Maratón 3/4
Minseok caminaba con calma por las calles de Gyonggi, mirando a su alrededor, disfrutando de la bella mañana.
Correr al amanecer siempre era lo mejor, hacía fresco lo cual evitaba que sudara como si estuviera en un desierto, había mucho silencio porque pocas personas estaban a las cinco y media de la mañana en las calles cuando estaban todos de vacaciones. Y sobre todo, había paz, mucha paz.
Se detuvo a unos metros de una cafetería y luego de guardar su teléfono en el bolsillo de su pantalón de correr, entró, sacó un billete para pagar por un café y cuando le entregaron su taza se sentó en una de las mesas del lugar.
Estaba prácticamente vacío, a excepción de algunas personas que desayunaban con calma y lucían aún somnolientas.
Minseok apoyó el codo en la mesa y dejó descansar el mentón en su mano.
Suspiró.
Se sentía tan bien, pero tan bien, que era imposible que algo le molestase ahora.
Su teléfono sonó y con el ceño fruncido lo sacó del bolsillo.
Dudaba que fuera Jongdae, ese chico tenía el espíritu de un verdadero gato, dormía cantidad y a estas horas, difícil que despertara.
Su ceño fruncido se profundizó cuando vio que era un número privado.
Miró a todos lados, repentinamente paranoico.
Así era como comenzaba todo en las películas de asesinatos, un lugar casi vacío, a tempranas horas de la mañana, llamadas misteriosas.
Pero si lo pensaba bien no era nada de paranoia. ¿Acaso no habían ellos tenido que enfrentar a un acosador loco hace apenas unos meses?
En esta vida todo se puede... menos volar... o cosas así.
Se armó de valor y contestó.
-¿Hola?- se las arregló para que su voz sonara bien firme y segura.
-Necesito hablar contigo- frunció el ceño intentando identificar la voz de quien quiera que fuese el que le estaba llamando.
-¿Disculpe? ¿Quién habla?- preguntó confundido.
-Esta noche a las diez, en la antigua terminal de trenes de Gyonggi- susurró la voz ronca y sombría.
Un estremecimiento recorrió la columna de Minseok antes de echarse a reír con nerviosismo.
-Dae, ya basta de bromas- el silencio en la línea lo hizo dudar más. -¿Dae?-
-No es una broma... ven completamente solo- y colgaron la llamada.
Minseok se quedó mirando el teléfono, asustado, confundido y sorprendido.
¿Quién diablos era y qué quería de él?
Pensó en todas las personas que conocía, pero no había tenido problemas con ninguno.
¡Oh, no! ¿Acaso tendría él un acosador?
Miró nuevamente a su alrededor, pero esta vez con terror.
La mesera de la cafetería se acercó.
-¿Le pasa algo, señor?- se sobresaltó con la voz de la chica.
Negó con una sonrisa nerviosa y se puso de pie, dejando a medias el café.
-No, gracias- y se marchó de la cafetería con rapidez.
Se apresuró en ir a casa, necesitaba despejar su mente, ya hasta pensaba que lo estaban siguiendo.
Cuando llegó a casa su madre notó cuán pálido estaba su hijo, pero Minseok pasó de ella y se encerró en su habitación luego de musitar un pequeño "Todo está bien".
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Without feelings? -KaiSoo-
FanfictionUn amor que está prohibido a existir, que no puede ser confesado, ni puede terminar, un amor no correspondido. ¿Realmente vale la pena? Kyungsoo y JongIn, ahogados en su depresión deciden llegar a un acuerdo, ambos comenzarán una relación sin sentim...