Mi alarma sonó con ese estúpido ruido estridente y tres piezas fueron expulsadas de su lugar tras un estallido. Ese fue el regalo de cumpleaños pasado por parte de mi hija, cuando ella sólo tenía ocho y yo treinta y cuatro años.
"Para que no se te vuelva a hacer tarde, papá". Fue su justificación y ella tenía razón, yo tenía ese pésimo hábito de levantarme tarde y ¿qué puedo decir? ADORO dormir. Era mi parte favorita del día, después de estar con mi niña, claro.
Me arrastré fuera de la cama y me dejé caer al suelo para encontrar esas piezas ya que el despertador no dejaría de sonar de esa manera si las figuras no eran puestas en su lugar de la manera específica de nuevo.
Logré callar el despertador y me puse de pie para encaminarme a la cocina, en donde se podían escuchar las voces de Lindsey y de Cinthia. Ambas estaban teniendo una conversación en la que Lindsey preguntaba cómo era tener un novio.
―Es... bonito ―dijo Cinthia dejando en claro que no sabía qué decir, puesto que, hasta donde yo sabía, ella nunca había tenido uno. Prefería tener otro tipo de prioridades en mente como la universidad. Es por eso que la había contratado como niñera. Era una chica responsable que venía de una familia humilde igual de responsable.
―Sí, pero ¿cómo se siente? ―insistió Lindsey.
―Será mejor que no lo sepa, señorita Morgan. Usted es muy joven para eso ―le dije con mi voz ronca de sueño.
Ambas se sorprendieron. No me habían visto llegar a la cocina.
―¡Señor Morgan! Es la segunda vez que me asusta en menos de dos horas ―reclamó con humor.
―Lo siento, Cinthia.
―Buenos días, papá ―me dijo mi hija con esa sonrisa que me ayudó a reemplazar la imagen mental que tenía de Randal en el suelo por una más agradable.
―¿Lista para la escuela?
Lindsey asintió.
―Dejé el desayuno listo para usted, Lindsey está lista y su mochila preparada. Estaba por irme a casa, señor Morgan. ¿Hay algo más que pueda hacer antes de irme?
―Sí; siempre llevo a Lindsey a la escuela, pero no he dormido bien y no quiero conducir cansado. ¿Podrías dejarla de camino?
―Sí, no hay problema ―me respondió de manera amable y mostrando una gran disposición. Esas eran las ventajas de tener como niñera a una chica sin pareja: no tiene planes, no tiene prisas y mientras tenga un lugar apacible de trabajo como mi casa, con internet, un escritorio y acceso al estéreo, siempre mostrará disposición para trabajar, pues sus necesidades básicas eran resueltas sin problemas. Obviamente también recibía un pago justo que yo descontaba de mi cuenta de ahorros, la cual me preocupaba cada vez más debido a que mis ingresos habían dejado de ser lo que eran. No sabía cuánto tiempo más podría pagar una niñera.
De nuevo en cama reflexioné lo preocupante que era poder dormir y recuperar energías a pesar de haber asesinado a un desconocido, de la depresión y el miedo que sentía, pero unos golpes a lo lejos interrumpieron mi apacible sueño y me impidieron seguir descansando.
Me incorporé fastidiado y odiando a la humanidad por ser tan desconsiderada con el sueño de las personas.
―Buenos días, Morgan ―dijo mi ex-cuñado―. Lamento hacerlo de esta manera, pero estás bajo arresto.
Mi sistema nervioso colapsó.
¿Qué puedo decir? No tienes idea de cuánto me gustan los cliffhanger, así que lo siento, pero no lo siento. Si decides continuar te advierto que encontrarás muchos por aquí.
Por acá la canción inicial por si quieres escucharla completa.
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EL PACTO
Misterio / SuspensoNicholas Morgan acepta vender su alma al demonio Mefisto para poder curar a su hija y permitirle tener una larga vida, pero para este Ser, aceptar el alma de un humano no es suficiente, por lo que le exige recolectar las vidas de aquellas personas c...