Viviendo con Michael Jackson (Novela de Michael y tú)

Capítulo 44: "No me conoces realmente"

Capítulo Reescrito

Mientras que yo me encontraba hablando con las hermanas de Michael, él conversaba con sus hermanos y su padre. Podía escuchar lo que decían y ciertamente no me gusto para nada. Podía sentir como me miraban y casi estaba segura de que estaban hablando sobre mí.

­—Es muy linda.... ¿Pero realmente es periodista? –Pregunto incrédulo.

—SÍ... ¿Por qué?

—Porque siempre dijiste que jamás saldrías con una periodista... Y mírate ahora —lo miro y espero una respuesta de su parte.

—Los periodistas te han hecho mucho daño... ¿Confías en ella? ­—Cuestiono Tito.

Joe se había mantenido al margen de la conversación, pero le pareció que ya era hora de intervenir. ¿Qué pasa si te traiciona, si solo te está utilizando?

—Por favor, como dicen eso. ­—Respondió Michael.

—Dime muchacho, ¿qué pasa si solo te está utilizando por lo de tu documental?

Siempre estuve en desacuerdo con eso –dijo serio.

Él simplemente miro a su padre en silencio. Sintiéndose incapaz de responderle.

No podía creer lo que escuchaba, ¿Cómo podía ser posible que me juzguen de esa manera solo por ser periodista? Y ¿Cómo es que Michael ni siquiera me defendió? Simplemente se quedó callado... En ese momento me sentí muy enojada y me dieron muchas ganas de ir y cerrarle la boca a todos ellos. Pero decidí calmarme y esperar.

En la noche, cenamos todos adentro del gran comedor que poseía la casa.

En la mesa me senté al lado de Janet y de Kate. Michael se sentó enfrente, podía sentir su mirada sobre mí, pero lo ignore durante toda la cena.

Posteriormente llego la hora de la despedida, me despedí de todas y todos los presentes. Y espere a Michael que estaba conversando con su mamá.

— (Tn) es una muchacha muy dulce y encantadora... supongo que ella es la chica de la que me habías hablado...

Él asintió sonriendo.

—Me diste una gran sorpresa, no sabía que ya fueran novios... Pero enserio me siento muy feliz por ti.

Hoy vi que no parabas de sonreír, en serio que me alegra verte así de radiante.—Le decía dulcemente.

—Gracias... —La abrazo y de dio un beso en la mejilla.

En ese momento decido aparecer ya que aún no me despedía de Kate.

—Muchas gracias por todo, fue un día increíble, me divertí mucho y en serio me alegra haberla podido conocer –Le dije sonriente.

­—Gracias a ti por venir... —Se acercó más y me dijo­—. Y gracias por hacer tan feliz a mi hijo —me dio un abrazo y beso mi mejilla.

Michael sonrió, trato de tomar mi mano, pero me zafe, ni lo mire. Solo me acerqué nuevamente a Kate y me despedí.

—Vengan a visitarnos más seguido...

—Lo aremos —Le dijo, trato nuevamente de tomar mi mano, pero esta vez no pude zafarme­.

Nos fuimos camino al auto y cuando ya estábamos lo bastante lejos de ellos, solté su mano y seguí caminando sola, llegué al auto y me subí

En el auto

Iba sin decir nada y mirando hacia afuera, aunque no veía nada gracias a la oscuridad de la noche, pero era eso o mirar a Michael.

Sentía nuevamente la mirada de él sobre mí, pero no pensaba mirarlo ni hablarle, hasta que me dijo:

—¿Estas molesta?

No le respondí.

—Sí es por lo que dijeron mis hermanos y Joe, no tienes por qué molestarte, yo jamás les haría caso... no me importa lo que ellos opinen.

En ese momento pensé en como él sabía que los había escuchado. Pero aun así no le dije nada.

En el departamento

Estabas acostada leyendo un libro y aun no le habías hablado a Michael.

Él aparece por la puerta, tenía puesto su pijama y llevaba un vaso con agua en su mano.

Te miro y se acomodó a tu lado. Bebió de su agua y te dijo ­­—No entiendo porque te enojas conmigo, yo no les dije nada.

Bajas tu libro y le dices. —Ese es el problema, no les dijiste nada. No... no fuiste capaz de defenderme... —Le reprochaste.

Te miro. —Es que... —No sabía cómo defenderse, no sabía que decirte.

—¿Acaso no te importa saber cómo me siento yo por todo eso?

—¿No crees que estas exagerando? —Cuestiono quitándole importancia a todo.

—Tú... ­—Lo miraste­—. ¡Piensas exactamente igual que ellos, es por eso que no les dijiste nada!

—Eso no es cierto... yo...

Lo interrumpes. —El periodismo en mi pasión, es lo que siempre quise estudiar y yo... yo no soy igual a los demás.

—Bueno, si tu pasión significa meterse en la vida de las personas e inventar mentiras, pues... —Dijo en voz baja.

Aun así, lo alcanzaste a escuchar y le dijiste. — ¡No lo puedo creer! ¿Realmente piensas que yo soy así? —Lo miraste—. ¡Entonces eso significa que no me conoces realmente! —Le dijiste molesta. Dicho esto, último te levantaste de la cama, tomaste tu almohada y una cobija que estaba a los pies de la cama y saliste de ahí.

—¡¿(Tn) para dónde vas?!

—Después de eso, no pienso dormir en el mismo lugar que tú —Cerraste la puerta con fuerza.

-Después de salir, te sentaste en el sofá y prendiste la televisión.

Sentías frio, pero no te importaba, estabas muy molesta con él como para volver al cuarto.

¿Cómo era posible que te dijera eso?

Realmente pensabas que él entendía lo que hacías... Que entendía que no eras igual a los demás. O al menos es era lo que tu creías, pero al parecer estabas equivocada, ya que al parecer a él no le agradaría para nada que seas periodista...

Todos esos pensamientos pasaban por tu mente en ese momento...

Te tapaste con la cobija que habías cogido y pronto te quedaste profundamente dormida.

Narra Michael: La comida con mi familia estuvo muy bien, me la pase muy bien con ellos y fue la oportunidad perfecta para presentarles a (tn).

Aunque como siempre al final del día termine "metiendo la pata", sé que no debí de decirle eso a (tn). Ni siquiera sé cómo fue que se me salió...

Cuando salió del cuarto enojada, me quedé sentado en la cama esperando a que volviera, pero como no lo hizo la fui a buscar. Hacia frió y no podía dejar que durmiera en ese sofá toda incomoda. Si alguien tenía que dormir ahí era yo, no ella.

Así que salí he inmediatamente escuche el ruido del televisor, pensé en volver al cuarto y esperar hasta que se duerma, pero algo me hizo seguir y cuando llegue la vi ahí durmiendo, se veía tan indefensa, tan tierna, tan perfecta... Como podía ser que ella me hiciera sentir todo esto. Aun no entendía cómo podía quererla tanto...

La observe por un momento y pensé en que claro que confiaba en ella, como no lo iba hacer, si la deje entrar a mi corazón, a mi vida y pensé que jamás volvería a hacer eso.

La bese en la frente, apague el televisor, la cargue en mis brazos y la lleve nuevamente a la habitación.

La acomode suavemente sobre el acolchado tratando de que no se despierte. Me acomode a su lado, apague las luces, no pude evitar abrazarla, así que lo hice y me dormí.