Algunos despertaban con el resplandor del sol atravesando sus ventanas o puertas, otros lo hacían con música, una alarma, el grito de un familiar o una llamada telefónica. Taehyung por el contrario, llevaba meses siendo despertado con el timbre de su puerta y su arrendador esperando del otro lado para preguntarle cuándo pagaría su piso.
Cuando no era su arrendador, era el cartero que le entregaba un incontable número de cartas que no eran más que facturas que debía pagar ya fueran actuales o atrasadas. Sin embargo, existía un día de la semana que a veces se libraba de ser despertado de esa forma y era el domingo.
Por lo general, el dueño del piso dormía las mañanas y no salía a trabajar, lo que le permitía estar relajado hasta mediodía. Sus conocidos sabían que estaba terminantemente prohibido molestarlo en ese día que era solamente suyo, al menos las primeras horas.
Removiéndose entre sus sábanas buscó su teléfono sin abrir sus ojos. El aparato tenía dos ubicaciones durante la noche, o estaba debajo de su almohada en modo de avión o en el suelo al lado de su colchón ya que cama no tenía. Palpó a ciegas odiándose por tener aún varias horas para dormir y haberse levantado antes que su alarma sonara.
Su pantalla mostraba que apenas eran las siete de la mañana del domingo. Cerró sus ojos a las cuatro de la mañana haciendo una investigación para su trabajo universitario debido a que trabajó hasta las dos de la mañana en ese maldito Panda Express repartiendo los pedidos a domicilio.
¿Qué demonios hacía ya despierto?
Estaba cansado pero aún así no pudo continuar durmiendo por muchas vueltas que dio. Se obligó a cerrar sus ojos esperando que llegara un sueño que pareció perderse en el camino sin encontrar su dirección.
Se levantó a regañadientes para no perder tiempo preciado, esperando que en algún momento del día le volviese a entrar el sueño. Abrió su ordenador una vez que recogió su cuarto y volvió a ver ese anuncio que parecía estar saliéndole en todos lados en las últimas veinticuatro horas, como si el maldito internet supiera de sus necesidades económicas.
A diferencia de veces anteriores, esta vez si lo abrió y se sorprendió por ver esos anuncios circulando cuando aquello siempre era filtrado. Al parecer se trataba de una agencia de alto nivel en donde hombres ofrecían diferentes tipos de servicios. Algunos eran chicos de compañías, escorts, otros eran modelos eróticos, bailarines e incluso cantantes. Sin embargo, en aquella página lo que más le llamó la atención fue el apartado de una subasta.
Cuando la palabra subasta venía a su mente, en lo primero que pensaba era en las típicas subastas desbordantes de artefactos valiosos, obras de artes, grandes equipos tecnológicos, un sinfín de probabilidades más pero, jamás le pasó por la mente que alguien pudiera subastarse. Le parecía estar yendo atrás en el tiempo cuando las personas eran subastadas y vendidas como esclavos.
Según la información cualquiera que pasara un alto filtro de requisitos que exigía aquella agencia, podía subastarse. Contaba la estética y aspecto físico, edad y otros aspectos que detalló en silencio. Habían varios tipos de subastas, virtuales y presenciales que se dividían en varias ramas.
Estaban las subastas en sobre cerrado. La dinámica en donde podían ser ascendentes, estas eran conocidas como subasta inglesa que partía de un precio de reserva, — el precio más alto que un comprador está dispuesto a pagar por bienes o servicios al vendedor. Asimismo, estaba el precio mínimo por el cual el vendedor estaba dispuesto a vender un bien o servicio. — En este caso el bien o servicio sería la persona que se subastaba.
Ofrecían la dinámica en todas sus formas, según lo que leía también utilizaban la descendente conocida también como holandesa, que se inicia con un precio determinado, superior a todas las ofertas y el subastador va bajando por etapas, siendo el postor que primero acepta el precio el ganador. Incluían la subasta americana donde todos los postores debían pagar la oferta que hacen pero siendo únicamente la mejor oferta quien obtenía el producto.
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Subasta
FanfictionA tiempos desesperados, medidas y salidas desesperadas. Cuando su situación financiera lo deja entre la espada y la pared, Kim Taehyung toma la alocada decisión de subastarse para salir de todos los apuros. Safe creative © 2007214814704