Capítulo 28

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Namjoon llegó a su casa un poco antes de lo acordado. Era viernes, sus compañeros y él habían finalmente arreglado un día para verse todos. Él estuvo viajando en las últimas dos semanas, el horario de Jimin estuvo saturado y Yoongi no la tenía tan fácil porque su agenda estaba tan llena como la de Jungkook dado que iba prácticamente a cada lugar con él. Quien más tiempo libre tenía era Seokjin y este lo dividía entre la supervisión de la mansión y Hoseok.

El motivo por el que había regresado antes fue la llamada hecha por Jimin en donde le dijo que parecía haber problemas entre Yoongi y Jin. A él no le gustaban los problemas, prefería dialogarlos y casi siempre era el mediador, por ende, cuando habían desavenencias que afectaran a los cuatros o entre los cuatros, siempre acudía al rescate silencioso.

Al entrar, escuchó el piano sonar evidenciando al peliverde, Jin nadaba en la piscina y Jimin simplemente yacía acostado en uno de los sofás entretenido con el móvil. En cuanto lo vio entrar, corrió hacia él enrollando las piernas en su cintura, besándolo con cierto desespero. Una semana sin verlo había sido un martirio horrible para él.

— Te extrañé. — Musitó sobre los labios del peli púrpura que lo abrazaba evitando que se escapara. — Si no hubiese tenido que participar en programas en vivo me hubiera ido contigo.

— Yo también te extrañé, pequeño, los extrañé a todos pero ya estoy aquí. Dame otro beso. — Jimin lo besó una vez más pero no descendió de él, permaneció en ese lugar mientras el mayor caminaba hacia el piano y se inclinaba con él en brazos para saludar a Yoongi.

— ¿Tienes complejo ahora de koala, chimpancé o simplemente vuelves a tener meses de nacido? — Protestó quien tocaba el piano deteniendo sus dedos.

— Siempre arruinas el momento. — Chasqueó la lengua Jimin besando el cuello del recién llegado. — Soy una mezcla de todo, incluso de bebé recién nacido necesitando su biberón. — LE sacó la lengua y los tres rieron.

— A ver, no empiecen. — Intercedió Namjoon estirando su mano para fundir sus dedos en la melena verde, atrayéndolo hacia él. Yoongi siempre actuaba como si odiara eso pero bien sabía el de cabello púrpura que le encantaba siempre que lo atraía con cierta presión y depositaba en sus labios un beso muy suave. Asimismo, el mayor amaba atraer a todos de esa forma cuando quería un beso. — Te extrañé también.

— Lo sé. — Contestó rodando sus ojos pero con sus mejillas algo sonrojadas. — ¿Cómo te fue? ¿Pudiste cerrar todas las audiciones en Hong Kong y Taiwán?

— Sí, hubo muchísimos candidatos, por suerte yo solo inspeccioné después del tercer corte. En ambos países se presentaron casi cuatro mil jóvenes y  yo evalué solo cien dividiéndolos en tres días cada país. Jimin, amor, estoy cansado, si me agitas más no podré cumplirte esta noche. — Besó su mejilla y labios viendo el puchero del menor. Vamos, baja. — El nombrado hizo caso, siguiendo la mirada de Namjoon.

— Entró a la piscina desde hace rato. Solo hace nadar o se queda flotando.

— Mmm, está bien, iré a verlo.

Soltando su portafolio en el sofá donde había estado acostado Jimin, el hombre de cabello violeta se encaminó hacia la piscina aún en su traje. Yoongi ignoró la escena, su molestia aún no se había disipado y no estaba seguro si lo haría pronto. El pelirrosa se sentó detrás de él en el ancho banco y lo abrazó, acomodando la frente en su espalda.

— Gruñón, no deberías estar tan molesto con Jin. Créeme que te entiendo pero también lo entiendo a él. Todos hemos cometido errores, no puedes ser tan duro con él. — Cantó bajo al ritmo del piano aquello que le quería decir pero ni siquiera así, el ceño fruncido de Yoongi se relajó. — Tiendes a cerrarte siempre y...

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