Capítulo II - Explosión

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El odio es como una bomba de tiempo... Tres, Dos, Uno...

~Anónimo

Adeline.

Ese día hacía un frío escalofriante, me desperté más temprano de lo normal y quité la alarma del teléfono la cual sonaría en unos diez minutos. Preparé mi desayuno, mamá ya no estaba así que seguramente se había ido a trabajar temprano como costumbre.

Me tomé mi tiempo para preparar mis cosas, los libros, mi ropa y maquillaje como siempre tenían que ser perfectos.

Cuando ya estuve lista miré el pasillo que daba hacia la puerta de Sofía, no estuvo lista cuando yo si lo estuve así que decidí dejarla atrás. De igual forma podría enviar luego al chofer por ella.

El recorrido fué lento, con algo de tráfico aunque estábamos relativamente cerca de la universidad así que tuve una idea.

- Milo, déjame en la entrada y vuelve a buscar a Sofía. - Detuvo el auto.

- Como ordene señorita.

Bajé, caminé hasta la entrada y el rayo verde escaneó mi carnet de estudiante. Entré tranquilamente sintiendo una pequeña corriente de aire en el ambiente, miré hacia arriba, al parecer hoy llovería.

Caminé mirando mi celular sin percatarme mucho de mi al rededor, como el camino era en línea recta no me preocupé.

De la nada escuché gritos, alcé la mirada y habían muchos estudiantes corriendo fuera de la universidad. Sus rostros eran de horror, estaban aterrados y muy espantados; ¿Qué está pasando?

Apresuré un poco el paso y subí las enormes escaleras, el director junto con los profesores estaban sacando a los estudiantes rápidamente del lugar. Cecilia comenzó a vomitar y el director no podía ver lo que sea que había después de las puertas, hasta que se acercó a otro profesor y éste revisaba una hoja de papel una y otra vez.

- ¿Quién es profesor? - Éste acomodó sus lentes y lo miró fijamente.

- Sofía Cage.

Mi corazón se aceleró rápidamente, escuché el sonido de mi teléfono pero no le presté atención, corrí a las puertas y todo ocurrió casi en cámara lenta. Al entrar la imagen que observé me dejó petrificada.

Una lágrima resbaló por mi mejilla mientras contestaba el teléfono.

- Señorita Adeline, Su prima Sofía no está en el apartamento.

Caí sobre mis rodillas al ver su cuerpo que yacía colgando de una cuerda amarrada a su cuello. Había sangre por cada extremidad formando un charco en el suelo, su mirada perdida... Ella estaba muerta.


Connor.

Llegué a la universidad un poco más tarde de lo normal, al pasar la cerca y estacionar el auto pude notar patrullas de policía y cinta amarilla por todos lados. Adeline estaba sentada en las escaleras con un oficial, parecía preguntarle cosas y luego las escribía.

Pero lo que más llamó mi atención es que estaba llorando, ¿Por qué estaba llorando?

Crucé sin importarme la cinta y corrí hasta llegar a ella. Al verme se levantó, me acerqué y la abracé con fuerza; comenzó a llorar sin consuelo sobre mi hombro, sus sollozos eran sonoros. Estaba muy mal.

Blood Dreams ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora