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Al día siguiente me sentí decidida a afrontar lo que había sucedido en la noche, aunque sienta cosas por Bryan no es excusa para aceptar que me vigile; Aunque no sé si me estoy precipitando a pensar en eso, capaz sólo pasaba por ahí por pura casualidad.
Necesito respuesta ante todo, las cosas no pueden seguir así.

Después de tener una mañana ajetreada, tomé el valor para ir a casa de Bryan a ver si había oportunidad.

— Hola, ¿tú eres esa chica, cierto? - dijo Yess al verme cuando abrió el portón.

— Supongo que sí ¿Cómo sabes de mi? - pregunté nerviosa, no podía creer que Yess supiera de mi. Tiene un carisma y una vibra tan linda que podías percibir.

— Bryan.. - suspiró.

— No entiendo realmente. - la miré confundida.

— No sé si debería decirte esto porque son asuntos de mi hermano y tuyos. Pero no la ha estado pasando bien, es difícil animarlo para los videos pero hace lo que puede.

— Oh no, perdóname de verdad, es mi culpa por... - empecé hablar algo alterada.

— No linda, no vengo a reclamarte. Yo sé cómo es mi hermano, el problema no eres tú. - interrumpió.

Desvíe mi mirada por un momento para después voltearla a ver, reflejaba cierto tipo de tristeza al mencionar estas cosas y me hacía sentir mal; el amor de hermanos es algo enorme y único. Yo también me preocuparía de esa manera sin duda alguna.

— ¿Está? - pregunté algo avergonzada.

— Sí, adelante. Espero se alegre con tu compañía. - sonrió.

Yess me acompañó a la casa, cuando entramos se escuchaban Bryan y Eddy hablando.. Me estaba arrepintiendo de esto, pero creo que ninguno de los dos merecemos sufrir. 
Ahí se encontraba él con su chaqueta de mezclilla, un pañuelo rojo en su cuello y enfocado seriamente en lo que estaba haciendo en su computadora.
La verdad se miraba tan lindo, la belleza de Bryan no se comparaba a nada en el mundo; Créanme que radiaba mucha luz aunque al mismo tiempo había algo en él que, no sé.. algo inexplicable como siempre lo he dicho.

Eddy volteó a verme y abrió de más los ojos, estaba sorprendido pues supongo que también Bryan le habrá platicado sobre mí.
Lentamente agarró su tablet y antes de irse a su habitación me sonrió mientras asintió con la cabeza dándome el recibimiento para dejarme a solas con Bryan.

Me acerqué lentamente y puse mis manos en los hombros de Bryan apretando con sutileza, él volteó algo asustado y cuando se dio cuenta de que era yo su mirada se profundizó, esa mirada extraña que logra atraparte.

— ¿Qué haces aquí? - cerró su laptop, para levantarse y estar frente mío.

— Necesitamos hablar.

Volteó al rededor de la casa, y me hizo señas de que no podíamos hablar ahí si no que necesitaríamos un lugar más privado. Así que nos dirigimos a su cuarto, entró primero y acomodó rápidamente su cama y quitó su ropa que tenía tirada por todos lados; no se le quita la costumbre de tener su ropa regada.

— Ponte cómoda, ¿Quieres algo de tomar? - señaló su mini refrigerador.

— Estoy bien, gracias. - sonreí.

Al principio hubo un silencio muy incómodo, no sabía cómo empezar ni qué decir realmente, mi ansiedad era más por verlo y saber que estaba bien o tener alguna respuesta de él.

— Perdóname ¿si? - habló para rompe el silencio.

— No comprendo, me habías dicho que sentías cosas por mí y después de haberme entregado decides alejarte nomás así. ¿Qué hice mal? - mi voz se quebraba un poco.

— No hiciste nada malo, sólo que..

— ¿Qué? ¿Por qué no me dices lo que ocurre? - interrumpí.

— Sólo tengo miedo, no quiero lastimarte porque de verdad me gustas. Supongo que fue un acto de inconsciencia pero tú puedes decidir qué hacer. Si no me quieres hablar por esto, lo respeto. - a este punto él tenía sus ojos llorosos.

— No puedo estar molesta contigo, supongo que entiendo tu posición pero lo importante es tener comunicación; Es la base de todo. - tomé su mano.

— Claro... sólo que, no sé qué me ocurrió. - respondió llevando una de sus manos a su nuca para jalar un poco de su cabello

Estaba acariciando su mano, él sólo me miraba y se le escapaba una pequeña sonrisa, no niego que a mi también. Después de todo se trata de conexión. Bryan tenía el don de apoderarse de mí y no sabía si eso estaba bien.

— ¿Puedo preguntarte algo? ¿Qué es tuyo ese chico? - sonó firme de lo que preguntaba.

— Compañero de clase.

— Pero intentó besarte. - alzó su ceja mientras me miraba de una manera desafiante.

— Pero no lo permití, sólo es un compañero.. No hay nada de qué preocuparse. - le di una palmada en su espalda.

Bryan me tomó de las mejillas y empezó a besarme de una manera tan apasionada que no comprendía como es que esa mecha prendió tan rápido, supongo que ambos nos extrañábamos.

— Sólo déjate llevar. - me susurró al oído rozando sus labios lentamente por mi oreja.

Sentí escalofríos, sabía tocarme de una manera que pudiera sentir fuego recorriendo por mi piel. Puso su mano en mi entre pierna y empezó a acariciar sutilmente mientras mordía mis labios durante el beso, incluso jugábamos con nuestras lenguas y era algo que nos gustaba.

— No creo que estemos haciendo bien, acabamos de hablar. - dije separándome.

Bryan puso su dedo índice en mis labios indicándome con su otra mano que no dijera nada, me cargó para ponerme encima suyo y me miró detalladamente el cuello mientras pasaba sus manos por mi espalda.

— ¿No me quieres? - preguntó.

Nos miramos fijamente una vez más, sólo asentí y me volvió a besar. Después de estar buen rato besándonos, empezó a desabrochar mi blusa. ¿Hacíamos bien?

P S Y C H O P A T H  [𝗕𝗿𝘆𝗮𝗻 𝗦𝗞𝗮𝗯𝗲𝗰𝗵𝗲]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora