Los dos estaban batallando internamente con la decepción que el comportamiento contrario les había causado. Taehyung no se esperó ese trato para el que en un principio se preparó. Si el pelinegro no lo hubiese tratado tan bien, él no hubiera empezado a sentir cosas por él, no se hubiese permitido fantasear con ese encuentro y no estuviera tan desilusionado en ese momento.
Jungkook admitía que fue su error enamorarse de él cuando no lo conocía y no tenía la más remota idea de dónde yacían sus sentimientos verdaderos. Era tonto el haber creído que alguien como el rubio estaría soltero. Fue una equivocación el interpretar en sus salidas que este gustaba o gustaría más de él y no solo entregarse a él por esa subasta.
Quería enamorarlo, hacer el amor de forma placentera acompañando el placer por sentimientos que multiplicaran las emociones y sensaciones porque había una gran diferencia entre tener sexo para satisfacer sus deseos, hacerlo simplemente por compromiso y el hacer el amor con afecto, pasión e incluso amor.
Lo observaba desnudarse sin gota de emoción y aquello martirizaba sus pensamientos. No quería que aquello resultara de esa forma. Se mentalizó para dejar de lado sus sentimientos y hacer exactamente lo que el menor le pidió, intimar por un contrato y una vez que eso terminara pagarle lo que correspondía.
Sin embargo, le resultaba imposible hacer aquello. Quizás el rubio no sentía nada pero él sí se había enamorado y no podía sencillamente profanar su cuerpo sin más. Cerró con firmeza sus ojos sabiendo que lo que estaba a punto de hacer no era lo que debía, iba en contra de todo lo que Taehyung había exigido.
Caminó con pasos firmes hasta él y le agarró sus manos en el preciso instante en que este iba a deshacerse de su pantalón. El rubio lo alejó para seguir con lo que hacía, entrando en un forcejeo que perdió frente al pelinegro que volvió a abotonar su pantalón mirándolo fijamente a los ojos.
— ¿Qué mierda quieres? — Gritó exaltado y molesto. — Primero me dices que me desvista y ahora impides que lo haga. Dime de una vez qué mierda quieres que haga y acabemos con este suplicio de una puñetera vez.
¿Un suplicio? Así que todo eso para el rubio no era más que un suplicio. Era entendible, él no quería estar con él y lo hacía por obligación pero eso esfumaba cualquier deseo que pudiese tener. No deseaba hacerlo así, lo sentía como una violación aunque no fuese forzada. No podía tratarlo como el trozo de carne que fue subastado.
Se alejó hacia el bar de aquella suite para servirse una copa de champán porque no podía consumir en ese momento demasiado alcohol. Aunque su garganta deseara un fuerte whisky que quemara su garganta y lo golpease directamente, no podía ingerirlo. Tenía más obligaciones que atender pero sobre todo, no podía dejar que el alcohol nublara su juicio y terminar haciendo algo de lo que se arrepentiría.
Porque sí, como hombre lo deseaba, claramente quería verlo y escucharlo deshaciéndose entre sus brazos pero, no así. Por eso no pudo y tampoco quiso cobrarle en cuanto firmaron el contrato, sus deseos no habían cambiado. Sirvió una segunda copa una vez ingerida la primera, llenando también otra que le entregó al rubio, viendo como este se la empinaba de un solo trago.
Rebuscó en su saco su chequera personal porque no podía hacer uso del dinero de la empresa para eso sin explicar el destino que ese fondo tendría. Escribió en dos pequeñas hojas las cifras que necesitaba y se detuvo antes de arrancarlas, buscando con la mirada a Taehyung, quien observaba la ciudad con una copa que él mismo había rellenado.
Logró extender aquello todo cuanto pudo pero ya no tenía el deseo o la fuerza para continuar con aquello, tenía que dejarlo ir por el bien de ambos. Arrancó las cuatro hojas y se acercó al rubio, acariciando superficialmente su hombro, sin poder evitar deleitarse con la anotaría expuesta. Su cuello, sus clavículas, brazos, abdomen, ese rostro sin expresión que se volteó para observarlo mientras una lengua humectaba los labios que varias veces había sentido sobre los suyos...

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Subasta
FanfictionA tiempos desesperados, medidas y salidas desesperadas. Cuando su situación financiera lo deja entre la espada y la pared, Kim Taehyung toma la alocada decisión de subastarse para salir de todos los apuros. Safe creative © 2007214814704