Capítulo 12

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Yoongi entró a la suite de Jungkook para buscarlo, inspeccionando todo a su alrededor en busca de alguna evidencia que le dijera lo ocurrido la noche anterior. Esperaba que hubiera concretado algo con el chico rubio pero todo parecía igual que siempre.  Lo observó tomarse un coctel de pastillas y no pudo evitar fruncir el ceño.

— Solamente me duele la cabeza. — Anunció Jungkook sabiendo el motivo de su mirada.

— Demasiadas pastillas para un simple dolor de cabeza. ¿Todo bien? — El menor asintió dejando el vaso con agua de lado para tomar su maleta. — Namjoon y el regalado de Jimin ya están esperando en el lobby.

— No puedes mencionarlo sin un adjetivo despectivo como acompañante, ¿cierto? — El peliverde chasqueó su lengua ante esto ignorando  sus palabras. — Sinceramente los dos están muy viejos ya para seguir comportándose así. En mi opinión creo que deberían sentarse hablar como las personas adultas que son. Deja de arrastrar el pasado, los dos tienen sus relaciones, han madurado lo suficiente como para poner de lado todo lo negativo y conversar.

— No tuve, tengo o tendré nada que conservar con ese tipo. Entre los dos todo está dicho y hecho, siempre que no se meta en mi vida o joda demasiado, yo estoy bien.

— A ti hasta su presencia te jode.

— Por eso no lo quiero delante de mí. — Sentenció saliendo por la puerta una vez que el pelinegro abandonó la suite.

— Sé que me vas a odiar por lo que te voy a decir pero, tal parece que es justo como Jimin dijo, aún no lo has superado. — El mayor paró en seco mirándolo con seriedad, molesto con lo que su mejor amigo le decía. — Mira como reaccionas, si lo hubieras hecho, no te importaría en lo más mínimo lo que hacía o dejaba de hacer y podrías conversar civilizadamente. ¿Por qué no organizan una cena cuando regresemos a Corea? Sería bueno que ustedes dos y sus parejas actuales se sienten a conversar. Yo les dejo la casa o pueden hacerlo en donde mejor les parezca pero es hora de que lo cuatros hablen de lo ocurrido.

— Entonces hasta tú deberías sentarte en esa mesa. — Bufó avanzando deprisa.

— No, no me mezcles a mí en sus cosas porque yo en ese entonces no sabía lo que estaba ocurriendo entre ustedes. Deja de disparar hacia todos lados y junta todas tus cosas en un solo lugar, enfrenta tus problemas.

— De acuerdo, cuando tú enfrentes los tuyo, cuando hables o estés con Taehyung, entonces yo lo haré. — Sonrió viendo el asombro en la mirada contraria. — Es tiempo de que apliques lo que predicas, CEO Jeon. — Palmeó su hombro tomando su maleta. — Ve a buscar a tu subastado, los estaré esperando abajo.

Jungkook lo vio dirigirse al ascensor, centrando segundos después su mirada en la puerta de la habitación a donde él debía ir. Cerró sus ojos con firmeza, inhalando y exhalando profundamente antes de finalmente acercarse. No quería tener un espejo delante en el momento que el contrario abriese su puerta porque estaba seguro que sonreiría como un idiota.

— ¡Buenos días! — Saludó controlando la efusividad que lo recorría desde el instante que sus miradas se cruzaron.  — ¿Has dormido bien?

Taehyung permaneció en silencio ante su pregunta pero asintió caminando hacia el interior del lugar aún algo adormilado. Eran recién las seis de la mañana y su cuerpo batalló demasiado para salir de aquella cama tan confortable, cómoda y calentita.

Lo único malo fue que debido a su soledad tuvo que abrazar las almohada en vez del tibio cuerpo de Hoseok. No pudo deambular con su mano por debajo de su pijama para sentir su piel, su pulso y sus respiraciones tan tranquilizantes.

— ¿Todavía no estás listo? — Preguntó observando sus pies descalzos con una mueca de desaprobación. — No es bueno andar descalzo, puedes resfriarte con el aire acondicionado de este lugar.

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