One shots 💖 Anne with an e✨

Un corsé perdido

Un nuevo chisme se hizo presente en la escuela de Avonlea, y esta vez, Gilbert era el afectado, o más bien: Anne.

Eran cerca de las 10:00 am y como acostumbraban, las chicas se habían juntado en el salón para el almuerzo. Cada una compartía su postre de frutas: uvas, manzanas, fresas, naranjas y peras. Además de un rato divertido de plática.

— ¿Ya se enteraron de lo que ocurrió en la habitación de Gilbert? —pregunta Tillie un tanto emocionada.

Anne y Diana negaron con la cabeza.

— ¿Qué ocurrió con mi Gilbert? —dijo Ruby preocupada.

—Bueno no creo que sea tuyo —Josie se burló.

—Billy y Paul fueron a hacer una tarea en casa de Gilbert, no sé porque tuvieron que ir a la habitación y...

—El punto es que... —Josie interrumpió a Tillie — ¡Había un corsé en la cama de Gilbert!

Todas las chicas se quedaron boquiabiertas. ¿Un corsé? ¿Acaso Gilbert tenía una aventura? Eso es imposible, pensaron; Gilbert es un muchacho íntegro, quizás el más maduro de los adolescentes de Avonlea ¿Y ya tiene una amante?

—Probablemente Paul y Billy están inventando todo —Anne se quejó, para después tomar una fresa y llevarla a su boca.

Josie mordió su manzana tranquilamente, mientras que Ruby se sentía morir.

—Pero nadie de aquí usa corsé —Tillie susurró.

—Yo he usado, pero por supuesto nunca entraría a la habitación de un chico para dejarle ese regalo. No soy una cualquiera.

—Ninguna mujer vive en su casa —Anne se estresó — ¡Es imposible que haya ropa de Mary! se la habían regalado a Jocelyn y la otra amiga de Mary. Yo estaba ahí esa vez.

—Tal vez tiene una querida —Jane se acercó a ellas —Escuchen; — dijo en voz baja, las demás se acercaron a ella —Los hombres no son tan inocentes como ustedes creen, ellos están listos para... ya saben —Las demás la miraron confundida, no entendían —Escuché a mi hermano Billy hablar con sus amigos acerca de unas mujeres que son de Charlottetown. Lo único que alcancé a escuchar con claridad fue: <<El que primero se anime, y traiga una prueba, recibirá cinco libras esterlinas>>.

— ¿Y eso, que? —Tillie parecía no comprender.

Jane puso sus ojos en blanco y con voz molesta respondió:

— ¡Apostaron sobre cuál tendría primero una aventura con una mujer!

En ese momento un nudo se formó en la garganta de Anne, ¿Gilbert no era capaz, o sí?

—No, él no haría algo así —Ruby se puso de pie —Él no es como cualquier chico. Gilbert es especial.

—¿Qué no oíste, sonsa? —Josie tomó por los hombros a Ruby, y volvió a hacer que se sentara. —Gilbert tenía un corsé en su habitación... En su cama. Es obvio que esa fue la prueba de esa dichosa apuesta.

Diana se quedó un momento pensando, ella y Anne, al igual que la rubia, no creían en lo sucedido.

—Por cierto, él trabaja con un doctor en Charlottetown. Tal vez allá conoció a una chica —Jane agregó.

En un abrir y cerrar de ojos terminó la hora del almuerzo. Sonó la campana. Todos tenían que regresar a sus respectivos lugares.

Cuando Gilbert entró al salón de clases habían dos tipos de miradas hacia él: los chicos lo miraban como un "héroe" mientras las mujeres parecían mirarlo con desagrado. El castaño frunció el ceño, su expresión delataba curiosidad. Llegó a su asiento (el cual era a un lado de Charlie), y recordó el porqué de esas miradas. Lo que había ocurrido ayer por la tarde: