La noche había caído en la Ciudad de México, Bryan se encontraba sentado sobre la orilla del techo de su casa. El frío se filtraba por sus huesos y provocaba que sus mejillas se dilataran de un leve rojo debido a la baja temperatura. Su mirada fija sobre el cielo, perdido entre los destellantes astros que decidieron ser protagonistas de la decoración en el obscuro cielo junto a la luna.
Tres años desde aquel incidente, se sentía aún como si hubiese sido ayer cuando lo había perdido todo.
Tres años de felicidad fingida, actuando que nada de esto le había afectado del todo, pero él sabía bien que conforme pasaba el tiempo se quebraba más y la tristeza lo arrastraba poco a poco hacia la cumbre de la depresión, tanto que incluso se había retirado de hacer videos y sólo ayudaba a su hermano con un par de cosas detrás de cámaras.Noches de desvelo en los cuales lloraba entre las lágrimas saladas que resbalaban sobre sus mejillas trataba de hacerse creer que estaba bien, mentira que esperaba que fuese real más sin embargo no era así.
Anhelos de que nada de esto estuviese pasando, tontos deseos que no serían cumplidos.Los días pesaban más de lo que recordaba, gamas incoloras pintaban su deprimente vida desde entonces. La única vez que podía percibir un color en su vida era cuando regresaba y bailaba con el fantasma de ella la canción que le cantó aquella vez que por primera vez confesó todo lo que realmente sentía.
Las personas y sus fans solían decir que él ya no era el mismo, que ya no le reconocían más y si él era sincero... Tampoco se reconocía. Además de perder el amor de su vida, también se había perdido así mismo.
"— Mierda Bryan, ¿En qué estabas pensando? Esta no es la solución. — Dijo Eddy al encontrarlo en el baño tirado, el chico había querido suicidarse al consumir altas cantidades de pastillas. Su hermano había comenzado a llorar al verlo así, Bryan igualmente lo hizo.
— Eddy, ella se fue, se fue. — Trató de decir entre el llanto que salía de él, su corazón pesaba y su cuerpo comenzaba a debilitarse".
Sí, Bryan había tratado de cometer suicidio hace unos meses. Desde aquello, sus hermanos no quisieron dejarlo más solo, no después de verlo así.
A pesar de todo, Bryan continuaba sintiéndose solo, aunque la gente que le rodeaba le diera su apoyo, él continuaba pensando que se encontraba completamente solo. Ellos no entenderían nunca todo lo que sentía y pensaba en ese momento, sólo lo juzgarían, debido a ello nunca quiso pedir ayuda, estaba por su cuenta en esto.
La ansiedad le invadía poco a poco junto con la depresión, su mente simplemente no era de mucha ayuda por él, no después de que perdió a la persona que le hacía bien. Ya no quería sentirse así más, pensaba que comenzaba a perder la razón y la esperanza de que todo terminaría.
Si tan solo nada de eso hubiese pasado. Si tan solo él se hubiese fijado antes de cruzar la calle, quizás sólo así ella estuviese ahora mismo a su lado, sonriéndole dulcemente, agarrando su mano y mirándole a los ojos mientras le decía. — Estoy aquí Bryan, no estás solo, estaré siempre aquí contigo.
Bryan comenzaba a llorar cuando los recuerdos le atormentaban y comenzaban a perforarle en cada centímetro de su ser. Tapaba sus oídos al notar como las imágenes reflejadas por su mente comenzaban a tener el sonido de su chica. Experimentaba un ataque, se abrazaba a sí mismo y trataba de callar aquello que le dolía.
Debiste haber muerto tú, no ella. Está muerta por tu culpa. Aquellas amargas palabras siempre resonaban por su mente, y si él era honesto, comenzaba a creerlas, es por ello el cuál aquel día trató de quitarse la vida.
Bryan agachó su mirada y sonrió de lado.
Las cosas sucedían por algo, se había dado cuenta de ello aún a tiempo. Quizás maldijo tantas veces al cielo y al destino por haberle quitado a lo único que lo mantenía vivo y cuerdo, pero ahora comprendía que todo sucedía por una razón.
Por algo fue que su pareja con la que salía antes de que lo hiciera con ella le había cortado todo por ser muy afectivo y haberla cansado del constante cariño por parte de Bryan, convirtiéndolo en la persona fría en el aspecto de las relaciones.
Bryan sonrió al recordar aquellos momentos que pasaron juntos, si, ahora mismo él tampoco estaba tan solo, ella seguía estando aún a su lado. Siempre estaría con él.
Quizás el camino en esta vida había finalizado para ella, pero la de Bryan continuaba estando intacta por una razón, y el debía de tomar esa oportunidad que la vida le dio para descubrir el propósito de porqué continuaba estando aquí, y así también cumplir la promesa que hizo con su amada antes de que partiera.
El camino sería duro a partir de ahora, pero si Bryan se armaba de valor y comenzaba emprenderlo sin temores y arrepentimientos, quizás sólo así llegue al final de este y poder reencontrarse con quien aún sigue siendo el amor de su vida.
Bryan miró aquella estrella que brillaba más que las demás. — Lyra. - sonrió, era su estrella. Creía que el alma de ella ahora residía ahí y por ello era la razón del porqué ahora mismo se encontraba en aquel tejado tratándola de encontrar, tal y como lo ha hecho desde la partida.
— Hola amor mío. - Comenzó a hablar. — Aquí estoy otra vez, como lo he estado haciendo desde que te fuiste. - jaló aire y comenzó a hablar. — Te extraño, ahora más que nada deseo poder abrazarte una última vez, deberé ser paciente hasta que pueda reencontrarme contigo. - sonrió de lado. —. Hoy conseguí el trabajo del que tanto te hablé, mi propia productora, creo que al final la vida me sonríe. En fin, estoy comenzando a cuidarme y yendo al psicólogo, pronto volveré a ser yo de nuevo, o bueno, eso espero. - rascó su nuca y suspiró.
— Cada noche deseo por un día en que te pueda volver a ver y este día no era una excepción.
Antes de que Bryan pensara o dijera su anhelo, una estrella fugaz pasó con rapidez frente a sus ojos. Abrió sus ojos con sorpresa y sonrió.
— Deseo poder volver a verte pronto, mi niña, gracias por haberme convertido en una mejor persona, eres la razón por la cual continúo en esta lucha llamada vida. No te desesperes, pronto volveremos a estar juntos. Te amo - dijo Bryan para soltar después una pequeña lágrima.
Se levantó y pronto comenzó a caminar hacia el interior de su casa. La lluvia comenzó a caer sobre la ciudad, un ángel lloraba al oír aquellas palabras.
Ellos se reencontrarán, ya era en esta vida o en la muerte lo harían. Porque a pesar de lo que los demás dijeran, ella continuaría con Bryan por muchos años más, y Bryan la continuaría amando. Sí, aquel frío e indiferente realmente amó, ama y amaría a su chica hasta el fin de los tiempos.
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P S Y C H O P A T H [𝗕𝗿𝘆𝗮𝗻 𝗦𝗞𝗮𝗯𝗲𝗰𝗵𝗲]
RomanceAdvertencia, esta novela tiene contenido y/o lenguaje explícito que puede ser perturbador para algunas personas. Si continúas leyendo, será bajo tu decisión y consentimiento. Derechos reservados ©