Viviendo con Michael Jackson (Novela de Michael y tú)

Capítulo 34: "No renunciare al documental"

Capítulo Reescrito

Narras tú: Hoy fue un día muy entretenido, me divertí tanto con esa guerra de globos de agua, espero que se repita más seguido...

1 semana después

Narras tú: Supuestamente esta semana debería ser la última que yo pase aquí en Neverland, pero todo se ha retrasado, ya que Mike ha estado muy ocupado trabajando en su nuevo álbum y por ende no hemos tenido tiempo para grabar ni hacer entrevistas.

En estos últimos días me he estado cuestionando todo lo que me han dicho aquellos hombres, Patrick y Barry, sobre el verdadero objetivo de este documental, siempre tuve el presentimiento de que lo que ellos querían era que yo atrapara haciendo algo malo a Michael, o que mintiera.

Y ya no quiero seguir con esto, me refiero a que, si seguiré con el documental, pero ya no trabajare con ellos....

Después de la conversación que tuve con Andrea tome una decisión.

—¡No puedo creer que te haya dicho que te esperaría...! ¡Debe estar loco por ti! —Comentaba tu amiga más que emocionada.

Te reíste —¿Tú crees?

—Claro que si amiga... Aunque aún sigo creyendo que es estúpido lo que te pidieron esos hombres... ósea, ¿Qué les importa a ellos si tú te enamoras o no de Michael?

Creo que no deberías hacerles caso.

—Pues es que no se... además solo queda un mes, bueno supongo yo, tal vez sea menos que eso... —Te quedaste en silencio un momento y le dijiste—. Sabes, me siento feliz... porque es que nunca pensé que esto me pasaría a mí, es decir, conocer a Michael fue lo mejor que me pudo haber pasado en la vida y es que ese hombre es... es...

Te interrumpe —Es tan sexy. —Añadió simpáticamente.

Te reíste —Sí, pero no solo eso... él es tan tierno... y.... y además veo algo en él que me encanta...

Te vuelve a interrumpir —¿Qué cosa? ¿El espectacular trasero que tiene? —Dijo riéndose.

—¡Por Dios Andrea! —Dijiste riendo­­—. ¡Déjame terminar!

—Está bien... solo era una broma, prosigue.

Dejaste de reírte y continuaste. —Vi en su mirada tanta sinceridad, tanta pureza... y tanta ternura. Que no entiendo cómo es que las personas lo critican tanto.

Sinceramente creo que él es una buena persona, no será un santo... Pero tampoco merece que lo traten como lo tratan a veces los paparazis...

Y te digo otra cosa, no sé cuánto tiempo más aguantare sin poder abrazarlo o besarlo... lo extraño, lo vea todos los días, pero no me puedo acercar mucho a él.

­—Pues entonces ve y dile a esos tipos que ellos no te pueden obligar a no estar con alguien... ¡¿Dime que les importa a ellos!?

—Pues no sé... es que.

—Yo si fuera tú, iría a hablar con ellos y les diría que renuncio, que ya no trabajare para ellos y que haré el documental por mi cuenta... —Dijo firme y segura—. Tú debes hacer eso...

Te quedaste pensando por un momento. —

¡Tienes razón! ¡Y ahora mismo voy a arreglar esto!

—¡Así se habla amiga! —Decía feliz­—. Bueno, entonces te dejo, que te vaya muy bien...

—Gracias... y gracias por tus consejos.

Hablamos luego... adiós.

—Adiós.