One shots 💖 Anne with an e✨

Baile de máscaras

—Si hay algo que obvio tienen que aceptar es que Josie y yo tenemos el mejor gusto para la ropa —decía con honor y razón la hermana menor de Prissy, quien a su vez cosía a mano una sábana de tela fina —. Esto nos lo tienen que dejar a nosotras, Anne —ambas chicas se miraron con cierta rivalidad, mientras que las demás disfrutaban del espectáculo.

—Simplemente no creo que algo tan ostentoso vaya conmigo.

— ¿Acaso se van a poner a pelear por vestidos? —Preguntó una divertida Ruby —; es extraño.

En Avonlea habría un baile en el otoño, y como todas las jóvenes, ese grupo de amigas se emocionaron al escuchar esa palabra. Un baile hecho por los Andrews. Y es que esta vez, Josie sugirió que el baile tuviera un tema en específico, y que así la juventud se divirtiera un rato. Pero como siempre, todas tenían opiniones diferentes.

—Pueden ir vestidos como gusten, la ropa no importa —dijo Tillie mientras se trenzaba una parte del cabello —, con que me inviten a bailar está más que bien.

—Por Dios, Tillie —la rubia que estaba sentada junto a las velas se volvió hacia su amiga —. Es un baile para que los chicos nos cortejen. Tienen que ir vestidos con lo mejor que tengan, claro, si es que quieren impresionarnos.

—Todas las conversaciones para ti involucran a los hombres —se quejó Tillie cruzándose de brazos. Ambas chicas se miraron con desgana.

Entretanto alboroto de vestidos y hombres, Anne se acercó a la ventana, para perderse entre sus pensamientos, hacía más de cinco meses que no miraba a Gilbert, la universidad los había tenido muy ocupados; sin embargo, Anne estaba feliz de que en la última carta, su novio le confirmaba su asistencia en el baile, la joven sentía mariposas en el estómago, se preguntaba qué sería lo primero que platicarán; le daría un beso apenas la mirara; o sería más tímido y aguardaría a que estuviesen solos. La pelirroja sonreía sin notarlo, se abrazaba a sí misma y esperaba con ansias el sábado, <<En una semana, Gilbert. En una semana>> dijo susurrando y cerrando sus ojos al imaginar tal encuentro.

— ¡Anne! —un grito de su mejor amiga la hizo regresar a la realidad.

—Lo siento, lo siento —dijo la joven enamorada mientras se reincorporaba dónde estaban sus amigas sentadas —Me quede vagando en el océano de amor que hay en mi corazón —siempre tan poética — ¿De qué estaban hablando? —Diana sonreía mientras la observaba, ella más que nadie sabía que esa felicidad era causada por Gilbert Blythe.

—Estábamos diciendo, —comenzó a hablar —que Jane tienen conocimiento de la moda, y que quizás ella y Josie pueden hacer los antifaces que vayamos a usar.

— ¿Antifaz? —Anne se sorprendió e inmediatamente esa palabra le recordó a las fiestas medievales que tanto describen en los libros. Nunca había oído ni visto que en Avonlea se hiciera un baile con tal característica. — ¿Ese será el tema? Porque es fascinante.

—Como un carnaval veneciano —interrumpió Josie con entusiasmo —. Será inolvidable, el antifaz es el pase de entrada, y recuerden: Anuncien a todo mundo sobre el baile.

Con la noticia corriendo de boca en boca y de pueblo en pueblo, el baile era muy esperado, pues durante el otoño no era normal hacer fiestas debidamente a la temporada de cosecha, y por ende, las personas están más ocupadas y llenas de trabajo. Un baile es la opción magnifica para distraerse.

Jane y Josie, tal y como lo dijeron, se encargaron de comprar lo necesario. Coser las telas, adornar con plumas finas de colores llamativos, incrustar piedras que simulaban joyas preciosas, y demás cosas que sirvieran para engalanar la ocasión. Tillie les ayudó a las jóvenes a remendar algunos vestidos, y vaya que no se decidían por cual usar. Anne, Diana y Ruby consiguieron candelabros, y también cortaron un sinfín de flores para arreglar el salón de baile. Como todo un entretenimiento cortesano.