10; Conociéndote.

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Estaba muy entusiasmada por ver a dónde iríamos, este chico usualmente siempre saca sorpresas bajo las mangas.

— Llegamos al lugar, espero haber escogido bien. - dijo mientras me miraba.

— Interesante elección. - respondí mientras le regalaba una sonrisa.

Bajamos del coche y comenzamos a caminar hacia el observatorio meteorológico, me preguntaba por qué habría elegido este lugar... No creo que sea muy su estilo pero no cambiaría la emoción que noté en él, otro dato más para mi proyecto.

Sin duda era enorme y su arquitectura fantástica con grandes representaciones de la Astronomía y Astrofísica. Es increíble, pensé.
Caminábamos al rededor hasta toparnos con un cuadro del sistema solar enorme casi del tamaño de la pared.

— ¿Ves Jupiter? - señaló el cuadro mientras se acercaba un poco a mí.

— Sí, veo lo mismo que tú. - respondí mientras no perdía de vista el cuadro.

— Bueno, sabías que la mancha roja que tiene..

— Es un enorme remolino que tiene aproximadamente más de 300 años, sí. - interrumpí.

Voltee a mirarlo y estaba algo sorprendido, no pude evitar reír al ver su rostro; supongo que no esperaba que lo interrumpiera de esa manera.

— Bueno, mi intento de asombrarte fue todo un fracaso. - se tapó la cara con sus manos mientras reía, estaba sonrojado.

— Ahora me siento mal. - hice un puchero.

— No no, eres inteligente. - puso su mano en mi hombro. — Pero, ¿Cómo lo sabes? - preguntó.

— Supongamos que siempre estoy leyendo acerca de eso, la mayoría de lo que hay aquí son cosas que ya sé. - encogí mis hombros.

Me regaló una sonrisa, sus hoyuelos era lo más perfecto que podías presenciar físicamente. Mientras seguíamos nuestra aventura en ese gran lugar, ponía atención a sus acciones y las emociones que lograba transmitir; No era difícil pues incluso en videos percibes cierta vibra de él.

Me empecé a sentir extraña en ese mismo rato, como si todo comenzara a transcurrir lento y los minutos parecían sentirse como horas.

— Bryan, creo que es un poco tarde. - hice una mueca.

— Es verdad.. ¿Entonces nos vamos? - observó su reloj. — Oye, ¿estás bien? - preguntó preocupado.

— Sí, no te preocupes por mí.. ¿Por qué tu pregunta?

— Demonios, creo que el vino te pegó. - rió.

— Estás loco, vámonos. - le di una palmada en el hombro.

— Señorita, usted ya no está bien. - dijo sarcásticamente mientras reía.

Me tomó del brazo sutilmente y salimos del lugar dirigiéndonos al coche, el amablemente me ayudó a subirme y me puso el cinturón de seguridad.

...

— Pequeña, despierta.

- ¿Qué? - dije tallándome los ojo, vaya que me había quedado dormida.

P S Y C H O P A T H  [𝗕𝗿𝘆𝗮𝗻 𝗦𝗞𝗮𝗯𝗲𝗰𝗵𝗲]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora