— Pero mira como ha dejado tu rostro, necesito ir a enfrentarme. No pudo haberte hecho esto, ¿Cuál es la razón? ¿Dónde más te pegó? — pregunté, a lo que ella mostró sus piernas y el costado de su abdomen lleno de moretones, no sabía que hacer.. Caminaba de un lado a otro por toda la habitación. — Necesito hacer algo al respecto.
Por otra parte se encontraba ella tan frágil en una esquina de la cama, tratando de quitar sus lágrimas que caían por sus mejillas pero era difícil, cada tacto hacía que le doliera por los golpes que recibió.
No resistí, di unos pasos hacía ella hincándome para poder ver sus ojos cristalinos e hinchados.— ¿Por qué te hizo esto? - hablé con suavidad y delicadeza mientras masajeaba sus piernas con cautela.
— La afronté para remediar esto. - mencionó entre sollozos —. Hablé con ella de como no quería seguir con el plan que tanto insistía, sólo quería que todo volviera a la normalidad. Creí que si la convencía de que tu me amabas ella dejaría de meterme esas ideas pero se molestó y comenzó a golpearme con ayuda de su compañera de habitación.
Su llanto incrementó a lo que inmediatamente sin pensarlo la abracé, dejé que desahogara su dolor y llorara sobre mi pecho para poder hablar tranquilamente con ella. — ¿Hiciste eso por nosotros? - ella solamente asintió.
— Yo solamente quería estar seguro de que te importaba, pero no haciendo esto. Mira como tienes tu rostro mi niña. - acaricié su mejilla delicadamente. — Aún así gracias, pero por favor no te vuelvas a exponer de esta manera ¿de acuerdo? No quiero que te lastimes por mi culpa, me duele verte así. — volvió a asentir y limpió sus lágrimas, finalmente me dirigió la mirada a lo que nos quedamos unos segundos así. — Te quiero mucho.
Ella se sonrió sonrojada. — Yo también, Bryan.
Lentamente uní mis labios a los de ella tratando de ser cuidadoso para no lastimarla, después de un largo tiempo nos separamos. — ¿Todo está bien entre nosotros? - preguntó.
— Estamos bien. - afirmé mientras asentía.
Unimos nuevamente nuestros labios solo que esta vez la cargué, me causaba ternura por tener una estatura baja, le saqué una tierna risa a mitad del beso al otro.
— Ahora déjame curarte. - hablé despacio a lo que provoqué que se sintiera nerviosa y se pusiera tímida.. Sí, ya estábamos bien.
[...]
— ¿Irás a la escuela hoy? - me preguntó Bryan a lo cuál negué cabizbaja, él solamente se quedó pensando y entrelazó sus dedos con los míos mientras me miraba fijamente. — Está bien, si no quieres ir me quedaré contigo hasta que te recuperes.
— No creo que sea buena idea que faltes a tus grabaciones sólo porque me siento mal. Sólo haré que se atrasen con su agenda.
— No te preocupes, Eddy podrá grabar algún video para el otro canal. Me preocupas tú, además te debo el mismo favor después de haber estado conmigo cuando estaba en coma. - rió tiernamente.
— No me debes nada, lo hice porque te quiero. - respondí.
Me regaló una sonrisa. — ¿Qué deseas hacer mi niña? — preguntó, solamente alcé los hombros, no tenía ánimo de hacer algo en estos momentos. — ¿Te parece si te preparo la cama para que te dejes consentir? - solamente lo miré y le dije que sí.
Bryan había preparado todo, había botanas, bebidas, postres, y velas; Sin duda buscaba que me relajara de todo esto.
— Listo, ahora acuéstate y descansa. - me señaló la cama.
— Acompáñame. - pedí amablemente mientras hacía un puchero
— Primero déjame ir por algo. - Bryan salió de la habitación y regresó con un ramo de rosas, las agarré y noté que estaban constituidas de mis flores favoritas; En medio, había una pequeña nota a la cual tenía escrito lo siguiente.
"Mi niña, déjame sanar tus heridas al pintarte de colores con los que jamás te han pigmentado. Tus flores favoritas espero y te gusten mucho, son igual de hermosas como tú."
— BryanCohibí un poco mis labios en una línea delgada, sentí mis ojos humedecerse una vez que las lágrimas pedían permiso de salir. Anhelé tanto un momento así que no podía evitar sentirme sentimental.
— ¿Estás llorando acaso? - preguntó al notar como soltaba unos cuantos sollozos, finalmente observó mi cara humedecida y no dudó en abrazarme con fuerza. — ¿Te gustaron?
Sólo asentí, sentía que no podía hablar sin que rompiera más, respiré hondo ya que debía decirle lo mucho que me agradaron. — Me encantan.
— ¿De verdad? - preguntó mientras acariciaba mi espalda, sólo volví ha asentir.
...
Salimos a mi balcón para tomar un poco de aire fresco, vimos a lo lejos cientos de farolillos; Eso me trajo los lindos recuerdos del picnic donde trajo uno y pedimos un deseo, ese día probablemente sea uno de los más felices en mi vida.
— Espero nuestro deseo se cumpla. - intervino Bryan en mis pensamientos, él también traía ese recuerdo de ese momento.
— ¿Recuerdas nuestra primera cita al observatorio? Las estrellas me hicieron recordarlo, mira que lindas lucen. Deberíamos nombrar una así podamos recordarla cuando estemos lejos uno del otro. - sugerí a lo que él sonrió.
— ¿Qué tal esa? - preguntó Bryan mientras señalaba a la estrella que más brillaba en esa noche. — Brilla igual de lindo que tú.
Sentí mis mejillas enrojecer ante ello y sonreí. — Bueno, llamémosla Lyra.
— Me gusta. - sonrió Bryan, comenzó a acariciar mi cabello mientras me miraba desde su lugar. — También me gustas tú.
Sonreí ante lo que dijo. — Tú también me gustas, ¿Quieres salir conmigo?
— Me encantaría. - contestó Bryan para después ambos reírnos de nuestro pequeño juego y terminar dándonos un suave y tierno beso.
Las luces y las estrellas brillaban en la obscuridad del cielo, pero sólo algo lograba opacarlos esa noche; Una pareja que destellaba más que nunca con su cariño y afecto.
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P S Y C H O P A T H [𝗕𝗿𝘆𝗮𝗻 𝗦𝗞𝗮𝗯𝗲𝗰𝗵𝗲]
RomansAdvertencia, esta novela tiene contenido y/o lenguaje explícito que puede ser perturbador para algunas personas. Si continúas leyendo, será bajo tu decisión y consentimiento. Derechos reservados ©