One shots 💖 Anne with an e✨

El misterioso europeo

Pasaron alrededor de nueve meses desde que el grupo de amigas habían iniciado las clases en la academia Queen's. Era marzo, el mes que indicaba la llegada de la primavera. Ya para ese tiempo, cada una de las chicas tuvo experiencias en el amor; Josie con Billy, Tillie con dos chicos, Ruby con Moody, y Diana con Jerry, aunque esta última pareja solo lo supo Anne. Y por supuesto, la pelirroja era novia del apuesto Gilbert. Aun así, había una chica que no había tenido oportunidad de ser cortejada: Jane Andrews. Pero eso cambió durante un caluroso día: conoció a un chico; más bien un adulto joven, probablemente diez años mayor que ella, y Jane no tardó en comprometerse con el señor Inglis.

Mientras que Diana, era quizás la que más pretendientes tenía, pero la muchacha aún no estaba lista para casarse. Por otro lado, Ruby era felizmente cortejada por Moody y era obvio que quedarían juntos. La otra muchacha, Tillie, se concentraba en sus estudios y prefirió dejar el amor para años después.

Todas vivían cómodamente, como cualquier chica de clase media y media-alta del siglo XIX. Pero había una señorita que no estaba del todo conforme: Josie Pye. En la universidad le rondaba el apodo de "solterona" ya que se habían enterado muchos de sus compañeros del incidente con Billy; y debido a eso sería difícil que su reputación siguiera intacta, y por ende batallaría en encontrar un hombre que la desposara.

Pero dejando de lado apodos y calumnias, Josephine Pye (o solamente Josie), había madurado, no era tan insolente y arrogante como en su pubertad. Si bien seguía siendo vanidosa y petulante, ya no ocasionaba acciones maliciosas. De hecho, prefirió enfocarse a encontrar su verdadera vocación y entre muchos pasatiempos, descubrió que poseía un talento dibujar, además de que se le facilitaba el bordado y la costura. Pero como cualquier persona, ella se sentía harta con aquellos chismes. Su salud decayó al contraer varicela mientras visitaba a una prima de Charlottetown, por lo cual no asistió a Queen's en varias semanas. Josie viajó a Avonlea para que su madre pudiese cuidarla.

Sus amigas no dudaron en mandar cartas preguntando por ella.

Al cabo de quince días, las chicas esperaban con ansias la carta de Josie. Querían saber muchas cosas, entre ellas: cómo seguía. Las nuevas noticias del pueblo. Cómo había resultado la siembra de algunas familias. Y sobre todo, si su amiga regresaría pronto a la escuela.

Estaban en la habitación de Ruby y Jane, cuando entró Tillie con un sobre en las manos, indicando que la carta al fin llegó. Anne abrió el sobre y comenzó a leer en voz alta y clara:

Queridas amigas

Espero que estén pasando un agradable día.

Me encuentro muy bien si es lo que preguntan. Gracias a Dios la varicela no fue tan exageradamente mala a como me lo platicaron; si bien es molesta, no es terrible como otras enfermedades. En cierta forma, eso me alegra.

Finalmente las ampollas se han convertido en costras y no me quedaron muchas marcas, o eso creo. El sarpullido era desagradable, y ni hablar de la inquietante comezón que tenía hace unos días, supongo que eso es lo peor del virus. Pero lo mejor es que un buen doctor de Charlottetown me recetó medicamentos y un sinfín de remedios naturales para aliviar los malos ratos. De hecho, me encuentro en la capital. Pero lo más seguro es que cuando les llegue esta carta yo ya estaré de regreso en Avonlea.

Déjenme contarles una experiencia que tuve hace días, cuatro, para ser exacta: Tuve una fiebre tremenda, se los juro, y lo peor de todo es que mis padres no estaban en casa. Yo permanecía recostada en mi cama, con un frío que me recorría hasta los huesos, como pude me puse de pie, corrí hacia la puerta y con voz desahogada grité para pedir ayuda. Afortunadamente allí estaba Grettel, una joven mucama; inmediatamente me auxilió poniendo paños húmedos en mi frente y en mi cuello, pero eso no era suficiente. La fiebre no bajaba. Yo estaba débil, y además de los escalofríos, sentía que mis piernas se hinchaban.