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No estoy seguro si llamar esto una cita formal, por alguna extraña razón las veces que he salido con chicas me he sentido de la misma manera.. Pero esta vez fue diferente.

Cada que pasaba el tiempo, en mi mente aseguraba que ella era una chica especial, que con sólo una mirada lograba hacerme sentir cosas que no tenía idea que se podían sentir. ¿Acaso estoy mal por empezar a ver a una fanática de otra manera? ¿Qué digo? Ni siquiera me siento cómodo llamándola así, hoy me demostró que es algo más que eso.

Decidí llevarla a un lugar que en lo personal me parece genial, quería impresionarla ya que en la cena me di cuenta que era muy inteligente, pues me hizo muchas preguntas que incluso me hizo sentir algo nervioso; en fin, supuse que sería interesante tratar algo nuevo. Lamentablemente, tuve razón.. Parece que ella me enseñó más de lo que yo ya sabía.
Mientras rodeábamos aquel lugar, lo único que llamaba mi atención era ella. Lograba iluminar todo el lugar con una vibra especial, verla detenidamente como estaba concentrada observando el lugar me hizo erizar la piel pues se sentía irreal ese momento.

Empecé a notarla algo pálida y que apenas podía mantenerse de pie y eso empezó a preocuparme, aunque ella aseguraba estar bien.. Sabía que las copas estaban haciendo efecto.
Durante todo el camino ella iba dormida, no quise molestarla así que traté de no hacer ruido, noté su mano cerca de la palanca de cambios y me tentaba tomársela pero no quería que despertara asustada, mis manos sudaban por la inseguridad de no saber qué hacer hasta que agarré valor y sequé mi mano para tomar la suya. Su piel era tan suave, ella se sentía tan delicada como una flor; Como si cualquier cosa pudiera quebrarla en un instante.

Habíamos llegado a casa, en ese momento sólo tenía la intención de ayudarla y sentía una necesidad de protegerla como si fuese mía.
Ella subió a su habitación a ponerse cómoda, no sabía en que distraerme así que seguí viendo a detalle a mi al rededor, pienso que es suficiente ver el hogar de una persona para saber un poco como es, vaya que era una chica ordenada.

Ya había tardado un poco, me preocupé y pensé mucho si acercarme o no hacia ella, pero el impulso corría en mi cuerpo y me decidí hacerlo nuevamente, y sí... Ahí estaba.
Todo pasó tan rápido que en un abrir y cerrar de ojos, la tenía enfrente mío durmiendo, estaba algo anonadado por lo que leí en su diario que con tanta emoción me enseñó, supongo que no se acordaría de ese suceso así que decidí no recordárselo.

No sabía si irme, sentí presión y cosquilleo al mismo tiempo. En realidad, ella causó algo en mí que difícilmente podría explicar, ¿Será atracción o amor? Aunque es muy pronto, siempre he pensado que es cuestión de conexión, y sentí como si ella fuese mi alma gemela.

Estuve apunto de irme pero algo me detenía, quería estar con ella y no separarme por ninguna razón. Ordené su habitación lo que ella había movido, y guardé su diario de donde vi que lo sacó para que mañana no tuviera pena por enterarse de que sé lo que siente.

La acomodé delicadamente en su cama, tapándola con cuidado a que no despertara, me quité mis tenis y me recosté a lado de ella.

Fue un momento mágico para mí, sólo acariciaba sus mejillas y su cabello admirando su belleza, era como un ángel.
¿Qué pasaría después de esto? No tengo mucho de conocerte pero estoy seguro que no quiero perderte.

Empecé a sentir sueño y rodeé con mi brazo su cintura hasta quedarme dormido.

...

Un aroma delicioso a pancakes hizo que me despertara, me senté y tallé mis ojos asimilando lo que había ocurrido. Revisé mi celular y tenía llamadas perdidas de Eddy y Yess, y algunos mensajes de Erick; Teníamos grabación en la tarde.

Era algo temprano, me levanté rápidamente y me acomodé un poco para verme mejor. No estaba en mi casa, no traía otra ropa, me quedaba únicamente poder arreglarme con lo que tenía.

Mientras bajaba los escalones, me detuve un momento cuando presencié a una chica preparando el desayuno, lucía tan linda con su cabello algo despeinado y su pijama blanca.

— Ay, me asustaste. - dijo en un tono alto.

— Perdón, no sé qué decirte, yo... - respondí mientras rascaba la parte trasera de mi nuca.

— Tampoco sé que decir, no puedo asimilar lo que ocurrió. No te preocupes. - sonrío.

— Es mejor que me vaya..

— Primero desayuna, para que no te vayas con el estómago vacío. - sonrió.

Sólo asentí con la cabeza y me acerqué al comedor, al parecer también sabía cocinar. ¿Acaso hay algo que no haga bien?
Ambos nos encontrábamos desayunando, había un silencio pero hasta cierto punto entendible, llegábamos a compartir miradas, de esas donde sientes mil mariposas.

— Oye, no pasó nada de... Tú sabes. - preguntó algo apenada sin dejar de ver su plato.

— No, tranquila. - empecé a reír, no pude evitar sonrojarme.

Encogió sus hombros mientras asentía con la cabeza, diablos.. Era tan linda hasta sonrojada.

Terminamos de desayunar y me ofrecí a lavar los platos, era lo mínimo que podía hacer por haberme tenido confianza para quedarme. Ella amablemente me acompañó para acomodarlos en su respectivo lugar, hasta en lo más sencillo no me dejó solo.

— Supongo que ya me voy..

— Está bien, te acompaño a la entrada. - me tomó del hombro dejando un escalofrío recorrer mi cuerpo.

— Entonces, nos vemos linda. - dije riéndome, los nervios se presentaron.

— Gracias por todo Bryan. - esas palabras salieron lentamente de sus labios.

— La pasé genial contigo, espero verte pronto. - acaricié su cabello.

— Claro. - asintió y me abrazó.

Le correspondí el abrazo, duró un buen rato; Podría decir que se sentía como un abrazo real lleno de chispas especiales. Di unos pasos hacia atrás, y agité mi mano despidiéndome de ella mientras le regalaba mi mejor sonrisa. Al final, vivía a lado así que deseaba volver a verla pronto.

[...]

Ahí estaba él sonriendo, se sentía como si hubieras tenido el mejor sueño de tu vida donde no quieres que termine y lamentas haber despertado.
Regresé a casa y me senté un momento mientras veía la ventana, recopilando todo lo que había sucedido. Sentía una presión y calor en el pecho, ¿Emoción? ¿Nervios? ¿Ansiedad? Muchas emociones colapsaron, puedo asegurar que había algo en él de más que sentía, una vibra pesada pero a la vez buena que de cierta manera lograba estar en balance.

El dolor de cabeza me mataba, me forzaba a recordar qué había sucedido, y no podía creer que dormimos juntos. Acabo de dormir con Bryan, ¿Qué tan probable es de que ocurra eso?

— Gracias por aceptar salir conmigo linda, la pasé increíble con tu compañía. ¿Te parece si nos vemos el siguiente Sábado?

Leí una y otra vez su mensaje, mi corazón latía rápido cada minuto que pasaba mientras gritaba de la emoción, esto será una experiencia inolvidable.

Acepto, nos vemos el Sábado.

Respondí el mensaje mientras soltaba un gran suspiro.

— Alyssa, ven a mi casa ahora mismo.

P S Y C H O P A T H  [𝗕𝗿𝘆𝗮𝗻 𝗦𝗞𝗮𝗯𝗲𝗰𝗵𝗲]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora