CAPÍTULO XXX: CHIRIDIREYES

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 ~Patrick dijo que le ayudarás a crear su propio ritual, además no te mató. Él desea que estés vivo para que puedas contemplar lo que ha imaginado. Quiere que sufras y que implores piedad. ¿Qué es lo que tiene en mente, Nicky?

Estaba en el suelo, inmóvil, acostado sobre mi espalda y con los ojos cerrados. La canción se reproducía una y otra vez porque Patrick había presionado el botón de repetición para hacerme sentir culpable de la amistad que destruí.

"It's our time to break the rules
Let's begin..."

Lo sabía. Sabía lo que Patrick tenía en mente. Todo gracias a que mi monstruo interno ahora era consciente y compartía conmigo sus ideas más pútridas, desagradables e inhumanas. Todos los pensamientos que pasaban por mi mente eran una combinación de psicología humana con deseos enfermizos. Cúmulo de conocimientos que siempre habían estado atrapados junto con ese monstruo al que le permití salir.

~Sí, la traerá hasta ti y se la comerá, Nick, porque ella es el origen de tu corrupción. Así te hará sufrir. Te hará ver cómo la despedaza mordida a mordida, posiblemente mientras su corazón siga latiendo. ―Esa voz se excitaba mientras el nivel de inhumanidad subía en su teoría.

Me puse de pie y busqué algo que me ayudara a escapar de mi camisa de fuerza, pero la cadena me impedía llegar a cualquier objeto cercano. De nada me servía saber lo que Patrick haría si no podía hacer algo para evitarlo.

"Running wild and running free
Two kids, you and me..."

~Sabes lo que debes hacer, Nick, y también sabes que el dolor no significa nada si a cambio puedes salvar a Lindsey. Sabes lo que debes hacer. Todo depende de ti...

¿Te vas? ―pregunté asustado.

~Ahora soy parte de ti, Nick. No iré a ningún lado.

Y sin más dejé de escucharlo.

¿Se fue? ―preguntó mi vieja voz asustada que se sentía a salvo detrás de esa imponente segunda voz.

Se fue ―respondí motivado.

Observé con detenimiento mi camisa de fuerza. La conocía muy bien desde fuera, pero puesta era una cosa completamente diferente; después analicé la cadena... Golpeé la tubería oxidada que me anclaba hasta que me dejó libre.

"Sabes lo que debes hacer", esas fueron las palabras de la voz, palabras que dolían de sólo escucharlas.

"Go forth and have no fear..."

El suelo me esperaba. Duro y frío.

Nick... Si vas a hacer esto debes darte prisa. Tenemos menos de una hora antes de que Patrick regrese.

Salté lo más alto que pude y dirigí todo mi peso a mi costado izquierdo. El golpe me dejó sin aire, pero me incorporé rápidamente para volverlo a intentar.

Mi voz se quedó en silencio. Regularmente criticaba mis planes e ideas, pero parecía que guardaba cierto respeto y confianza por las de su compañera de cuarto.

Repetí el salto y el golpe sólo me causó confusión y dolor, pero nada más. Me puse de pie y me preparé para un salto más.

¡Vamos! ¡Por Lindsey, Nick!

CRAC.

El dolor que sentí fue terrible. Cualquier mínimo movimiento de mi brazo provocaba un roce entre el húmero y el omóplato y eso dolía como el jodido infierno.

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