Todo el camino de regreso a su apartamento una vez que salió del lugar donde se llevó a cabo la subasta su mente estuvo dividida en tres cosas. Contarle todo a Hoseok detalladamente, la otra parte de su mente trataba de procesar aún todo lo ocurrido y el último pensamiento fue tomado por la imagen que vio cuando fue al vehículo que lo transportaría.
Vio al ídolo Park Jimin besando a su comprador mientras subía al carro junto al pelinegro elegante. Su mirada y la del pelirrosa se cruzaron, notando gozo que le causaba dejarle saber que se iba con Jungkook como si ese hombre a él le importase algo.
La sorpresa que su mejor amigo se llevó cuando lo despertó no se comparaba con el rostro que puso cuando le dio cada detalle, omitiendo los nombres porque sabía que no debía decirlos aunque. Hoseok los terminaría adivinando pero su consciencia estaba limpia, no se los dijo.
Él tuvo la misma duda que lo azotó durante la subasta. La cifra parecía ser demasiado grande pero pudo oír el comentario de los guardias que lo llevaban. Apartando lo que Hwasa le contó del pago por las entradas, las fotos, las páginas y demás, una vez finalizada la puja, el postor ganador debía darles un buen porcentaje.
Sinceramente no comprendía ese negocio, le parecía casi un robo hacia aquellos que ofertaban pero algo se traían entre ellos que se le escapaba y a decir verdad, tampoco es que le importara mucho.
Como era de esperarse a Hoseok le incomodó un poco los detalles que él pasó por alto con respecto al contrato pero como siempre, lo apoyó. Le contó todo sobre quien lo compró lo que superficialmente sabía.
Ahora vivían juntos oficialmente, le mayor se mudó con él a su pequeñísimo apartamento temporalmente ya que habían hecho planes y, cuando tuvieran el dinero en sus manos se mudarían los tres a un lugar mejor. El dinero del depósito lo utilizaron para pagar las cuentas más urgentes que ya no esperarían, quedándose con algo para sus gastos personales.
Pasaron justamente ocho días desde que fue subastado antes de que su comprador se pusiera en contacto con él. Parecía un maldito loco con los teléfonos para todos lados hasta que finalmente escuchó sonar justo cuando se iban a la cama. Pensó que le daría más tiempo para prepararse pero solamente le dio doce horas. Al mediodía del siguiente día fue recogido frente a una pequeña tienda de conveniencias que quedaba cerca de su apartamento.
El automóvil que lo recogió era muy elegante e incluso el chofer iba vestido como si fuese un gran empresario. Le sorprendió un poco el color de su cabello, no esperaba a un sujeto con el cabello verde y evidentes accesorios. No le dirigió la palabra más que para preguntarle su nombre. Todo el trayecto se lo pasó rezando a pesar de que no era creyente pero en ese momento, se encomendaba a cualquier Dios, santo o ángel.
Una cosa que no entendió fue la lejanía de su destino porque lo común sería que un hombre de negocios como parecía ser ese tal Jungkook, viviera apartado del centro pero lo suficientemente cerca para estar en cualquier sitio de la capital en poco tiempo.
Cuando leyó el letrero de Incheon lo primero que pensó es que lo traficarían y por eso lo llevaban hacia el aeropuerto. Algo tonto pero en ese momento se esperaba cualquier.
Mas, difiriendo de sus locos pensamientos, fue llevado a la cima de una colina en donde estaba situada un enorme palacete, podría decir que era casi tan grande como el lugar de la subasta aunque tenía menor cantidad de terrenos por lo que se veía a simple vista.
No fue hasta el momento en que citó como el auto se detenía que todos sus nervios organizaron una rebelión en su contra. El chofer bajó pero él permaneció en el asiento trasero sosteniendo el cinturón de seguridad como niño pequeño que no quiere ir a la escuela.
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Subasta
FanfictionA tiempos desesperados, medidas y salidas desesperadas. Cuando su situación financiera lo deja entre la espada y la pared, Kim Taehyung toma la alocada decisión de subastarse para salir de todos los apuros. Safe creative © 2007214814704