Eres Mi Amor Prohibido

Capítulo 8

Mateo: -¡Es que no tiene sentido!-gritó y se revolvió los cabellos rubios-. No tienes idea lo mucho que te he echado de menos y me he preocupado por saber dónde estabas.

Val: -Disculpa, ¿si? De todas maneras no creó que me hayas extrañado tanto-dijo desentendida y comenzó a subir las escaleras.

Mateo: -¿De qué diablos hablas?-preguntó.

Val: -¿Y tienes el descaro de preguntar?-gritó ella desde el segundo piso.

Su marido la observó por un momento, se veía mucho más pequeño que ella y al estar ella allí arriba, podía jurar que se vea imperativa a la hora de hablar.

Val: -Dime, ¿cómo se llama?.

Mateo: -No digas bobadas-dijo él y desvió la mirada-. ¿Crees que te engaño?.

Val: -No, es sólo que me gusta preguntártelo de vez en cuando-dijo ella encendiendo el modo sarcástico al hablar-. ¡Pues claro esta que me engañas!-le gritó luego.

Mateo: -¿Yo a ti? O será que ¿Tú a mi?.

Val: -¿Yo a ti?-preguntó ella tirando el bolso al suelo- Pero por favor, Mateo -comenzó a bajar las escaleras- Dime, ¿eres tú o soy yo la que sale de noche? ¿Eres tú o soy yo quien deja plantada a su pareja a la hora de la cena? Y por favor, responde la última, ¿Eres tú o soy yo la que vuelve con la camisa marcada con labial?.

Mateo se preguntó que era lo que ella había encontrado esa noche que había llegado a casa borracho hasta el tope. Su expresión cambió a una seria y Valentina bufó, dando a entender que le quedaba todo muy claro.

Mateo: -¿Con quien has estado?-preguntó.

Val: -¿Eso tiene importancia? Debería ser yo quien tiene que preguntar eso.

Mateo: -No estuve con nadie-dijo él- Ya estaba pensando en tirar todas tus pertenencias.

Val: -Lo he notado-dijo ella y se acercó más a él- Creo que la gente tenía razón al decir que me casé apresuradamente.

Mateo: -¿No me amas?.

Val: -Tú eres él que se va con otras, ahora, responde, ¿me amas tú a mí?.

Mateo: -Por supuesto que si Valentina -dijo decidido y sin titubear-. No puedes estar dudando de eso.

Val: -Has tirado cinco meses de matrimonio por la borda-le dijo ella y reflexionó-. ¿Crees que puedo perdonarte que te acuestes con otra?

Mateo: -No ha sido así, amor, te prometo que no me he acostado con nadie más que contigo-dijo él. Parecía suplicar y desgraciadamente eso, conmovió a Valentina.

Val: -¿Qué ha sido lo que ocurrió? Quiero que me cuentes de principio a final, sin mentiras-exigió a su marido- Así podré pensar en perdonarte.

Mateo: -Está bien, lo haré, deja que llamo al trabajo para avisar que no iré y luego podemos hablar tranquilamente.

Mateo salió del comedor y fue al living por el teléfono, ella lo siguió y se tiró en el sillón, estaba completamente agotada y no había podido dormir bien en toda la noche y el hecho de tener que ver a Juliana esa noche, la hacía sentirse toda una traicionera a la hora de juzgar a Mateo por el engaño.

Mateo terminó de hablar con la secretaria y se volvió para sentarse al lado de ella, la miró como nunca antes lo había hecho y fue cuando Valentina recordó que en el pasado, esos hermosos ojos azules, la volvían loca, de cualquier manera dejándola a merced de él.

Mateo sonrió levemente y apoyó su mano sobre la de ella, Valentina la quitó con fastidio y le observó. Debía comenzar a hablar antes de que ella se sintiera culpable y le escupiera que anoche casi se acostaba con su cuñada.

Val: -Vamos, dime, quiero saber todo de tu infidelidad.

Mateo: -Christopher me invitó a pasar el día con él y su primo de Estados Unidos, lo cierto es que aquel chico tenía mucha curiosidad por saber cómo son los antros aquí, entonces con Chris pensamos en llevarlo. Siéndote sincero, olvidé por completo que íbamos a cenar juntos y lo siento muchísimo, no era esa la intención.

Val: -Ya me he acostumbrado-dijo ella como al descuido. Mateo se sintió de lo peor.

Mateo: -Entramos allí como a las doce de la noche y Chris se empeñó en conseguir una mujer para cada uno, me negué porque soy casado y tengo que serte fiel, tal como tú a mí pero me sentaron a una mujer a mi lado y ella se tomó muy a pecho que necesitaba a alguien, me quiso quitar el anillo de casado y le expliqué que no pretendía más que hablar con ella, se fastidió y se retiró de allí.

Val: -Eso no explica el labial-dijo con firmeza.

Mateo: -Sus insistentes suplicas de llevarla a la cama-dijo Mateo. Ella se sintió fatal-. Me besó el cuello un par de veces hasta que decidí moverme de allí, fue cuando quiso retirarse y aproveché el mal momento que estaba pasando, para ahogar mis penas. Chris me subió al auto y de lo demás no recuerdo casi nada, me obligaste a darme una ducha pero luego ya no sé que ocurrió-la miró directo a los ojos- Cuando vi que no estabas, casi muero.

Val: -No voy a creerte-dijo ella.

Mateo: -Valentina, juro que esta es toda la verdad, te amo y no podría separarme de ti.

Val: -Voy a perdonarte pero de verdad no estoy convencida, creo que podemos darle otra oportunidad a este matrimonio-se puso de pie- Sólo porque llevamos cinco meses y pensé que duraríamos más tiempo.

Mateo: -Y así será, mi amor-dijo y se puso de pie. Ella rodeó el sillón pero quedaron de frente, separados por el sillón de cuero negro- Prometo que no pasará más esto.