Algo estaba mal, algo no estaba funcionando bien desde hacía dos días, desde el momento en que se fueron de viaje hubieron cosas que comenzaron a salirse de control para Taehyung.
Sinceramente, no se trataba de esos últimos dos días, sino de pequeños momentos o detalles que habían estado ocurriendo desde aquella subasta. A pesar de su altanería y seriedad Jungkook nunca le dio un mal trato como esperó de quien lo comprara.
Acciones como preocuparse por el estado de su madre cuando aquello no lo afectaba porque, siendo sinceros, con la suma que pagaría por él no tenía motivo alguno para procurar ello buen estado de salud de Sunhyo. Los doctores que destinó para ella, la constante preocupación durante y después del viaje, todo aquello causó estragos en su cerrada posición para con el pelinegro.
El día que lo llevó a cabalgar, su forma de expresarse, su trato, sus conversaciones, simplemente muchas cosas lo mantenían en ese momento pensando en el hombre que hacía una hora lo dejó en la puerta de su edificio.
Estaba acostado en su colchón, observando la hora en su teléfono mientras miraba las fotos del viaje cuando se percató de que Hoseok debía haber llegado desde hacía un buen tiempo. Salió completamente de las fotos que después le enseñaría a su mejor amigo y marcó su número con una gran sonrisa en su rostro. Deseaba escucharlo, verlo, con solo saber que lo vería después de esos días su ánimo se elevaba.
— Hey, TaeTae... — Contestaron al otro lado de la línea. — ¿Ya estás en Corea?
— Sí, ya estoy en casa pero esperé que estuvieses aquí, creí que solamente te tocaba trabajar el turno de la mañana. Tengo muchos deseos de verte.
— Yo también tengo muchos deseos de verte pero, deberemos esperar hasta mañana porque el chico que debía tomar el turno de la tarde y noche se enfermó, no podrá venir a trabajar y mi jefe necesitaba que lo cubriera. Saldrá mañana antes del mediodía e iré directo a la casa. — Contestó escuchando como su jefe lo llamaba para que regresara a la caja. — Tengo que regresar al trabajo pero te llamaré en la pausa, ¿de acuerdo?
— Está bien, Hobi, hablamos más tarde. Ven rápido a casa cuando termines. — Hoseok no pudo evitar reír y el rubio lo imitó al escucharlo. — Ten una buena tarde en ese infierno.
— Cuando mi mejor amigo se vuelva millonario mandaré todo a la mierda, así que prepárate para mantenerme. — Susurró para que sólo Taehyung pudiese escucharlo. — Nos vemos mañana.
— Aguanta solo un poco más, pronto te sacaré de ese restaurante explotador. — Rió el menor finalmente finalizando la llamada.
Del otro lado del teléfono, la risa que el mayor había estado exteriorizando desapareció dejándole el lugar a un rostro triste y estoico. Él no estaba obligado a trabajar, de hecho esa fue su decisión luego de regresar a su casa y notar como el hombre que él amaba tiraba de otro para besarlo de una forma tan fogosa y profunda que poco mostraba los términos de aquel acuerdo.
No parecía obligado, muy por el contrario, se notaba su disfrute y no necesitaba mirarlos de cerca con una lupa o escuchar los sonidos de su corazón latiendo desbocado para constatar que al menor le estaba gustando lo que sea que ellos tuvieran.
Por eso no había ido a casa y regresó a su trabajo intercambiando lugar con el chico que debía quedarse. No podía verlo, al menos no en esos momentos. Tal vez el cansancio y el pasar del resto del día le ayudara a regresar con una amplia sonrisa la mañana siguiente. Asintió mirando a su jefe, quien continuaba quejándose por él haber dejado la caja, sacando temporalmente al menor de sus pensamientos.
Tras tomar una ducha y sentarse en el colchón que yacía en el suelo, el móvil que recibía llamadas de una única persona sonó tomándolo por sorpresa.

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Subasta
FanficA tiempos desesperados, medidas y salidas desesperadas. Cuando su situación financiera lo deja entre la espada y la pared, Kim Taehyung toma la alocada decisión de subastarse para salir de todos los apuros. Safe creative © 2007214814704