Capítulo I - Nuevo inicio

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Las historias más trágicas siempre tienen un comienzo felíz.

~Anonimo

~Anonimo

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Connor

- Mamá, ¿Sabes donde dejé mis vans?

- En la lavandería cariño.

Busqué rápidamente mi calzado y terminé de bajar las maletas de la habitación que ha sido mia por dieciocho años, ahora en lugar de ir a una universidad prestigiosa y cara como siempre quiso mi padre decidí ir a theArtPassion, una muy conocida academia de artes en Nueva York, una ciudad increíble y repleta de gente. Vivo en Argentina con mis padres, ellos siempre quisieron que asistiera a alguna universidad increíble como Harvard o Oxford, pero la verdad mi pasión siempre a sido la música y el baile. Por eso decidí ir a ésta universidad de arte.

- ¡Hijo ya es hora de irnos!

Tomé mis maletas del mueble de la sala y las subí al equipaje del auto, papá me observó todo el tiempo apoyado al marco de la puerta. Ok, digamos que el no está muy feliz de que haya dejado el fútbol por mi pasión real, después de todo tenía encantados a la mayoría de decanos de las universidades y las rechace luego de ver un folleto en Internet sobre theArtPassion, sin embargo no me arrepiento de mi decisión.

Me acerqué a él con cuidado, suele ser de temperamento fuerte a pesar de demostrar siempre apoyo hacia mi futuro... bueno, al menos así lo era cuando jugaba fútbol.

- Papá... Sólo confía en mi. - Le repetí por última vez mientras mamá se acercaba a mí poniendo una mano en mi hombro, creo que no es muy reconfortante después de todo.

- Josef, si es su sueño debemos dejar que lo intente al menos. - Ahí está ese apoyo que necesitaba, ¡gracias joder!.

- Arrojar el fútbol a la basura para ir a una universidad de arte no es un sueño Mary. - Mamá frunció el ceño. Ok, quizás es hora de meterme.

- Todo saldrá bien, me esforzaré. - Mi padre me miró y sonrió, ahora mismo no creo que signifique algo bueno.

- Pero si eso no ocurre, tenemos un trato Connor.

Asentí lentamente y con una sonrisa forzada me voltee, caminé a la Ford blanca de mamá y me subí sin decir una palabra. Luego ella llegó y encendió el motor, estuvo así unos segundos y me pregunté por qué no arrancaba de una vez.

- ¿Pasa algo mamá? - Su rostro se veía triste.

- No quiero que te desanimes Connor. Es tu sueño y tienes derecho a seguirlo, estoy tan orgullosa de ti, se muy bien que no eras feliz jugando fútbol y espero que ahora si puedas serlo.

Sonreí enormemente.

- ¿Alguna vez te he dicho que eres la mejor mamá del mundo? - Asintió.

Blood Dreams ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora