Desde las ventanas de aquel avión, podía notar mejor que nunca lo bello que era el cielo, la tierra, el mundo en general. No habían nubes sobre ellos, en cambio, parecía que estas habían creado una hermosa alfombra esponjosa para recibirlos.
El sol primaveral allá arriba brillaba más, emanando esa luz reconfortante que llegaba al interior. Un día agradable al menos climáticamente. Escuchó la voz del capitán diciendo que iban a comenzar con el aterrizaje. Jimin se separó de Namjoon y el peliverde volvió hacer presencia.
— ¿Has tenido un buen vuelo? — Preguntó Jungkook tomando asiento al lado del rubio. — Ya vamos aterrizar.
— Eso escuché. — Contestó serio desviando su mirada para ver la ciudad que comenzaba aparecer en su campo de visión. — ¿Dónde estamos?
— ¡Bienvenido a Macao! — Exclamó bajo con un intento de sonrisa en sus labios. — Estamos aterrizando en Macao.
Jungkook mantenía la distancia, sin embargo, su mirada parecía tocarlo y esto hizo que se removiera en su asiento pretendiendo ajustar su cinturón. Lo vio fruncir el ceño con una mueca en su rostro, frotándose las sienes. Todos miraban en su dirección pero el pelinegro solamente sonrió sirviéndose un vaso de agua que bebió de golpe.
— ¿Estás bien?
— Sí, los aterrizajes a veces me dan mareo, eso es todo. — Respondió el pelinegro a su pregunta y ambos dejaron de hablar.
Macao lucía majestuoso desde el aire, de todos los países que soñó visitar ese nunca estuvo en su lista, ahora lo estaba amando y aún no lo había pisado.
Dos automóviles y dos oficiales de aduana los esperaban en el hangar, una vez revisados sus documentos, se dividieron en grupos siendo ellos dos junto a Yoongi quienes fueron en uno de los autos y la otra pareja en el siguiente.
Todo el trayecto al hotel escuchó a Jungkook hablar de negocios, él se limitó a admirar la ciudad. Todo se veía tan lujoso, lleno de vida que su energía se recargó al máximo.
— Yo tendré que salir en cuanto llegue al hotel, tengo una reunión junto a Namjoon y otros empresarios. No creo que se extienda demasiado por lo que deberé estar contigo ya en la tarde, aproximadamente a eso de las cuatro. Si quieres salir a ver la ciudad, Yoongi estará a tu disposición y Jimin también se quedará en el hotel.
Taehyung lo escuchó pero no emitió respuesta, logrando que el semblante del pelinegro se oscureciera frente a su actitud extremadamente distante y desinteresada.
¿Salir de la habitación? Quería hundirse allí y no salir jamás en el momento que la vio. Una hermosa suite solamente para él. Lo primero que hizo fue llamar a su madre, luego a Hoseok, quien salía del trabajo para ir a cuidar a su madre. Le daba tranquilidad poder contar con él, saber que su mamá no se quedaría sola y él estaría al pendiente.
Sin quitarse la ropa se dejó caer en la amplia cama, pasando de una llamada normal a una de video. Le mostró todo el lugar e incluso la vista desde su habitación, riendo al ver que ambos tuvieron las mismas expresiones. Le contó todo lo que había sucedido en esas últimas cinco horas y permanecieron hablando por un buen rato, aún cuando Hoseok ya había llegado a casa de su madre.
— Te extraño, Hobi, me gustaría que estuvieses aquí conmigo. — Musitó haciendo un puchero, sonriendo cuando el contrario fingió morderlo a la distancia. — Sería maravilloso estar juntos en un lugar así, no he podido dejar de pensar en eso desde que salí de la casa.
— Yo lo sé, qué más quisiera yo que estar haciéndote compañía en estos momentos pero, ya tendremos tiempo y oportunidad. Después de todo, mi mejor amigo de esta saldrá millonario y yo seré la sanguijuela en su cuello que lo chupará de por vida. — Los dos se carcajearon con ganas hasta que darse sólo contemplándose sin decir nada. — Esa carita me dan deseos de besarte, tocarte y...
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Subasta
FanfictionA tiempos desesperados, medidas y salidas desesperadas. Cuando su situación financiera lo deja entre la espada y la pared, Kim Taehyung toma la alocada decisión de subastarse para salir de todos los apuros. Safe creative © 2007214814704