Capítulo 32

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Cosquillas, caricias, humedad, besos y una voz ronca fueron las cosas que sintió Kim Taehyung esa mañana. En un principio fue un poquito molesto, no le gustaba que lo despertaran cuando más plácidamente dormido estaba mas, por alguna razón, esa molestia se fue disipando, dándole paso a sonrisas ocultas y pequeñas carcajadas que se fueron exteriorizando.

— ¡Ya, para! — Se quejó entre estruendosas risas el rubio, removiéndose entre los brazos de Jungkook mientras este estaba sentado a horcajadas sobre él. La fuerza del pelinegro no era un juego. — ¡Kook!

— ¿No te vas a levantar? — Preguntó con tono amenazante elevando sus manos para mostrarle sus juguetones dedos agitándose en el aire. — Si no te levantas te haré cosquillas y te morderé hasta el cansancio.

— ¡Ya me voy a levantar! — Exclamó removiéndose para voltearse y taparse nuevamente pero Jungkook se lo impidió quitándole la sábana entrando en un breve forcejeo que terminó con ambos abrazados compartiendo un beso de pico.

— Ve a lavarte la boca y asearte para desayunar juntos antes de irme, tenemos treinta minutos.

— ¿Quién te manda a besarme acabado de levantar? — Reclamó lanzándole la toalla, sintiéndose una vez más mal por su partida, no quería que Jungkook viajara. — ¿Cuántos días exactamente estarás fuera? Yo podría irme contigo como hicimos aquella vez y regresar antes por mi trabajo y mi mamá, pero al menos estamos unos días más juntos. No hemos vuelto a pasar un día entero juntos.

— Esta vez no puedes ir conmigo pero pronto viajaremos juntos, lo prometo. — Taehyung asintió en respuesta pero la inconformidad en su rostro era notable, quería viajar con Jungkook. — Estaremos separados dos semanas pero cada vez que tenga tiempo y oportunidad haremos una videollamada. Cuando termine mis obligaciones, vendré corriendo para raptarte para que seamos tú y yo. ¿De acuerdo?

— ¿Cambiaría algo si no lo estuviera? — El pelinegro hizo ademán de responderle su pregunta con unos ojos tristes que el rubio no quiso mirar, levantándose rápidamente de la cama para dirigirse al baño. — Deja de mirarme, me gusta la forma en que tu mirada me toca y me hace mal saber que no la sentiré por mucho tiempo.

Sin poder responderle, Jungkook se quedó en silencio interiorizando  sus últimas palabras. Quizás debería sentirse feliz por escuchar de esos labios que gustaba de sus miradas pero lo que verdaderamente se manifestó en su interior fue preocupación, dolor, temor y melancolía. Ya no sabía si ese apego, cariño y amor que estaba recibiendo de Taehyung como él siempre anheló era lo correcto.

Dudas sobre los sentimientos de ambos no tenía a esas alturas, aunque en la cabeza del rubio pudiesen haber aún muchos enredos a los que toda esa situación no ayudara, él confiaba en sus sentimientos. Sus ojos no le mentían yeso lo hacía tan feliz como lo entristecía. En ese momento, se cuestionaba más de una decisión.

¿Estaba siendo egoísta?

Sacó su teléfono para responder un mensaje de su madre que recién le avisaba que estaba camino a su casa. Rodó los ojos una vez presionó el botón de "enviar", quedándose observando la pantalla ahora bloqueada. La hora y la fecha... El tiempo continuaba corriendo y él debía irse.

Se levantó para ir a tocarle la puerta del baño a Taehyung pero justo en ese instante el rubio la abrió sin darle la oportunidad, dejándolo con su brazo elevado. El menor sonrió por la casualidad, besando mejilla envuelto en su bata.

— L-La ropa está en mi cuarto de vestir. — Avisó caminando hacia el nombrado lugar en donde ni siquiera por curiosidad Taehyung había entrado aún. — El estante a tu izquierda es el de tu ropa. No he podido hacerte un cuarto de vestir apropiadamente pero puedes utilizar este cada vez que vengas provisionalmente. Cuando tenga tiempo podremos escoger juntos lo que necesites.

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