―¿En qué le puedo ayudar? ―Preguntó el molesto sujeto de la tienda departamental. Acababan de abrir y tenían toda la actitud de servicio que yo detestaba―. Tenemos excelentes ofertas, como la nueva podadora, o el taladro que incluye la pistola de clavos.
―Gracias, estoy bien ―le dije de mala manera para que me dejara en paz. Quería tomarme mi tiempo en la tienda buscando pacíficamente lo que necesitaba y no podría hacerlo con ese sujeto jodiendo a mi alrededor, además me ponía los nervios de punta el que alguien más viera los paquetes de bolsas negras y los rollos de cinta adhesiva gris dentro de mi carrito.
Me escapé del vendedor y fui por un par de botas de hule, después me moví a donde estaban los overoles y tomé uno que se aproximara a mi talla. Únicamente tenían de color naranja. La última parada fue en los aparatos eléctricos, en donde vi una motosierra eléctrica, lo que evocó en mí la imagen del cadáver de Randal siendo desmembrado con ella.
Me hubiera facilitado mucho el trabajo.
»Pero hubiera hecho un ruido infernal.
Desvié la mirada y a mi derecha vi el pasillo de carpintería. Tenían en exhibición unos bonitos delantales de cuero negro con correas cafés y algo me hizo caminar hacia ellos.
―También los tenemos en oferta. ―El hijo de perra me asustó. Podría jurar que esos malditos tenían un pacto con Mefisto para materializarse de la nada.
―Me llevaré uno...
El sujeto que, según su placa de identificación, se llamaba Harold, fue por un mandil y regresó para depositarlo en el carrito.
―¿Reparaciones?
―Trabajos sucios ―respondí imaginando lo que le haría a Michael, para quien ya tenía un plan.
―¿Qué pasó?
Maldita sea, había establecido una conversación con él y ahora tenía que continuarla...
―Mi..., cañería. El sótano es un asco. Excremento por todas partes. ―Esa mentira era una coartada perfecta, pues explicaba las botas y el overol.
»Pero no explica el mandil.
―Me imagino. Supongo que va a necesitar una buena pintada después del arreglo, ¿no?
―Sí..., me imagino ―suspiré internamente lleno de paz al ver que Harold me estaba ayudando a construir una mentira sin darse cuenta.
―Entonces tal vez necesite pintura de buena marca. Tenemos esta a un gran precio y...
―¿La tienes en verde limón? ―pregunté de manera cortante.
―Claro que sí...
―Dame una cubeta. ―Me urgía salir de ahí.
Harold se encaminó a las cubetas y yo me encaminé a las cajas. Quedarme con él significaba hablar más y estaba muy nervioso y fastidiado para hacerlo.
Al llegar a las cajas vi un par de lentes redondos para soldador y algo me incitó a tomarlos.
―Aquí está su pintura, señor...
―Reilly ―le ayudé.
―Fue un placer haberle ayudado, señor Reilly ―dijo amablemente.
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EL PACTO
Mystery / ThrillerNicholas Morgan acepta vender su alma al demonio Mefisto para poder curar a su hija y permitirle tener una larga vida, pero para este Ser, aceptar el alma de un humano no es suficiente, por lo que le exige recolectar las vidas de aquellas personas c...