Miedo y una cruel revelación

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Zoey.

Me senté en el balcón del apartamento de mi novio, necesitaba desesperadamente observar las estrellas. Dentro de dos horas iríamos a la universidad a intentar sacar a Adeline, todos están nerviosos, incluso Derek tuvo que ir a golpear un poco el saco para despejarse. Lo que estamos por hacer no es seguro, ni siquiera creo que sea legal, pero esa chica sea como sea no merece lo que le está pasando. El solo hecho de pensar que yo competí por estar en su lugar me da náuseas.

- ¿Qué haces tan sola rubia? - La voz de Lara me hizo voltear por un segundo, ahora que lo pienso, no he tenido ningún tipo de acercamiento con ella, a pesar que llevamos días con ésta investigación.

- Estoy pensando, supongo. - Se paró a mi lado y se recostó a la baranda, me miró y yo le devolví la mirada.

- ¿En qué piensas? - Preguntó con una pequeña sonrisa.

- Pude estar en el lugar de tu amiga... - Susurré -... Derek estaría ahogado en desesperación como Connor. - Miré hacia la calle, los autos pasar - El destino es extraño.

Sentí su mano en mi hombro y al verla tenía un rostro de compasión.

- Oíste al chiflado... - Se acomodó al igual que yo y miró hacia la nada -... Mi amiga estaba seleccionada desde hace mucho tiempo.

- Aún no puedo creer esa historia. - Me miró confundida.

- Suena lógico si lo piensas. - Miró el cielo, una estrella fugaz se pudo apreciar por dos segundos - Esa enfermedad mental es hereditaria y si cada hijo nacía con esa necesidad de satisfacer sus deseos, pues buscaron y al final encontraron una forma de hacerlo.

- Es enfermo, ¿Qué le estará haciendo ese hombre a Adeline? - Soltó un sonoro suspiro.

- Eso me pregunto cada día que pasa Zoey. - Lamí mi labio inferior.

- No es que nosotras seamos amigas precisamente, pero la chica no debería estar viviendo eso. - Ella sonrió divertida.

- Te detesta. - Reí.

- Soy la mejor amiga de su chico, sería extraño si no lo hiciera. - Asintió lentamente.

- Derek se debe sentir igual algunas veces. - Comentó y la miré confundida.

- Con Connor. - Aclaró - Tal vez por eso hay tanta tensión entre los dos.

Lo pensé por un momento y luego sonreí.

- Nuestras vidas se cruzaron sin planearlo. - Miré de nuevo al cielo, mi vista fija en la estrella más brillante que encontré - Supongo que estábamos destinados a estar juntos.

- Suena a una historia muy cliché. - Reí.

- Pues han pasado muchas cosas Lara, pero no me arrepiento de nada. - Miré hacia adentro y mi novio estaba en la sala bebiendo un vaso de jugo - Derek es lo mejor que me pudo haber pasado.

Sonrió triste.

- Te entiendo perfectamente. - Miró en la misma dirección que yo, iba pasando Noah con su laptop en una mano y una historieta en otra - Solo que el chico que me gusta no tiene cuerpo de Adonis, pero sin embargo es genial.

- El te quiere. - Aseguré ya que Connor me lo había dicho unas mil veces - Sólo tienes que aceptar que te gusta, créeme que me costó al principio, pero ahora soy la chica más felíz.

- Tomaré en cuenta tu consejo. - Ambas nos sonreímos.

Se adentró a la sala de nuevo y Derek salió al balcón, su mirada trató de analizar mi rostro con cuidado. Mientras tanto me acerqué y rodeé su cuello con mis brazos, dejé muchos besos cortos en sus labios y el no paraba de sonreír.

Blood Dreams ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora