Capítulo 19

27.9K 3.9K 2.9K
                                    

Sin necesidad de una alarma, de ser despertado por Hoseok, su arrendatario o alguna llamada que lo hostigara para que pagara sus deudas, Taehyung se había despertado a las seis de la mañana aunque seguía acostado en su colchón sin moverse o hacer ruido alguno. Solamente miraba al techo con sus ojos ya acostumbrados a la oscuridad sin saber exactamente qué hacer con su vida en esos momentos.

Estaba acostumbrado a vivir sofocado, aclamando diariamente por una ráfaga de aire en esa selva de concreto que era Seúl para intentar respirar un poco. En una semana había logrado no solo pagar todas sus cuentas, sino también ayudar al pelirrojo con las suyas, cubrir todos los gastos de la casa de su madre, compró un auto nuevo y aún así, quedaba en su cuenta lo que él en su vida se imaginó tener.

Necesitaba trabajar porque no estaba acostumbrado a no hacerlo pero a su vez, no era algo que le urgía porque el dinero en ese instante no era un problema y podía dedicarse completamente a su madre sin estrés. No obstante, se sentía perdido porque no tenía muy claro qué hacer.

Dos días atrás se reunió con Jimin, increíblemente habían mantenido su contacto y era el amigo más cercano o casi el único que tenía si no contaba a Hoseok porque él no mantenía contacto con sus compañeros de la universidad o antiguos lugares de trabajo. Jimin se apareció por sorpresa en su apartamento y le estuvo dando algunos consejos que continuaba considerando.

Sí quería mudarse a un apartamento más cómodo con su madre pero no había forma de convencerla, seguía diciendo que moriría en la casa por la que tantos años luchó. Tampoco quería que Hoseok y él se mudaran con ellas y eso era por mucho todo lo que deseaba.

Quizás no estaría tan mal mudarse a un apartamento ligeramente más amplio en donde al menos pudiesen tener una cama decente y no un colchón que guardaban y sacaban diariamente en una habitación que junto con el baño, no medía más de 10 m². Continuar con su vida del modo en que quería hacerlo cuando se le ocurrió la idea de aquella subasta pero ahora muy pocas cosas tenían sentido.

Porque su preocupación principal era el tratamiento de su madre pero, por mucho que luchó por cambiar este hecho, Jungkook seguía cubriendo los gastos según algún convenio con el hospital del que no tenía la menor idea.

Ya había hecho una cita en su universidad para retomar su carrera pero debía esperar a que terminaran las vacaciones de mitad de trimestre a finales de mayo. Tenía pensado en retomarla y finalmente terminarla pero a su vez, todos sus planes se mantenían suspendidos en el aire porque aunque procuraba darles una nueva dirección a sus pensamientos, ellos seguían desviándose hacia el pelinegro que cada. Día deseaba ver o al menos escuchar.

Barajaba la posibilidad de que todo era porque aún no había hablado del tema con Hoseok y todo seguía atorado en su pecho o por el hecho de que fue verdaderamente su primer hombre en algunos aspectos y todo era muy reciente como para olvidarlo.

En el fondo sabía que eran excusas estúpidas que se daba a sí mismo para mitigar el hecho de que sus recién descubiertos sentimientos se habían adueñado totalmente de cada uno de sus sentidos. No sabía cómo hacerle frente al hecho de haberse enamorado de Jeon Jungkook incluso antes de aquel último encuentro mientras que continuaba compartiendo cama y vida junto a un hombre que significaba familia, estabilidad, cariño e incluso atracción física.

No era ingenuo, sabía que no amaba a Hoseok, lo quería pero eran sentimientos muy diferentes que si bien compartían algunos lazos se diferenciaban en muchos otros. Sin embargo, aún sabiendo eso, no tenía corazón o siquiera se permitía dejar a quien había estado en las buenas y malas junto a él desde que eran niños.

Sí, podía ser agradecimiento pero no era todo, Hobi significaba muchísimo más y él nunca le pondría fin a esa relación aunque como cada día de la última semana, llorara a escondidas cada vez que tomara una ducha por sentirse de cierta forma una mala persona al no poderle corresponder al cien por ciento todos y cada uno de sus sentimientos.

SubastaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora