Clases de boxeo

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Connor.

La noche anterior no pude dormir nada, la universidad está completamente cerrada y prohibieron la entrada a estudiantes y maestros. Caminé de un lado a otro, mis ojos ardían por el sueño pero sinceramente no pienso dormir, y tampoco creo poder hacerlo sabiendo que Adeline está con ese tipo.

El mensaje que nunca llegó me lo confirmó, ella no había viajado a Italia. Y lo peor es que hoy apenas es sábado, las personas creen que ella está allá y que volverá el lunes temprano. Pero no es así, dios, el sólo hecho de pensar que algo le pasó me destruye por dentro.

- ¡Maldita sea! - Golpeé el armario - ¡Maldito viejo de mierda! - Volví a golpearlo hasta que escuché el timbre de la puerta ser tocado.

Me acerqué acariciando mis nudillos y al abrir ahí estaba Zoey. Su pequeña sonrisa me hizo entristecer aún más; me volteé porque sentí mi alma en su límite.

- Hey... - Puso una mano en mi hombro y giró mi cuerpo en su dirección -... No estás sólo Connor. - No pude contenerme más y la abracé, algunos sollozos escaparon de mi garganta. Me acarició el cabello de la nuca.

- Era tan obvio Zoey. - Dejó de abrazarme y me miró fijamente - Sabía que él era un mal hombre y aún así se la entregue en bandeja de plata.

- Nunca podías hacer sabido que ésto pasaría. - Negué y con el dorso de mi mano quité una lágrima fugaz.

- Es que si le llega a pasar algo... Jamás me lo perdonaría. - Frunció el ceño y acarició mi mejilla sutilmente.

- No le pasará nada. Te ayudaré a encontrarla, sólo tienes que ser fuerte y no perder la calma. - Sonreí de boca cerrada y puse una mano en su hombro.

- Creí que la impulsiva eras tú. - Rodó los ojos.

- Mi estúpido novio me ha cambiado. - Me sentí feliz por ese comentario, pero a la vez algo enojado.

- Ese tipo no me termina de cuadrar. - Cerró la puerta detrás de sí.

- Es el ex de tu novia, sería raro si lo tratas como tu mejor amigo. - Asentí y caminé a la sala del apartamento.

- ¿Tienes alguna idea de cómo entrar a la universidad? - Preguntó y yo negué.

- Creo que esos supuestos policías están ahí para evitar que entremos. Y están armados. - Abrió los ojos sorprendida.

- Pero no podrían usar armas contra nosotros, es ilegal. - Bufé.

- A Mauricio le importa una mierda la legalidad. - Suspiró y se sentó en el mueble.

Justo cuando cayó se escuchó la puerta de la entrada, por ella entraron Noah y Lara. Ambos con un montón de papeles en las manos.

- Logré hackear las cámaras de la universidad. - Dijo Lara casi saltando en una pierna.

- Tenemos imágenes de todo el lugar y una transmisión en vivo que se reproduce en la laptop de Lara. - Fruncí el ceño cuando Noah me entregó las fotos, cada una con los ángulos de las cámaras. En todas habían al menos dos "oficiales" vigilando.

- Mierda, sabía que los usaría para protegerse. - Me mordí la lengua.

- Pues tenemos que averiguar la forma de entrar, no tenemos otra opción. - Dijo Lara sujetando su celular y tecleando un par de cosas.

- ¿Pero cómo se supone que entraremos ahí? - Se levantó Zoey del sofá - Esos tipos están armados y seguramente no dudarán en herirnos.

- Deja eso en mis manos mi amor...

Miré hacia la puerta y de ésta cruzó Derek con Athan detrás de él. Ambos con cascos de seguridad y guantes de boxeo.

- ¿Acaso nos darás clases privadas? - Pregunté para meterme con él.

- Si y mi saco será tu puta cara. - Se acercó a mí he hice el mismo gesto. Noah se interpuso en mi camino y Zoey corrió para tratar de detener a su novio, gracioso ya que apenas y su frente le llegaba al pecho.

- Dejen sus dramas de adolescente y concentrence. - Rodé los ojos y me dispuse a cruzarme de brazos, el pelirrojo siguió hablando.

- En algo tenía razón el idiota. - Dijo con la vista fija en mi, Zoey le dio una mirada de advertencia - Si les pienso enseñar a boxear.

- ¿Y eso como nos ayudará? - Preguntó Noah.

- Pues, usarán las mismas técnicas, los ejercicios, las formas de bloquear... Sólo que los ataques no serán con guantes.

Athan se acercó y abrió un maletín de metal repleto de dagas y cuchillos.

- ¿Esos no son réplicas de CS:GO? - Preguntó Lara y Noah la miró sonriente.

- Tienen un filo que te cagas. - Dijo el zombie viviente.

- ¿Están dispuestos a herir a esas personas con tal de sacar a Adeline? - Nadie respondió, se hizo un silencio sepulcral.

Di dos pasos al frente y tomé un cuchillo con diseño verde. Lo observé una y otra vez, luego mi vista se fijó en el pelirrojo.

- Claro que estoy dispuesto. - Derek sonrió y el resto procedió a tomar un cuchillo.

Adeline.

Desperté por segunda vez. Luego de haber recibido otra cachetada por evitar que el director besara mi rostro, me puso un paño en la cara seguramente con cloroformo porque me volví a desmayar.

- La bella durmiente está de vuelta. - El hombre se levantó de su silla y caminó en mi dirección.

- ¿Qué me hiciste?... - Susurré aterrada al notar que no tenía la misma ropa que la primera vez, ahora en vez de eso traía un tutú rosa con lentejuelas, sin embargo mi cabello seguía suelto.

- Prepararte. - Se acercó y acarició mi pierna - Tu primera audición dará comienzo.

- ¿¡Quiere que baile!? - Grité y moví el cuerpo con fuerza.

- No quiero preciosa, tienes que hacerlo. - Se acercó a mí y desató poco a poco las ataduras de mis manos. Al quedar libre lo primero que hice fue abofetearlo.

- ¡Jamás bailaré para usted! - Tomó mi cabello con su puño y lo apretó con fuerza.

Sentí algo frío en mi mejilla y al observar mejor me di cuenta de que era una pistola. Mi corazón se aceleró y sentí los labios resecos, mis piernas temblaron y lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.

- Bailaras para mí o tus zapatillas estarán en mi pared muy pronto. - Soltó el agarre y me quedé inmóvil sentada en la silla. Mis sienes dolían a causa del maltrato constante con mi cabello.

Se alejó de mí hasta llegar a la mesa que estaba en el fondo de la habitación. Puso su mano en el botón y me miró con una sonrisa arrogante.

- ¿Estás lista? - Miré fijamente el arma y con las piernas temblorosas me levanté.

Reprodució la música y mi cuerpo se movió por impulso, un impulso a la vida. Sea lo que sea que éste hombre quiera hacerme, debo resistir lo más que pueda. Porque siento dentro de mi, que seguramente habrá gente ahí afuera que me estará buscando... Mi meta es que me encuentren con vida.

Blood Dreams ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora