Alguna vez se pusieron a pensar que puede pasar ¿cuándo la luna quiere un hijo?
Esta es una historia en donde la luna no se queda brillando majestuosa en el cielo, si no decide obtener su deseo más anhelado que es un Hijo, madre luna tan bondadosa c...
Jimin se removió entre sus cobijas perezosamente no quería despertarse, pero recordó que se había quedado dormido antes que su padre llegara.
Estiro sus brazos y piernas levantándose de su cama, se vistió con un poleron de lana morado y unos pantalones negros un poco ceñidos arreglo su cabello con sus manos hasta que quedo satisfecho con su aspecto, una vez listo bajo a la sala encontrándose solo con su madre sentada agarrándose las cienes con sus dedos.
– Estas bien mami – Jimin se acercó a su madre colocando sus manos en los hombros de la pelinegra.
– Si mi amor estoy bien, solo que hoy es un día pesado y me siento un poco agotada – con la ceremonia en curso la pelinegra tenía que escuchar todos los ruegos de los lobos necios que a pesar de lo años seguían implorando por su bendición, estaba feliz que esta sería la última vez que tendría que soportar a los fastidiosos lobos.
– Mejor comamos, te prepare un delicioso desayuno cachorrito dormilón – Jimin envolvió en un cálido abrazo a su madre, ambos se dirigieron a la cocina para degustar de su desayuno.
– ¿Mamá donde esta papá? – la pelinegra trago duro por el momento no le diría la verdad a su hijo.
– Salió temprano no me dijo a donde iría solo que regresaría en tres o cuatro días – Jimin miro asombrado a su madre, su padre nunca se iba sin despedirse de él.
– No se despidió de mi – Jimin hiso un puchero adorable que derritió el corazón de HyunA, su cachorro era tan adorable.
– Lo se cachorro, pero no quería despertarte últimamente no has estado muy animado y prefirió dejarte descansar, no se irá para siempre mi amor – HyunA le regalo una sonrisa llena de falsedad a su hijo, si tan solo Jimin supiera que ese sería su ultimo día en el lugar al que llamaba hogar.
– Jimin hace mucho no salimos, no quieres bailar para mi esta noche eso me hará sentir mejor,siento paz cuando te veo bailar – a Jimin le brillaron los ojos amaba bailar para sus padres, la danza fluía con naturalidad por su cuerpo, cuando bailaba eran los momentos donde se sentía libre y sin ataduras.
– Que estupenda idea mamá – ambos se miraron con dulzura decididos a preparar todo para su gran noche, entre madre e hijo.
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TaeMin se encontraba escondido en una cueva sollozando su desgracia, no podía creer lo ingenuo que fue al dejar todo en manos de HyunA, el ayudarle a causar tanto daño y lo más triste el haberle arrebatado la felicidad a su hijo.
Su amado hijo era lo más valioso que podía tener, había disfrutado de sus primeras palabras, sus primeros pasos y sus primeros te amo, con sus ojos pudo ver cómo cada año el pequeño bebé iba creciendo poco a poco. Su intención siempre fue protegerlo, cuidar de él para que creciera rodeado de amor y que nunca le faltara nada, quería ser el padre que Jimin necesitaba, pero por su egoísmo le arrebato muchas oportunidades y momentos felices.
