Deseo y rivalidad

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Adeline.

- ¡No puede ser! - Me levanté exaltada y sentí como mi rodilla ardió.

- Ten más cuidado. - Dijo connor con rostro de advertencia - Pero si Adele, te juro que eso ví.

- ¡Ese cabrón tiene esposa y un hijo bebé! - Asintió con el ceño fruncido - Ésto tiene que ver en algo... - Susurré pensativa -... Tal vez esa mujer tenga algo que ver en todo ésto.

- Lo dudo, ella parece más una víctima pero si quieres investigarla podemos hacerlo. - Caminé a la ventana lentamente y miré hacia abajo, los autos pasaban, mi apartamento se sentía diferente. Con un aire pesado y poco común.

- No me siento cómoda aquí. - Solté más para mi misma pero al sentir las manos de connor deslizarse por mis hombros noté que me había escuchado.

- Entonces vámonos. - Dijo el y volteé mi rostro confundida.

- ¿A dónde? - Sonrió.

- A mi apartamento. - Ésta vez sonreí yo. Puse mi mano en su pecho e hice un recorrido hasta la parte baja de su abdomen.

- Larguemonos de aquí.

Corrí a mi habitación y armé una maleta pequeña con lo necesario; escribí una breve nota a mamá, la cuál últimamente había llegado muy tarde a casa como ocurre cuando tiene demasiado trabajo. Tomé mis llaves y entrelasé los dedos de mis manos con las de Connor.

Emprendimos el camino hasta su apartamento y mi cara de seriedad fué incluso inapropiada, no estaba molesta, ni triste, ¿Entonces que estaba sintiendo?

Al llegar guardó su auto en el estacionamiento, llegamos al lobby y entramos ambos al ascensor. La puerta cerró y comenzó a subir, un escalofrío atravesó mi espina dorsal y miré de reojo a Connor; parecía nervioso pero decidí no decir nada.

- Adele... - Lo miré y sonrió.

Se acercó rápido y atacó mis labios. De la impresión solté la maleta y correspondí, mi cuerpo se encendió de formas difíciles de describir... Gemí en sus labios al sentir como me cargó, enrollé las piernas en su cintura y tiré un poco de su cabello.

El ascensor paró y Connor camino conmigo aún sujeta. Llegó a la puerta del apartamento y como pudo logró introducir las llaves, entró y la cerró empujando mi cuerpo hacia ella. Jadee y a la vez solté una risita nerviosa, sentí las piernas temblar.

- Dios... - Mordió mi labio inferior - Te deseo tanto.

Seductoramente sonreí, me acerqué y lamí el lóbulo de su oreja. Apretó mi trasero.

- ¿Qué esperas para hacerme tuya...?

Cuando volví a mirarlo un brillo nuevo le apareció en el rostro, salvajemente atacó mis labios y correspondí sin quejarme. Sea como sea, aún con todo lo que hemos estado viviendo las últimas semanas puedo asegurar que quiero a éste chico y el me quiere a mí; no es un pecado que quiera entregarme por completo, aunque jamás lo haya hecho, con Connor me siento segura, puedo ser yo misma y además lo deseo con locura.

Prácticamente lanzó mi cuerpo a la cama y lo siguiente que hizo fué nuevo, se desnudó sin dejar de mirarme mientras yo traté sin conseguir resultados, de relajar un poco la punzada continua en mi vientre.

Se acercó como un depredador silencioso y poco a poco me quito la ropa, con cada prenda que quitaba mi piel lograba encenderse aún más. Además besó mi cuerpo en todas las partes que ahora no estaban cubiertas.

Por fin estaba desnuda, expuesta ante el.

Nunca he sido insegura con mi cuerpo así que dejé que me observara todo lo que quisiera y me permití hacer lo mismo. Connor es delgado, pero tiene las facciones marcadas por jugar fútbol, su cuerpo es una combinación entre sutíl y musculoso. Me encanta.

Blood Dreams ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora