Capítulo 11

31.5K 4.3K 4.8K
                                    

Lo primero que pensó cuestionarle fue el motivo para que le respondiera con una pregunta, el desconcierto de esa interrogación lo evitó. El pelinegro se veía tan relajado y despreocupado que lo hizo sentir cohibido por segundos. ¿Qué movimientos había estado haciendo que él no notó?

— ¿Qué quieres decir con eso? — Se atrevió a preguntar.

— ¿Quién dice que no he estado haciendo movimientos? Si lo he hecho pero para lograr lo que me interesa a mí. No es el sexo, eso se convertiría en un agradable bono extra pero en estos momentos no es mi meta. Quizás mucho de los hombres que estaban allí estaban interesado en utilizarte como un juguete sexual pero yo no.

— ¿No me estás utilizando como un juguete? — Rió atónito porque eso era justamente lo que había estado haciendo. Por mucho que no le gustara ser tratado como tal, sentía que justo de esa forma el CEO de Sasung Electronics lo había estado tratando. 

Desde el primer momento su trato quizás no fue el más burdo y ruin pero no dejaba de imponérsele dejando saber su posición. Diciéndole qué hacer y qué no, regulando aspectos íntimos de su vida solo por diversión como lo haría con algún muñeco de su posesión. Sí, firmó para eso y ya no se estaba quejando; lo que le incomodaba es que ese hombre actuara como si nada de eso estuviese aconteciendo.

— No como un juguete, sino como un valioso trofeo ganado pero, nada que ver con propósitos sexuales. Estoy en una etapa de mi vida en donde el sexo tiene que llegar acompañado de algo más. — Taehyung rodeo sus ojos, bufando ante sus palabras sin poder calmar esa molestia que sentía. — No podemos estar mojados de esta forma, vamos...

El pelinegro agarró la mano del menor, ignorando el intento de liberación que tuvo los primeros segundos, mientras avanzaban rápidamente por el Largo Do Senado. Kim observó como la mano que lo agarraba descendía de su muñeca hasta la palma, viendo como entrelazaba sus manos. Parecía estar acostumbrado a ello, lo hizo con tanto naturalidad que cualquiera pudiese pensar que eran amigos íntimos o algo más.

No dijo o hizo nada, Jungkook realmente podía hacer lo que quisiera en esos momentos con él pero aunque lo hubiese podido evitar, no estaba seguro si lo hubiera hecho porque no estaba incómodo. Su molestia había mermado y ahora solamente lo seguía sin rechistar, escuchando la gran mezcla de chino y portugués que escuchaba por los alrededores.

Al ser estos los dos idiomas principales del país, no era una sorpresa escucharlos mezclados en todos lados. Macao era bastante único, sus encantos, el aire que allí se respiraba, todo engranaba perfectamente.

Su mano fue liberada repentinamente llamando su atención, sintiendo el vacío en su palma; era imposible por las altas temperaturas pero por unos segundos incluso podía decir que sintió frío en su mano. Observó a Jungkook caminar hacia un grupo de artesanos que vendían sus productos a un lado del paseo principal, refugiados en un callejón mucho más enorme de lo que vio a simple vista.

Cuando el mayor regresó a su lado, lo hizo sosteniendo una bolsa llena de souvenirs que le entregó. Taehyung miró el interior sin comprender para qué había comprado aquello, pidiéndole tácitamente una explicación.

— Son recuerditos de Macao para tu madre, no vino contigo pero puedes llevarle algo del país. Son cosas sencillas pero estoy seguro que a una señora de su edad les gustará. Son algunos imanes, un cuadro, dos tazas y una pieza de hueso que muestra las Ruinas de la catedral de San Pablo. — Sonrió ante la contrariada expresión de Taehyung.

— G-Gracias, no tenía por qué comprar esto pero, muchas gracias. — Bajó su mirada estudiando lo que había dentro de la bolsa con más detenimiento, sonriendo ante este sabiendo que a su madre efectivamente le encantaría. Ella siempre soñó con poder viajar mucho y traer consigo ese tipo de souvenirs.

SubastaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora