Sospechas inconclusas

20 2 0
                                    


Connor.

Besé los muslos de Adeline, le hice algunas cosquillas y suavemente con su pie alejó mi rostro de su entrepierna.

- Eres un pervertido. - Dijo sonriendo y lanzando su libro en mi dirección.

- Tu cuerpo me ha convertido en uno. - Rió.

El timbre sonó y ambos nos levantamos, Adeline se vistió un poco más presentable mientras yo caminaba hacia la puerta. Al llegar la abrí y Noah, acompañado de Lara, estaban del otro lado.

- ¿Qué hacen aquí? - Pregunté verdaderamente confundido.

- Apartate nerd, seré la próxima Sherlock Holmes. - Me empujó y se adentró al apartamento, Fruncí el ceño y miré con rostro discriminatorio a Noah.

- ¿Le has dicho? - Pregunté directamente y el asintió - ¿Por qué coño le has dicho? - Me acerqué amenazante.

Retrocedió un paso.

- Oye calmate brabucon, ¿Es que acaso pasar tiempo con una reina te ha vuelto un guardia de seguridad? - No me causó la mas mínima gracia.

- Habla de una puta vez cabrón. - Jaló mi camiseta y cerró la puerta lentamente.

- Aunque no lo creas, Lara es una genia cuando de tecnología se trata. - Fruncí el ceño confundido.

- Me estás diciendo... ¿Qué la pelirroja es una genia con maquillaje? - Asintió con una sonrisa pícara.

- Ha visto algo en el vídeo que yo no he podido, por eso la he traído. - Oh, pues eso sí me interesa.

- Te acabas de salvar de una paliza. - Hizo como si secara gotas de sudor de la frente.

Entramos de nuevo y Lara estaba sobre Adeline, al parecer se estaban peleando por una papa frita.

- ¡Es mía! - Gritó mi novia.

- Eso engorda, mi sistema digestivo es mejor que el tuyo, ¡dame esa mierda ya!

Al final ganó la pelirroja.

Me acerqué a ambas cauteloso, la mirada de Adeline me pidió a gritos que no comentara nada de la investigación pero su amiga ya lo sabía todo, y no sólo eso, había visto el vídeo y posiblemente consiguió una pista que yo antes no pude ver.

- Lara... - La susodicha me miró -... ¿Podrías decirnos que fue lo que viste en el video?

Ella frunció el ceño, inmediatamente se levantó y de su bolso sacó la laptop de Noah. Acto seguido la abrió y reprodució la imagen; no se que habrá hecho pero ahora ésta era más nítida y parecía incluso que ya se hubieran recuperado por completo los diez segundos.

- Verán, el vídeo claramente fue manipulado. Me tomé la libertad de arreglarlo mejor y si es verdad que vieron unos tacones, pero no sólo eso; aquí. - Tocó una parte de la pantalla sobre la extraña chaqueta negra - Ésto es una chapa, no se aprecia muy bien lo que dice pero si acerco la imagen a la parte del metal y reduzco los píxeles tenemos unas pequeñas letras.

- ¿teːɛm?- Leyó Adeline en voz alta.

- ¿Qué significa eso? - Pregunté y Lara se encogió de hombros.

- Parecen iniciales, pero, ¿teːɛm?, ¿qué idioma es ese? - Dijo la pelirroja mirando su manicura.

- Al menos es una pista.- Dijo Noah - Hay que ser positivos, cada vez estamos más cerca. - Asentí.

- Sea como sea debemos averiguar que diablos dice ahí. - Mi novia parecía decidida, su rostro me lo indicó.

- Seguiré revisando el vídeo. - Dijo Lara - Después de todo, siempre hay cosas que nunca podemos notar sólo con revisar las primeras veces.

Derek.

Al terminar la clase pude ver a Zoey salir del salón apresuradamente, Fruncí el ceño y me levanté de mi lugar.

Athan se plantó frente a mí pero lo golpeé con mi hombro, ahora mismo no quiero hablar con el, ni de lo que mencionamos la última vez sobre el director ni mucho menos las estúpidas sospechas que me llevaron a discutir con mi novia.

Cuando logré alcanzarla pude ver su cabellera entrar al gimnasio.

Me acerqué y abrí la puerta, la luz era tenue y aún no podía encontrarla con la mirada. Registré cada esquina y no aparecía, ¿Dónde podrá estar?

Entonces recordé el pequeño cubículo del gimnasio donde se puede hacer entrenamiento privado. Caminé a paso rápido hasta la puerta del lugar, la cual estaba entreabierta y al asomar la cabeza ahí estaba Zoey.

Sólo traía unos leggins ceñidos al cuerpo y un top muy corto, mi juicio se perdió por varios segundos y cuando por fin volví a mí decidí entrar.

- He reservado el cupo aquí desde hace semanas, no vengan a Joder mi... Ah... Eres tú. - El tono de su voz no me gustó nada.

- Quiero hablar contigo. - Le dije serio pero lo más suave que puedo llegar a ser.

- No tenemos nada que hablar. - Golpeó tres veces el saco - Dejaste claro que no tengo dinero y que tú harías lo que mejor te parezca.

- Lo siento. - Me miró unos segundos y dió dos golpes al saco.

- ¿Quieres que acepte esa mierda? - Preguntó molesta mientras aún repartía golpes - Me echaste a un lado, sacaste en cara que no tenía dinero y luego vienes aquí a disculparte. ¿Qué pasó?, ¿Te diste cuenta que tu estúpido plan era una completa idiotez?

Negué.

- Me dí cuenta que tu eres más importante. - Por fin se detuvo y me miró - Más que un estúpido presentimiento, más que un plan que no tiene rumbo... Maldición Zoey. - Me acerqué y sujeté sus hombros, me miró atenta -... Eres lo más importante para mí... Y por eso, lo siento.

Me mostró su preciosa sonrisa y acto seguido se lanzó a mis labios.

Correspondí de inmediato, ella se mantenía en la punta de sus pies por lo pequeña que es. Decidí cargarla y ponerla sobre un pequeño escritorio que había en la habitación, abrió las piernas y me posicioné en medio de éstas.

Comenzó a menear las caderas sobre mi entrepierna.

- Dios... ¿Quieres matarme? - Apreté su trasero y ella mordió mi labio inferior.

- De hecho... - Lentamente me acarició sobre el pantalón -... Me gustaría que lo hicieras tú.

De verdad que me vuelve loco. Todo de ella me vuelve loco.

Como pude le arranqué la ropa, lo cuál no fue muy difícil considerando la poca cantidad que traía; ya hablaríamos de eso luego.

- Tienes que dejar de ser un idiota. - Me dijo mientras quitaba la correa de mi pantalón.

- Sabes que te encanta. - Succioné su cuello con fuerza logrando hacerla gemir.

- Durante el sexo me fascinas, idiota. - Sustuvo mi miembro y lo puso en posición - Pero cuando no tenemos sexo, me provoca golpearte.

Me introduje de un tirón en ella sintiendo lo tibio de su interior y sus paredes contraerse. Ambos jadeamos al sentirnos mutuamente.

- Ahora mismo estamos en modo sexo. - Deslicé mi mano por sus senos hasta llegar al cuello, hice algo de presión y comencé a moverme bruscamente -... Cállate y déjate llevar.

Blood Dreams ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora