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Bryan era una persona fría debido a la razón de que su anterior pareja antes de salir con su amada le había terminado. Él pensó tontamente que si volvía a ser igual de afectivo como lo fue con su ex novia, seguramente su chica le dejaría por la misma razón; Bryan ha mostrado ser un chico alegre y muy afectivo, pero lamentablemente su ex pareja era algo que no toleraba y terminó rompiendo su corazón, por ende durante un tiempo de la relación tuvo un cambio drástico donde su novia actual entrara en dudas de que si la amaba en verdad.

Terminó dándose cuenta que en realidad esa fachada de frío que tenía simplemente estaba comenzando a afectarle a él y a su relación, es por ello que termina diciéndole porque ha sido indiferente con ella y que esperaba que a partir de ese momento lo aceptara tal y como es él en realidad. Ella aceptó, era diferente a los demás a lo cuál a los ojos de Bryan era única.

Bryan había hecho un video especial para dedicárselo aquel día de la propuesta, mismo video que continuó reproduciendo por las noches mientras lloraba al recordarla, pero que ahora lo atesora como si fuese lo más preciado para él.

...

— Hay que terminar bien el día, y que mejor que arreglándose. ¿no? - Susurré observándome en el espejo del auto mientras acomodaba mi cabello, era una noche hermosa con la luz de luna y las estrellas haciendo brillar la obscuridad de la noche.

Había llegado al lugar en que la empresa me había citado, estaba nervioso y no lo negaré. Deseaba tanto que mi pequeña estuviese aquí conmigo, nada es igual desde que no está.

Me indicaron que las cosas estarían listas en la azotea, el sonido de mis pasos se adueñaba del pequeño pasillo de escalones en donde me encontraba subiendo, uno por uno mientras mi corazón se aceleraba al estar más cerca de la puerta.

Estaba solo, era un punto del lugar donde no entraba mucha luz de la Ciudad así que sólo éramos la noche y yo, el viento corría un poco haciendo que los árboles se movieran al par de este.

— Había olvidado lo complicado que era hacer estas cosas. - Suspiré pesado, pues había estado intentando armar el farolillo desde hace una hora. — Bueno, más bien olvidé que los de la organización nos lo habían hecho.

No podía concentrarme en lo absoluto, prestaba atención a cada pequeño detalle y sentía como el tiempo transcurría demasiado lento. No pude evitar sonreír con amplitud al recordar aquel día, había sido uno de los mejores en mi vida, pues obtuve tantos recuerdos preciosos junto a ella.

Llenaba de alegría mi vida, sólo bastaba segundos para que esa magia en sus ojos hechizaran los míos; Entre tantos recuerdos que tenía en mi cabeza miré hacia arriba buscando la estrella más brillante adueñándose del lugar. — Ahí está nuestra estrella, aquella que nombramos en nuestra cena de celebración. Ahora, me encargaría de llevar su regalo hacia ella.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, necesitaba mucho coraje para poder soportar todo esto.. Me ha dolido bastante pero aunque los años pasen, ella seguía siendo mi fortaleza, con ella supe lo que en verdad era amar.

— Todo esto lo hago por ti, amor. He estado donando a tu nombre estos últimos años a esta organización, aunque claro, ellos se terminaron por enterar que tú no habías sido la que ha estado donando pues al querer contactarse contigo para agradecerte, habían recibido la noticia de que ya habías muerto. - reí con amargura mientras terminaba los últimos detalles del obsequio. — De cualquier forma, ellos entendieron porque lo hacía, así que no me dijeron nada y simplemente nos agradecieron.

Sonreí victorioso al ver el farolillo ya listo para ser lanzado, sólo faltaba encenderlo y soltarlo al cielo.

Mientras intentaba buscar el encendedor que me había proporcionado la organización en la caja, me terminé topando con una hoja de papel doblada que había llamado mi atención.

Era parecida a la carta que me habían dado en el picnic por primera vez. Sólo que esta vez decía algo distino...

"Trae una vida de vuelta e ilumínala"

Antes de que pudiera leer lo que contenía dicha carta, encendí el farolillo para después soltarlo y ver como subía éste. — Te amo, siempre lo haré mi niña. Estaba concentrado al mirar como subía mientras inconscientemente sonreía y las lágrimas caían por mis mejillas, hasta alguien había tocado mi hombro provocando así que brincara sobre mi lugar.

Mayor fue mi sorpresa al darme cuenta quien era.

— Hola, Bryan... - Dijo mientras ella me sonreía.

...

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P S Y C H O P A T H  [𝗕𝗿𝘆𝗮𝗻 𝗦𝗞𝗮𝗯𝗲𝗰𝗵𝗲]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora