciéndose agua la boca.

— No lo sé, ¿de qué quieres hablar? — Respondió, tomando con una cuchara el primer bocado.

— Hableme de usted, de su...

— Yah, deja de decirme usted, ¿tan viejo te parezco?, imagina que tengo tu misma edad — Bufó, estaba molesto por la forma en la que ella le hablaba, pero por fuera solo daba esa aura de un niño pequeño.

Ella aguantó la risa — Pero no puedo evitarlo, me llevas unos... Uno, dos... Cinco, ¿cinco?, si, ¡cinco!, me llevas cinco años, y a mi me enseñaron a respetar a mis mayores — Afirmó, teniendo un brillo muy peculiar en sus ojos.

— Me ofendes Dahyun — Acusó, mirándola totalmente ofendido.

— No es mi culpa que seas viejo — Se defendió.

Min abrió la boca y frunció el ceño, pero luego solo se dispuso a comer, ignorandola por completo.

— Esta bien, lo siento, ¿de acuerdo?, solo estaba bromeando — Rió, pero él no respondía — Yaa, YoonGiii, lo siento, perdón.

Pero nada, él seguía comiendo, sin prestarle atención.

— Sunbaeeeee, perdooooon — Nop, aún nada.

La chica sacó un puchero y se cruzó de brazos, mirándolo con recelo, se paró, y se puso a un costado de él.

— Perdón, perdón, perdón — Repetía varias veces, pinchando con su dedo índice el hombro de este — No me diga que se va a enojar por eso, YoonGiiii, hableme.

A este punto, Dahyun se estaba riendo para no llorar, le daba algo de molestia e irritación la actitud infantil que había tomado el muchacho.

— YoonGiii — Protestó.

Min no respondía, sólo se aguantaba la risa, pues la escena era de lo más divertida.
O al menos lo era, hasta que ella hizo a un lado su brazo y se sentó en sus piernas, llevando sus brazos cruzados, más un puchero en su rostro, y sus ojitos todo aguados.

— Hazte a un lado Dahyun, quiero terminar esto para irme a mi casa, los ancianos deben ir a dormir temprano — Bien, perfecto, mantén la calma y todo saldrá bien, ahora tu tienes el control, no lo eches a perder.

— No lo haré — Se negó, si permitirle seguir con su acción.

— Dahyun, te estoy hablando, correte — Exigió, está vez viéndola a los ojos, arrepintiendose al instante, viéndose obligado a mirar a otro lado.

Su cara estaba un poco roja, pero este color aumentó aún más, cuando de repente, la joven lo abrazó por el cuello de la nada.

— Dahyun, ya en serio, correte — Volvió a pedir, sintiendo su cuerpo temblar, aguantando lo más que podía las ganas de reír

— Lo haré si me perdona — Insistió.

Él bufó — No lo haré, los viejos no perdonan — Sentenció — Ahora bajate y terminemos esto, quiero volver a casa, tengo que dormir.

— Por favor — Suplicó, aplicando más fuerza en el agarre.

— Dah, en serio, bajate.

— ¡No lo haré!, perdóneme.

De momento, la sintió sollozar, por lo que la culpa cayó como valde de agua fría sobre su cuerpo. ¿Tanto le iba afectar que no le quiera hablar?.

— ¿Dahyun?, mírame — Pidió, su contraria le hizo caso — ¿Estabas llorando?.

Y eso bastó para que suelte todo lo que tenía guardado, explotando en varias carcajadas.

— ¡No es gracioso! — Se quejó, limpiando su rostro con el torso de la manga de su suéter.

— S-si lo es — Balbuceo, sin detener sus risas.

— Perdóneme — Repitió la más baja.

— De acuerdo, está bien, te perdono — Aceptó por fin, quitando las pequeñas lágrimas que le salieron debido a la gracia del momento.

— ¡Gracias! — Chilló, abrazándolo nuevamente.

— Si si, bueno, ahora correte, quiero comer.

— Nop — Eso Dahyun, usa voz de niña y ve como lo convences.

— Bien, sal y así te hago un lugar — Cedió, rodando los ojos.

Ella se levantó, YoonGi se corrió un poco, dejándole un espacio junto a él, para que luego, nuevamente se siente a su lado, y así, puedan comer los dos juntos.

— Me dan ganas de correr y abrazarte.

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