Viviendo con Michael Jackson (Novela de Michael y tú)

Capítulo 53: "Eres la mejor amiga del mundo"

Capítulo Reescrito

—¿Bueno? —Contestaste desanimada.

—Amiga... ¿Cómo estás? —Pregunto preocupada.

—Ya... ¿Ya lo viste?

­—Sí... es por eso que te he llamado. ¿Cómo te sientes?

—¿Cómo crees que me voy a sentir? Me siento mal, horrible... Jamás pensé que pasaría algo como esto. Ahora Michael me odia... y estoy enojada con Matt... No tengo a nadie, me siento tan sola.

—No digas eso, me tienes a mí.

—Lo sé, pero tú estás muy lejos.

—No por mucho...

—¿De qué hablas?

—Sé que necesitas a alguien en estos momentos, aun no tengo ni idea de que paso con Matt... Pero cuando llegue podrás contármelo todo. En cuando lo supe, decidí pedir las vacaciones que me debían y ahora estoy en el aeropuerto, ya voy a abordar...

Te llamare cuando haya llegado.

—Eres increíble Andrea... —Le dijiste asombrada—. Te estaré esperando...

—Ya me voy.

—Está bien...

Narras tú: En cuanto supe que Andrea vendría me sentí un poco más aliviada, ya que realmente necesitaba a alguien a mi lado en estos momentos.

Pase todo el día pensando en cómo le haría para poder ir a hablar con Michael. Traté de llamarlo varias veces, pero no obtuve ningún resultado.

Varias veces durante el día, Matt toco la puerta de mi cuarto. Pero no pensaba abrirle, no quería hablar con él y no quería verlo. Aun no creía que él había sido capaz de traicionarme...

El día pasó sumamente lento.

Ya eran las 9: 20 de la noche, cuando sentí tocar la puerta. Pensé en que era Matt nuevamente, así que le grité desde adentro.

­—Matthew por última vez... ¡No quiero hablar contigo, así que vete!

—No soy Matt... soy yo...

—¿Andrea? —Corriste a la puerta y la abriste—. No puedo creer que ya estés aquí —La abrazaste inmediatamente.

Te extrañe demasiado, amiga... —Decía aun abrazadas.

—Yo también... —No pudiste evitarlo y nuevamente lagrimas comenzaron a caer sobre tus mejillas.

—¿(Tn)? —Te miro—. Amiga no llores.

—Lo siento es que... por Dios Andrea, lo que ha pasado es horrible.

—Ven —Tomo tu mano y fueron hasta el sofá—. Cuéntame todo lo que paso... —Te dijo dulcemente.

-Le comenzaste a narrar todo lo que había ocurrido, desde que renunciaste a seguir con el documental, hasta la pelea con Matt-

—Ahora Michael debe odiarme... lo he llamado varias veces y no me contestas... ——Cubriste con tus manos tu cara—. No quiere saber nada de mi... —Dijiste triste­. Ni siquiera me dejo explicarle...

—Estoy segura de que no te odia... solo reacciono así, porque tal vez para él no fue fácil ver y oír todo lo que se decía en ese documental. Y claro que te culpo a ti, ya que tú apareces ahí haciéndole las preguntas... ­­——Decía tratando de convencerte—. Estoy segura de que cuando se le pase, querrá escucharte y todo será como antes.

—¿Tú crees? Y... ¿Sí no es así? ¿Sí él realmente no cree en mí? ¿Si me odia?

No... no lo podría resistir. —Pensaste aterrada.

—No pienses así... ahora más que nunca tienes que ser fuerte. Y pensar con la cabeza fría. ¿Me escuchaste?

—Y... ¿Y qué se supone que tengo que hacer?

—Pues tienes que ir a hablar con esos desgraciados y decirles que quiten eso de internet. Luego debes tratar de todas las formas posibles de hablar con Michael. Y por último... —Te miro­—. Deberías hablar con Matt... después de todo él también es víctima de esos mal nacidos.

—¡Claro que no! él me traiciono... se vendió. Si él no les hubiera dado esas grabaciones, esto no estaría pasando.

—Bueno... entiendo que te sientas así.

Te quedaste en silencio por un momento y le preguntaste. — ¿Y cómo pagaste el pasaje de avión?

—Pues con dinero... ¿Con que más?

Logro sacarte una sonrisa. —No me refería a eso... lo que trataba de decir era que ¿De dónde conseguiste el dinero?

—Ay pues yo tenía unos ahorros que guarde en caso de emergencias y considere que esta era una, así que tome el dinero y compre el primer boleto para Los Ángeles...

—Eres increíble... ­—La abrasaste­—.

Y ¿Supongo que debes de tener hambre...? —Le preguntaste y ella asintió—. Entonces vamos a comer...

-Estaban cenando y Andrea hacia todo lo posible para hacerte reír. Te contaba alguna de las cosas que había hecho desde que tú te fuiste.

Después, ella se dio una ducha y ambas se fueron a dormir. Tu cuarto de hotel solo tenía una habitación, por ende, solo había una cama, pero era lo bastante grande como para que ambas durmieran sin ningún problema-

Al día siguiente

-Se levantaron y tú te encargaste de preparar el desayuno-

—Aun no puedo creer que estés aquí. Gracias... Eres la mejor amiga del mundo, y te quiero mucho.

— (Tn) no tienes por qué agradecerme, sé que necesitabas a alguien y no podía no venir a brindarte mi apoyo... —Te miro—. ¿Cuándo vas a ir a hablar con esos hombres?

—Hoy... voy a ir en la tarde...

—¿Quieres que te acompañe?

—No te preocupes... puedo ir sola. —Le sonreíste.

Mientras tanto Michael