Connor.- Adelante. - Derek quitó la bolsa de la cabeza al hombre.
Nos encontramos en un armario en el apartamento del pelirrojo, sacamos las cosas y cada uno se puso un pasamontañas con la esperanza de que ayer no nos haya visto bien por la falta de luz.
El hombre nos miró con el ceño fruncido, todos estábamos a su alrededor con pasamontañas y cuchillos, pero el ni se inmutó. Se podría decir que estaba acostumbrado a estar rodeado de monstruos.
- ¿Eres Matteo Johns? - Sus ojos quedaron fijos en los míos, luego una sonrisa cínica apareció en sus labios.
- Depende de quién pregunte. - Derek sujetó su cabello con fuerza logrando que dejara de sonreír.
Saqué la fotografía de mi bolsillo, le quité el doblés y se la enseñé. De inmediato el viejo trató de alejarse, como si le tuviera miedo al hombre que aparecía, pero es extraño, ese hombre es su hijo.
- ¿Sabes quién es? - Preguntó Zoey y éste la miró sonriente.
- Eres la prostituta de anoche. - Enseguida Derek le dió un puñetazo, tuve que detenerlo cuando quiso continuar.
- No creo que quieras seguir siendo golpeado, así que empieza a hablar. - Ésta vez fué Lara, la intimidación clara en su voz.
- Es mi hijo. - Señaló con la barbilla la foto que tengo en la mano - O al menos lo era.
- ¿Cómo que lo era? - Preguntó ahora Noah.
- Desde que me metió en ese puto asilo dejó de serlo. - Bufé.
- Pues ahora mismo me dirás los planes que tiene al haber cerrado la universidad.
Su rostro fué de genuina sorpresa y de la nada comenzó a carcajearse, una risa seca, como si no tuviera la más mínima gracia en ella.
- ¡Ahora le toca a él! - Gritó felíz y todos nos sobresaltamos.
- ¿De qué hablas maldito viejo? - Derek puso una mano en su cuello y el hombre tosió.
- ¡Me dijo que no lo haría, pero al final cayó en la tentación! - Me harté de su comportamiento y le proporcioné un puñetazo en la mejilla.
-¡Cállate de una vez y dinos de que se trata esa mierda! - Todos me miraron asombrados, no suelo ser alguien violento, pero mi chica está atrapada ahora mismo con ese lunático y no se que cosas le podría estar haciendo.
- No me digan... - Susurró -... ¿Tiene a alguna amiga de ustedes? - Lo miré con el ceño fruncido.
- Empieza a hablar o no te van a reconocer ni en tu puta identificación. - Derek sujetó su camisa con fuerza y al hombre se le borró la sonrisa.
- Es tradición... - Comenzó a hablar suavemente -... Mi padre, al igual que su padre lo hicieron. - Fruncí el ceño - Es algo que no podemos controlar; las sombras, nos tientan y nos incitan a satisfacer nuestros deseos... Sólo entonces podremos estar tranquilos por el resto de nuestra vida.
- ¡Explícate mejor! - Le gritó Zoey también molesta al parecer.
- Vengo de una cadena de esquizofrénicos... - Miró a ambos lados como si estuviera contando un secreto -... Pero no le digan a las sombras, o podrían matarme.
- No les diremos. - Le seguí el juego - Pero debes decirnos que está haciendo tu hijo.
De nuevo esa expresión seria.
- Comenzó con mi tatara abuelo, él, al igual que mi bisabuelo, mi abuelo y mi padre, eran amenazados por las sombras... - De nuevo miró a ambos lados -... Les hacían tener deseos de hacer cosas malas, pero siempre se reprimieron.
- ¿Tú no lo hiciste? - Preguntó Noah.
El negó.
- Ninguno lo hizo, pero acordaron que sólo lo haríamos una vez en nuestra vida. - Sonrió - Que sería sólo una vez para saciar el deseo y luego seguir viviendo normalmente.
- ¿Hacer que Matteo? - Pregunté confundido.
- Matar. - Todos nos sorprendimos - Nuestro deseo es matar. - Miró el techo y sonrió como si estuviera recordando algo - A una bailarina hermosa en realidad. - Mi respiración se agitó - Investigamos sobre las vidas de muchas bailarinas aprendices y cuando encontramos la que nos gusta la atrapamos, encerramos y la usamos para satisfacer nuestros deseos. Ya saben, esos íntimos.
Lara volteó y vomitó en un cubo.
- ¿Cuánto tiempo tarda? - Le pregunté sujetandolo de la camisa, su boca permaneció cerrada - ¡¡Habla de una puta vez!!
- Tres semanas. - Respondió - Durante ese tiempo jugamos con ellas, luego las violamos y finalmente... - Su sonrisa casi me hace vomitar a mí.
Sentí las manos temblorosas, las aparté del hombre y Sujeté mi cabello con fuerza. Lo que más temí se está haciendo realidad, Adeline estaba sufriendo, tal vez le habían hecho daño y la puta captura del padre del director no serviría de nada, ese hombre jamás querría hacer un intercambio por su padre, el cual encerró en un asilo para deshacerse de su presencia.
- Tenemos que sacarla. - Habló Athan por primera vez.
- Una cosa más. - Dijo el hombre interrumpiendo nuestra salida.
- Habla. - Respondió Derek.
- Mi hijo es un monstruo... - Susurró viendo a la pared -... Es peor que mi abuelo, que mi padre, que todos en general.
- ¿Qué nos quieres decir con eso? - Preguntó Zoey.
El agachó la mirada y luego con una sonrisa triste, casi de pena, nos respondió.
- Si lo atrapan... No lo dejen vivir.
Fruncí el ceño y salimos corriendo todos de la habitación, era ahora o nunca, teníamos que sacar a Adeline de ese maldito lugar.
◇
Adeline.
- ¿Lista?... uno, dos, tres, cuatro.
Mi pierna se estiró casi como un reflejo, comencé a saltar pero sentí cada uno de mis huesos crujir. Sólo que si me detenía sabría que pasaría, así que me obligué a ejecutar los pasos con la elegancia que me caracterizaba antes de despertar en éste lugar.
- ¡No!, ¡De nuevo! - Un ardor en la espalda me hizo escupir mi propia sangre, miré a mi agresor con odio y repulsión.
- ¡Púdrete, no volveré a bailar para tí!
Su sonrisa cínica me hizo estremecer, mi estómago rugió por la falta de alimento y mordí mi labio, el cual ya se estaba despedazando por la necesidad de líquido.
- Como quieras... - Se acercó a mí y me sujetó la barbilla con una maldita sonrisa arrogante -... Tal vez necesites a tu querido novio aquí dentro. Ya sabes, para motivarte un poco.
Enfurecí y con la poca fuerza que había en mi cuerpo le grité.
- ¡Ni se te ocurra meterlo aquí!
Su rostro logró acelerar mi ritmo cardiaco, el ardor en mi garganta era casi insoportable.
- Pues entonces baila preciosa... - Dude por un segundo y recibí una bofetada logrando hacerme caer al suelo -... ¡Baila si no quieres que te arranque los dedos de los pies uno por uno!
Me levanté como pude y con lágrimas en los ojos, volví a mi posición inicial.
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Blood Dreams ©
Teen FictionEse día hizo un frío escalofriante, me desperté más temprano de lo normal y quité la alarma que sonaría en unos minutos. Preparé mi desayuno como siempre lo he hecho, mi madre ya no se encontraba en casa, seguramente ya se había ido a trabajar. Cuan...