Una guerra de miradas se libraba en casa de Kim Sunhyo desde el momento en que su hijo y Jungkook llegaron acompañados de Yoongi. El encuentro no solo con la madre de Taehyung, sino también con Younghee, Hoseok y Seokjin causó una tensión extraña en el ambiente que las señoras mayores no pasaron por inadvertidas aún cuando nada mencionaron.
— Creí que vendrían ayer, los estuve esperando toda la tarde y noche hasta que Hobi vino. — Mencionó tosiendo, haciendo que su hijo se apresurara para darle un vaso de agua que el propio pelirrojo le extendió, agradeciendo con un bajo gracias.
— Lo siento mucho, mamá. Realmente ha sido culpa mía. — Se disculpó colocándose en cuclillas frente a ella como lo hubiese hecho en su niñez, apoyando el mentón en su rodilla mientras su madre negaba acariciando su cabeza. — No esperaba ayer en la mañana cuando salí de aquí con Younghee que Kook regresase, me dejé llevar.
— No se preocupen, solo estoy quejándome un poco. — Sonrió mirando a Jungkook. — Me vino muy bien descansar ayer para hoy poder disfrutar el día con todos antes de mi cirugía la próxima semana.
Nadie había tocado el tema o mencionado palabra para que no se sintiera incómoda con las constantes preguntas. En esas situaciones, por mucho que una persona quisiera apoyo emocional, hablar del tema, preguntarle una y otra vez qué tenía o cómo se sentía no era la mejor manera de hacerla pasar por eso. Simplemente estar presente ya fuera físicamente o no, saber que tienen a las personas cerca, verlos sonreír, continuar construyendo recuerdos que no saben cuándo se llevarán, era lo más satisfactorio y aprobado.
Se está consciente de la enfermedad, de la preocupación de las personas por su estado pero podría llegar a ser un tanto cruel la constante mención porque ese recordatorio hacía tan fuerte como vulnerable a los que se encontraban en esa lucha.
Jungkook y Sunhyo lo sabían, lo compartían con su mirada porque ambos conocían mejor que nadie el sentir del otro. El resto, de una forma u otra llevaba bastante tiempo lidiando con ello, aprendieron algunas cosas pero otras, lamentablemente no podían entenderlas al no haberlas experimentado por sí mismos.
— Yo he ido esta mañana a casa de mi hijo para sorprenderlo, incluso conduje sola pero no había nadie y pues, conociendo de antemano los planes de mi niño, le pedí a Seokjin que me trajera. Es una pena que solo pueda estar con ustedes hoy dado a que mañana en la noche viajo y tengo cosas que hacer pero hoy, podemos aprovechar el día juntos. — Espetó Younghee al notar el silencio en la habitación. — ¿Por qué no nos ponemos en marcha?
— Yo ayudaré rápidamente a Hobi a recoger, luego los alcanzaré. — Habló Seokjin con una sonrisa recibiendo un tenue pellizco en el muslo de parte de la señora Jeon.
— Yo me quedaré con Hoseok, no hace falta que lo hagas, mejor conduce tú el vehículo de madre para que viajen cómodos, nosotros iremos después. — Caminando hacia el aludido, Min rebatió tranquilo.
Los ojos del pelirrojo se ensancharon buscando después de mucho tiempo esa mirada que con solo verlo sabía lo que ocurría en la mayoría de los casos. Quedarse solo con Yoongi no era su opción preferida y Taehyung lo captó.
— Realmente todo está recogido, lo vasos se pueden poner en un segundo en el friegaplatos. — Comentaba haciendo exactamente eso, tomar los vasos para colocarlos cuidadosamente en la máquina. — Creo que en casa de Kook todos podremos relajarnos y hablar con calma de todos los temas porque lo que sobran son habitaciones y espacios.
El asentimiento de su suegra lo respaldó y, aunque Yoongi hubiese preferido hablar con ese hombre ahí, optó por buscar más adelante una brecha que les permitiera conversar. Después de todo, ese día incluso Hoseok iría a la mansión de Jungkook muy a su pesar pues, el pelinegro no creyó correcto dejarlo marginado debido a que formaba parte de la familia de su pareja y esto, Sunhyo lo tomó de la mejor manera. No podía volverse a negar y notar sus ojos entristecerse.
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Subasta
FanfictionA tiempos desesperados, medidas y salidas desesperadas. Cuando su situación financiera lo deja entre la espada y la pared, Kim Taehyung toma la alocada decisión de subastarse para salir de todos los apuros. Safe creative © 2007214814704